En los fogones de Jaén. PIPIRRANA DE INVIERNO

Aunque no os lo creáis también existe la pipirrana de invierno, para cuya elaboración se utilizaban los tomates del verano guardados en conserva. Es muy sana y dietética esta receta, aunque es difícil resistirse a mojar en la salsa con un buen pan de pueblo.

Foto: Mª Cristina Gimeno Ramos


Ingredientes:

- Una lata de tomate, entero, en conserva. Mejor  que sea de pera.
- Una lata de atún.
- Dos cebolletas.
- Un diente de ajo.
- Dos huevos duros.
- Aceite de oliva.
- Vinagre.
- Sal.


Modo de hacerlo:

En un bol partimos el tomate, los huevos duros y la cebolleta, muy menudita. En un mortero machacamos el ajo con un poquito de sal y lo añadimos al bol. Después ponemos el atún desmigajado y aliñamos con aceite, vinagre y rectificamos de sal.
Podemos añadirle unas aceitunas de la tierra. 


Buen provecho   


 

"Jaén desde mi Atalaya" llega a las 100.000 visitas. ¡¡Gracias a tod@s!!


El embalse del Tranco desde Hornos. Sierra de Segura
(foto: archivo propio)

No constituía una sorpresa el hecho de que las visitas a este blog se estuvieran acercando a la seria y redonda cifra de 100.000. Ya lo venía presagiando el propio contador que coloqué en el blog. 
Lo que sí me resulta una SORPRESA con mayúsculas es que en los dos años y medio de vida que tiene la criatura ya se haya alcanzado una cifra tan astronómica. Al menos para mí lo es, pues no pensé que este humilde blog llegara a tener tal repercusión en la Provincia.
Cien mil visitantes, cien mil amig@s de Jaén que se han interesado a lo largo de estos poco más de dos años por descubrir un trocito de su bella tierra. Cien mil..., unos pocos más y sumarían los habitantes que tiene la propia capital. Cien mil..., aproximadamente un sexto de los que viven en esta olivarera provincia. Me asusta pensar en esto, a la vez que me alegra, por supuesto. Pero sobre todo, me compromete, y con mucho gusto, pues en verdad disfruto construyendo este blog, visitanto pueblos, haciendo fotografías... Vaya, que hay Jaén desde mi Atalaya para rato.
En nombre de María Cristina Gimeno, que hace cada vez más rico y suculento este blog, y en el mío propio, Muchas Gracias. Gracias a tod@s los que habeis descubierto este rincón en la red hecho para Jaén, que no tiene otro objetivo, creo que ya lo he dicho en otra ocasión, que el de dar a conocer mi tierra, nuestra tierra, que, creedme, es una de las más bonitas del mundo, y aquí no habla el andaluz exagerado, ni el jiennense enamorado, sino el viajero objetivo. 
Mucho queda aún por mostrar de esta vieja tierra. Y en eso andamos. Por lo que les invito a que caminemos juntos en este jaenero viaje por entregas que es Jaén desde mi Atalaya


¡¡GRACIAS!!




Por los pueblos de Jaén. HIGUERA DE CALATRAVA


HIGUERA DE CALATRAVA

Escudo de Higuera de Calatrava
Localización: En el Oeste de la Provincia de Jaén
Comarca: La Campiña
Superficie: 39,19 km2.
Población: 653 hab. (2012)
Densidad: 16,66 hab./km2.
Altitud: 374 m.
Límites: Al Noroeste con Porcuna, al Este con Torredonjimeno, al Sur con Santiago de Calatrava.
Gentilicio: Higuereño/a
Distancia a la capital: 48 km.



