La joven comunidad parroquial de La Encarnación de Mancha Real ha cumplido en este año 2010, que toca a su fin, sus bodas de plata.
Fruto de la expansión poblacional y económica que vivió Mancha Real a partir de principios de la década de los años 60, de mano fundamentalmente de la iniciativa privada, fue la creación de la barriada de La Paz en 1964, denominación que toma por los 25 años transcurridos desde el fin de la contienda nacional. Se dejó un solar, esquina con C/ Antonio Machado y C/ Pablo Ruíz Picasso, para la construcción de una iglesia, que fue inaugurada en 1974, siendo obispo de Jaén Don Miguel Peinado Peinado. Funcionó durante los primeros años como filial de la Parroquia de San Juan Evangelista, la única que existía hasta ese momento en la población. Fue su arquitecto Don Ramón Pajares Pardo. La nueva iglesia contaba con una sola nave trapezoidal, convergente hacia el presbiterio, y en la parte de los pies disponía de una capilla penitencial. El acceso se hacía a través de un pequeño atrio situado en la base mayor del trapecio. A su derecha, se situaba el baptisterio en el interior de una torre circular cuyos muros se prolongaban en coronación helicoidal formando en su extremo superior una especie de espadaña con hueco para albergar la campana. Posteriormente la pila bautismal fue llevada al presbiterio y en su lugar se instaló una singular capilla y gruta de la Virgen de Lourdes.
El 1 de Enero de 1985 adquirió la categoría de Parroquia, segregándose de la de San Juan Evangelista.
Antigua Parroquia de La Encarnación
(foto: José Antonio Espejo Lara)
Lateral de la antigua iglesia parroquial. En primer término, casa parroquial
(foto: José Antonio Espejo Lara)
Interior del antiguo templo parroquial
(foto: José Antonio Espejo Lara)
Pero este edificio, 21 años después de ser construido, comienza a presentar problemas técnicos, amenazando ruina y posible hundimiento. En Junio de 1996 tiene que ser demolido.
La comunidad parroquial al frente del párroco Don Andrés López Ángeles tuvo que enfrentarse a la difícil tarea de construir un nuevo templo. Las obras comenzaron en Febrero de 1998, sobre el mismo solar, y el nuevo templo es inaugurado por el obispo de la diócesis, don Santiago García Aracil, en 30 de Junio de 2000. Fue su arquitecto don Juan Francisco Almazán López.
Se trata de un moderno edificio, funcional, atractivo por sus atrevidas formas internas y externas.
La entrada esquinada ofrece un gran vuelo que da la bienvenida a los feligreses, y sobre ella, la torre, trapezoidal, como la planta, es sencilla y con cubierta inclinada. El conjunto de la fachada intenta conseguir un efecto de proa de barco.
En el interior, el espacio y el material juegan también con ese efecto de nao grandilocuente, la "barca de Pedro", pues el muro lateral izquierdo, con grandes focos de luz circulares, asemeja el casco de un gran buque. También el techo de la única nave es curvo, como una coraza, como las cuadernas de un barco. La madera es omnipresente en el interior. También el Cristo Crucificado, no policromado, que pende sutilmente del techo en el presbiterio, junto al altar, y que supone una sorpresa para el feligrés, pues esa imagen de Cristo se enfatiza con su propia sombra sobre el muro curvo del espacio más sagrado por excelencia.
Bibliografía:
- Espejo Lara, José Antonio. Artículos sobre la Parroquia de La Encarnación en la revista La Plaza. Mancha Real, Dicimbre 2009 - Agosto de 2010.
Exterior del actual templo parroquial de La Encarnación
(foto: archivo propio)
Fachada Oeste de la Parroquia
(foto: archivo propio)
La entrada esquinada ofrece un gran vuelo que da la bienvenida a los feligreses, y sobre ella, la torre, trapezoidal, como la planta, es sencilla y con cubierta inclinada. El conjunto de la fachada intenta conseguir un efecto de proa de barco.
Puerta del templo
(foto: archivo propio)
En el interior, el espacio y el material juegan también con ese efecto de nao grandilocuente, la "barca de Pedro", pues el muro lateral izquierdo, con grandes focos de luz circulares, asemeja el casco de un gran buque. También el techo de la única nave es curvo, como una coraza, como las cuadernas de un barco. La madera es omnipresente en el interior. También el Cristo Crucificado, no policromado, que pende sutilmente del techo en el presbiterio, junto al altar, y que supone una sorpresa para el feligrés, pues esa imagen de Cristo se enfatiza con su propia sombra sobre el muro curvo del espacio más sagrado por excelencia.
Interior de La Encarnación
(foto: archivo propio)
Presbiterio con el Cristo Crucificado suspendido del techo
(foto: archivo propio)
Bibliografía:
- Espejo Lara, José Antonio. Artículos sobre la Parroquia de La Encarnación en la revista La Plaza. Mancha Real, Dicimbre 2009 - Agosto de 2010.
Jesus, espectacular el blog y maravillosa esta entrada, poco a poco ire leyendo las demas, ya que por lo que veo creo que todas me van a gusta y sobre todo aquellas que toquen a A. Vandelvira, mi enhorabuena y gracias por compartir con nosotros estos fragmentos de historia y de tu gran cultura.Un abrazo grande, Chelo.
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