El bacalao era, por excelencia, el pescado que se consumía en todas las regiones españolas en esta época de Cuaresma y Semana Santa. Al conservarlo en salazón se podía consumir más tarde, incluso hasta un año, y llegar a los lugares más recónditos de nuestra geografía en perfecto estado. Esta receta también es conocida como "bacalao a la andaluza" y es fácil de hacer. El bacalao es un pescado rico en fósforo y en vitaminas del grupo B por lo que es recomendable para los niños, embarazadas, personas con colesterol alto, diabéticas, etc. Con esto quiero deciros que, hecho de esta manera o de cualquier otra, es un alimento estupendo para nuestra salud.
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- 500 gr. de bacalao en salazón.
- Una cebolla.
- Un pimiento verde.
- Dos dientes de ajo.
- Una lata de tomate triturado de kilo, o una lata de tomate frito casero, o bien un kilo de tomates maduros.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Harina.
- Una cucharadita de azúcar.
- Sal.
El primer paso es desalar el bacalao. Lo tendremos en remojo durante 24 ó 36 horas, dependiendo del grosor de las tajadas, cambiándole el agua cada 8 horas, más o menos. En el último cambio de agua podemos echar un poco de leche para que el bacalao esté más blanquito. La leche no le da sabor.
Ponemos en una cazuela o en una sartén un poco de aceite para hacer un sofrito con la cebolla, los ajos y los pimientos verdes muy picaditos.
Cuando todo esté dorado, "pochado", echamos el tomate triturado o el tomate natural rallado y lo freímos. Le ponemos el azúcar para matar el sabor ácido del tomate. Si no os queréis complicar mucho, utilizad una o dos latas de tomate frito casero, las hay muy buenas y con un sabor muy natural.
Mientras se hace el tomate, escurrimos el bacalao y lo secamos bien con papel de cocina, enharinamos y freímos en abundante aceite.
Una vez que el tomate está casi hecho le ponemos el bacalao frito. Procurad no mover mucho el bacalao porque se parten las tajadas. Dejamos unos minutos y servimos.
Os recomiendo que esta receta la hagáis de un día para otro, pues el bacalao cogerá más sabor del tomate.
Buen provecho
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Fotografías: Mª Cristina Gimeno Ramos
Ingredientes:
- 500 gr. de bacalao en salazón.
- Una cebolla.
- Un pimiento verde.
- Dos dientes de ajo.
- Una lata de tomate triturado de kilo, o una lata de tomate frito casero, o bien un kilo de tomates maduros.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Harina.
- Una cucharadita de azúcar.
- Sal.
Modo de hacerlo:
El primer paso es desalar el bacalao. Lo tendremos en remojo durante 24 ó 36 horas, dependiendo del grosor de las tajadas, cambiándole el agua cada 8 horas, más o menos. En el último cambio de agua podemos echar un poco de leche para que el bacalao esté más blanquito. La leche no le da sabor.
Ponemos en una cazuela o en una sartén un poco de aceite para hacer un sofrito con la cebolla, los ajos y los pimientos verdes muy picaditos.
Cuando todo esté dorado, "pochado", echamos el tomate triturado o el tomate natural rallado y lo freímos. Le ponemos el azúcar para matar el sabor ácido del tomate. Si no os queréis complicar mucho, utilizad una o dos latas de tomate frito casero, las hay muy buenas y con un sabor muy natural.
Mientras se hace el tomate, escurrimos el bacalao y lo secamos bien con papel de cocina, enharinamos y freímos en abundante aceite.
Una vez que el tomate está casi hecho le ponemos el bacalao frito. Procurad no mover mucho el bacalao porque se parten las tajadas. Dejamos unos minutos y servimos.
Os recomiendo que esta receta la hagáis de un día para otro, pues el bacalao cogerá más sabor del tomate.
Buen provecho
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