Vista de Higuera de Calatrava
(foto: archivo propio)

Hacía ya muchos años que no me adentraba en esa zona de la campiña de Jaén. A Higuera de Calatrava hay que ir ex profeso. No se pasa por allí para ir a ningún sitio, razón por la que tenía algo olvidado este rincón jiennense que linda ya con la vecina provincia de Córdoba. Ofrece buenas panorámicas el caserío, coronado por su torreón medieval, desde la angosta carretera. De ahí que en más de una ocasión parara el coche para realizar alguna fotografía, aunque sabía que no debía demorarme demasiado, pues a las diez y media de la mañana había quedado en la plaza de la iglesia con Luis Morales Quesada, que tan amigablemente se había ofrecido como guía para mostrarme los encantos que guarda su pueblo. Y allí estaba ya Luis, puntual como un reloj, más que el del propio campanario de la iglesia, que hace ya algún tiempo que no funciona.
En realidad yo no conocía a Luis, aunque no había lugar a dudas de quién era él en una plaza que presentaba un aspecto desierto, y es que no se suele ver a mucha gente por la calle, en diciembre y por las mañanas, en los pequeños pueblos de esta provincia olivarera. Nuestra amistad había surgido a raíz de nuestra común afición bloguera. Ya sabrán la mayoría de los higuereños que su paisano Luis, junto con su hermano Jesús, administran un primoroso a la par que riguroso blog sobre su pueblo en la red (www.higueradecalatrava.blogspot.com.). Luis y yo contactamos, y le expresé mi deseo de acercarme algún día por Higuera para realizar algunas fotografías y escribir un buen artículo sobre la localidad en éste mi blog, como así ocurrió.
Aparqué el coche en la misma plaza y bajé de él. Hacía frío en Higuera a esas horas -durante la noche anterior había helado-, pero la mañana se presentaba radiante, sin una nube en el cielo, y prometedora... Ya lo creo que sí. Mis expectativas quedaron sobradamente cubiertas. El bueno de Luis no sólo me abrió las puertas de la Iglesia y el torreón medieval, no sólo me llevó en su propio coche por los alrededores del pueblo para visitar algunos enclaves de interés, no sólo acompañó todo el recorrido con magníficas explicaciones -Luis entiende absolutamente de todo, hasta de botánica, a pesar de ser arquitecto-, no sólo tuvo un trato exquisito y una educación excelente... sino que además, una vez que hubimos terminado, ¡me invitó a unas cervezas en el bar de la plaza! 
Vaya por tanto dedicado este pequeño artículo sobre Higuera de Calatrava a Luis Morales, a su hermano Jesús, y a tod@s los higuereñ@s. Resulta increible cómo estas personas sienten un desmedido aprecio por Higuera, su historia, su patrimonio, sus costumbres..., y por ello quiero agradecerles sinceramente el interés en todos los sentidos que muestran por su pueblo y la difusión que hacen del mismo. En especial, mi agradecimiento a Luis por el trato que me brindó aquella estupenda mañana.
Cuando nos despedimos y me monté en el coche, alcé la cabeza y dije: "Dios mío, que haya un Luis Morales en cada pueblo de Jaén que visite".

Gracias.   

Vista de Higuera de Calatrava desde la carretera de Torredonjimeno
(foto: archivo propio)



SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y ECONÓMICA 

El término municipal de Higuera de Calatrava se encuentra en plena cuenca del Guadalquivir. Es fácil deducir por tanto que el aspecto de su topografía es suave, con formas alomadas. El punto más alto del municipio se corresponde con el vértice geodésico de Haza de la Sierra (479 m.), mientras que la cota más baja se encuentra a unos 350 m. en el lecho del Arroyo Salado, por cierto principal curso fluvial que atraviesa el término de Sur a Norte. El resto de arroyos son de poca importancia y de régimen intermitente, tributarios en todo caso del Salado.

El Arroyo Salado transcurre a escasos metros del casco urbano de Higuera de Calatrava
(foto: archivo propio)

La superficie del término municipal está ocupada en casi el 65 % por el cultivo del olivar, mientras que algo más del 30 % lo constituyen tierras de labor, especialmente de vocación cerealista. La vegetación autóctona por consiguiente es prácticamente inexistente, reduciéndose a las pocas especies que crecen en las orillas de carreteras, caminos y arroyos. Son el hinojo, la alcaparra, el jazmín silvestre, el espino negro y alguna higuera. Como especie arbórea, destaca sobre todo el eucalipto, con algunos ejemplares de gran porte, y que dan un poco de diversidad al paisaje. Dada la salinidad de las aguas que discurren por el término municipal, se han desarrollado especies adaptadas a este medio. La más abundate es el taray o tamarindo, que se presenta muy denso en algunas zonas.

Olivos y eucaliptos a la entrada de Higuera de Calatrava
(foto: archivo propio)

Sobre blanquecinas margas arcillosas propias de esta parte de la Campiña, Higuera asienta su pequeño término municipal ya lindando con la vecina Provincia de Córdoba, en el que el olivo es el rey del paisaje. Un paisaje duro, y de ambientes extremos, pues el calor extremo en verano constrasta con las frecuentes heladas en invierno, a pesar de la baja altitud media del municipio.

Fachada del Ayuntamiento de Higuera de Calatrava,
edificio construido por "Regiones Devastadas" en 1948
(foto: archivo propio)

Prácticamente la totalidad de los 653 vecinos con los que actualmente cuenta Higuera viven en el núcleo principal. El poblamiento diseminado siempre fue escaso aquí, aunque mediado el siglo pasado más de dos centenares de personas ocupaban las cortijadas de Cebrián, Espanta Palomas, Fuente Palacios y Porras, hoy en su mayoría abandonadas.
La emigración ha sido y es uno de los principales problemas del municipio. En el censo de 1945 Higuera de Calatrava contaba con 1.987 habitantes. El último censo arroja una cantidad de tan sólo 653 habitantes. A ello hay que añadir el envejecimiento de la población, la escasa natalidad y la falta de perspectiva de trabajo. Sólo unas 250 personas están inscritas en el censo como población activa, de los cuales la mitad no tienen una profesión especializada, dos tercios son eventuales, y dos tercios también trabajan en el sector primario. La industria, exceptuando la cooperativa de aceite, es inexistente, y el sector servicios, el mínimo necesario para atender las necesidades básicas de una población escasa.
Y es que la situación geográfica del pueblo no es la más adecuada para su despegue económico, alejado de la carretera A-306 El Carpio-Torredonjimeno (Córdoba-Jaén) y con accesos deficitarios en algunos casos.


HISTORIA

Las primeras manifestaciones de la Prehistoria en el municipio de Higuera de Calatrava parecen corresponder a la fase del Neolítico con algunos restos encontrados en Fuente Palacios y la Hondonera Baja. Es en estos momentos del IV milenio a.C. cuando la economía de producción se extiende por este territoio de la Campiña. No obstante, la falta de investigación hasta el momento impide un mayor conocimiento de estas fases prehistóricas. De finales de la Edad del Cobre podría ser el asentamiento del Cerro de La Atalaya, posiblemente fortificado, y en donde se han encontrado restos de cerámica hecha a mano. De nuevo la falta de investigación hace que demos un salto hasta el siglo II a.C., época ibérica, momento en el que se pudo erigir una torre defensiva en el Cerro de El Castellar, de la que no quedan restos, pero de la que sabemos de su existencia gracias a los trabajos del arqueólogo cordobés Juan Bernier Luque, luego publicados en su obra Nuevos yacimientos arqueológicos en Córdoba y Jaén (1981).
De la época romana se han recuperado algunos restos cerámicos de terra sigillata en asentamientos de escasa importancia como Cerrillo del Eco, Cortijo de los Antojos, El Calvo, Cabeza de Hierro, Villar de Porras, Cortijo de Zumba o Cortijo de Cebrián. Posiblemente fueran pequeñas villae, centros de producción agropecuaria. En Cerro de El Castellar, se encontró una lápida funeraria, lo que demuestra la continuación en su poblamiento aún en esta época.

El pueblo de Higuera de Calatrava a través del campanario de la Iglesia Parroquial
(foto: archivo propio)

De nuevo hemos de dar un gran salto en la Historia para situarnos en la Edad Media, ante la falta de información en los primeros siglos de nuestra era. Ni siquiera se tienen noticias de Higuera en época islámica, cuando debió ser un pequeño asentamiento o alquería. 
Este territorio fue ganado a los musulmanes por el rey Fernando III el Santo en Agosto de 1225. En 1228, el monarca cedía los castillos y términos de Martos, Porcuna y Víboras a la Orden de Calatrava. La Higuera de Martos, como fue llamada entonces, pasó también al dominio de la Orden en calidad de anejo de aquélla ciudad, dotándola los calatravos de una fortificación de la que aún hoy permanece en pie una airosa torre del Homenaje, que vigilaba constante el horizonte meridional ante el peligro nazarí del vecino reino de Granada. Precisamente los nazaríes protagonizaban razzias o incursiones en territorio castellano para hacerse con un botín, de las cuales hubo dos especialmente graves que afectaron a esta población de Higuera. La primera en Febrero de 1408, siendo rey Juan II de Castilla. En un intento por tomar Alcaudete, el rey granadino Muhammed VII puso sitio a la ciudad y para mantener a la soldadesca ordenó expediciones de asalto a los alrededores para aprovisionarse de víveres. Higuera fue uno de los objetivos, que los moros saquearon e incendiaron. No obstante, caballeros de Porcuna y de otros lugares arremetieron contra las tropas nazaríes, haciéndoles huir. La segunda razzia tuvo peores consecuencias. Se produjo en Septiembre de 1471, en el reinado de Enrique IV. Muley Hacén, rey granadino, mandó un contingente sobre las tierras de la Orden de Calatrava. De nuevo la población de Higuera sería arrasada y quemadas sus viviendas, profanada la Iglesia y los vecinos tomados como esclavos los que no murieron en el asalto. Nada se pudo hacer en esa ocasión.

Cruz de la Orden de Calatrava en el Escudo de Higuera. Fachada del Ayuntamiento de la localidad
(foto: archivo propio)

La Higuera de Martos fue repoblada tras este suceso con gentes procedentes de poblaciones del entorno, especialmente de la propia Martos. A finales del siglo XV se le concede un concejo propio, aunque siguió dependiendo de aquélla ciudad hasta la independencia definitiva en el año de 1600, que es cuando la población adopta su actual nombre de Higuera de Calatrava, pues la vinculación con la Orden no cesó hasta la extinción de la misma.
A partir de esta centuria, el devenir histórico de Higuera de Calatrava responderá al propio y general del reino: crisis en el XVII y recuperación en la segunda mitad del XVIII. Para mediados del siglo XIX, Higuera arrojaba cifras de población muy parecidas a las actuales, con 618 habitantes (Pascual Madoz, Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones deUltramar), aunque el paisaje agrario era muy diferente, pues las tierras estaban dedicadas fundamentalmente al cereal (trigo), y la existencia de olivos era testimonial. Será a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando el olivar comience a cobrar protagonismo.
Un siglo XX que para Higuera tuvo otro capítulo doloroso en el transcurso de la guerra civil y los primeros años del franquismo. Durante buena parte de la guerra la línea de fuego entre ambos ejércitos estuvo situada prácticamente a las puertas del pueblo. A ello hay que sumar el hecho de que, nada más finalizada la contienda en 1939, el pueblo entero, ya evacuado con anterioridad, sirvió como campo de concentración por el que pasaron algo más de 10.000 presos. El programa de "Regiones Devastadas" realizó durante los años cuarenta una amplia intervención en Higuera, reconstruyendo la localidad. Si hay que poner una nota positiva en el drama de la guerra, es que las gentes de Higuera afortunadamente no vivieron estos acontecimientos por la evacuación de la que fueron objeto.


MONUMENTOS

La Torre del Homenaje

Fachada Principal de la Torre (foto: archivo propio)
Obra cristiana realizada por los calatravos, es la edificación más antigua de Higuera, posiblemente de finales del siglo XIII o principios del XIV. Construida en mampostería, presenta no obstante sillares bien labrados en las esquinas y en torno a los vanos. De planta rectangular, se encuentra empotrada entre algunas viviendas. Consta de dos pisos y una terraza en la que se observa el arranque de lo que parece otra planta, hoy desmochada. Los diferentes niveles se cubren con bóveda de cañón ligeramente apuntada. Se accede por una pequeña puerta con arco de medio punto situada a más de un metro por encima del nivel de suelo, lo que hace pensar en un nivel semisubterráneo, posiblemente un aljibe. Tiene escasos vanos. En uno de ellos, situado en la fachada principal, a la altura del segundo nivel, se advierte el arranque de un arco polilobulado, lo que denota la intervención en su construcción de alarifes mudéjares. Conserva restos de matacanes en sus lados sureste y nordeste.

Sala en la primera planta cubierta con bóveda de cañón ligeramente apuntada. 
Interior de la Torre del Homenaje de Higuera de Calatrava
(foto: archivo propio)

Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción

La Iglesia desde la azotea de la Torre (foto: archivo propio)
Se trata de un templo de origen medieval, de planta rectangular y tres naves separadas por seis arcos formeros de medio punto (tres a cada lado) que apean sobre grandes columnas, cubriéndose el conjunto con un bello artesonado de madera. La parte más antigua del edificio se corresponde con la cabecera del mismo. Aquí la fábrica es de un gótico tardío, del segundo tercio del siglo XVI, palpable en las bóvedas de crucería de la capilla mayor y las laterales a ésta. Los arcos de acceso a estas capillas de la cabecera apoyan sobre unas peculiares columnas helicoidales de posible influencia levantina. La Iglesia gótica quedó sin concluir y no será hasta las últimas décadas del siglo XVI cuando se retomen las obras de mano del arquitecto Benito del Castillo (hermano del famoso arquitecto Francisco del Castillo el Mozo) que trabajó para la Orden de Calatrava. Benito del Castillo prosigue el resto del cuerpo de la fábrica elevando grandes columnas cilíndricas, sobre cuyos sencillos capiteles se sitúan trozos de entablamento que sobreelevan la cubierta.

Interior de la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción de Higuera de Calatrava
(foto: archivo propio)

Unas pinturas murales de Juan Almagro (1952), repintadas desafortunadamente con posterioridad, situadas en el testero frontal del presbiterio sustituyen al retablo mayor desaparecido.
El exterior ha sido muy modificado, especialmente tras la guerra civil. Posee dos portadas. En la lateral reza la fecha de 1908, y es muy sencilla, con arco de medio punto. La principal es también una reconstrucción por Regiones Devastadas. Muestra un regusto barroco que desde luego no tenía la original, del siglo XVII pero extremadamente austera. Sobre la portada, gran óculo enmarcado por moldura y remata la fachada una espadaña de dos cuerpos con vanos de medio punto.

Fachada principal de la Iglesia Parroquial de la Inmaculada de Higuera de Calatrava
(foto: archivo propio)
  
Fachada de la Iglesia Parroquial de Higuera de Calatrava en 1913
Catálogo Monumental dela Provincia de Jaén. Enrique Romero de Torres 
(foto cedida por Luis Morales Quesada)
 

FIESTAS, GASTRONOMÍA Y TRADICIONES

San Roque, copatrón de Higuera de Calatrava junto a San Sebastián.
Iglesia Parroquial de la Inmaculada. Higuera de Calatrava
(foto: archivo propio)
 
Higuera de Calatrava celebra sus fiestas patronales a mediados de Agosto en honor de sus santos patronos: San Roque y San Sebastián. Antes se celebraba San Sebastián en su día, 20 de Enero, aunque la climatología adversa del invierno sugirió trasladar su festividad al 16 de Agosto, junto con la de San Roque, y así engrandecer unas fiestas a las que acuden los hijos de Higuera que tuvieron que emigrar en otros tiempos. Existe, el día grande de las fiestas, la costumbre de "los pesos", que se remonta al siglo XVII, cuando los higuereños hicieron promesa al patrón de donar a la Parroquia tantos kilos de trigo como arrobas pesaran los habitantes del pueblo, todo ello si los libraba de la peste. Erradicada la epidemia, Higuera cumplió su voto. Hoy en día, la tradición se ha modernizado, y los higuereños ya no se pesan, sino que se fotografían junto a los santos, siendo las aportaciones de tipo económico, cada uno lo que puede dar.
El día 8 de Diciembre se festeja a la titular de la Parroquia, la Inmaculada Concepción.
Sin embargo, una de las celebraciones que más fuerza ha adquirido en los últimos tiempos es la de San Isidro, cuya romería se celebra en torno al 15 de Mayo, día de su advocación, y que tiene su origen a principios de los años cincuenta. La organización de la misma no recae en una hermandad al uso, sino en una terna de Hermanos: "el mayor", "el medio" y "el chico". Cada año, concluida la romería, el hermano mayor cesará, pasando a ocupar su cargo el hermano medio, ascendiendo a éste el hermano chico y entrando un nuevo vecino (que se propone a sí mismo) que ocupe éste último. Con este sistema se asegura el aprendizaje del futuro hermano mayor durante dos años para que la organización de la romería sea impecable. La imagen del santo es llevada desde el pueblo hasta su ermita, situada junto a la carretera que conduce a Santiago de Calatrava, a algo más de 1 km. del casco urbano. Allí transcurre un día festivo y de convivencia en el campo.  

Ermita de San Isidro
(foto: archivo propio)

En el capítulo gastronómico, destacan los platos relacionados, bien con las faenas agrícolas, bien con el propio ciclo festivo higuereño. Propio de las gentes del campo eran las "migas de harina" y el "cocido de segador". Una versión más sustanciosa de este último se preparaba en Navidad. Se trata del típico "morcón de Navidad", la tripa de mayor cabida obtenida de la matanza, rellena de carne, huevo duro y especias, que se dejaba cocer con los garbanzos en la olla, y era plato especial en Nochebuena. Para Semana Santa, el "potaje de bacalao" y un postre tradicional que se está perdiendo: la "manta de bizcocho", un enorme brazo de bizcocho relleno de crema y que luego se enrollaba como una manta, de ahí su nombre. En la festividad de Todos los Santos (1 de Noviembre) se preparaba "el señor", caldo almibarado con ciruelas pasas, membrillo cocido y azúcar.


DETALLES:


Fachada blasonada en la Avenida de la Constitución
(foto: archivo propio)

Reja de balcón en una casa de Higuera de Calatrava
(foto: archivo propio)

Plaza de España y fachada lateral de la Iglesia Parroquial
(foto: archivo propio)

"La Pililla", fuente en un paraje cercano a Higuera en la antigua carretera de Torredonjimeno
(foto: archivo propio)

Con Luis Morales en la azotea del torreón de Higuera de Calatrava 



Bibliografía:

- Morales Quesada, Jesús. La Higuera de Martos, un lugar de frontera. Artículo. Programa de Fiestas de Higuera 2012.
- Rubio Fernández, Juan. Fiestas Populares de la Provincia de Jaén. Jaén, 2003.
- VVAA. Guía Artística de Jaén y su Provincia. Jaén, 2005.
- VVAA. Jaén. Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.

Enlaces de interés:

- www.higueradecalatrava.blogspot.com (blog de Luis y Jesús Morales Quesada sobre Higuera de Calatrava).
- Ayuntamiento de Higuera de Calatrava