En los fogones de Jaén. ENSALADA DE HABICHUELAS BLANCAS

Como parece que por fin ha entrado el verano y empienza de una vez el calorcillo, vamos con las recetas de una serie de ensaladas fresquitas y fáciles de hacer, y sin dejar la dieta mediterránea con las legumbres, hortalizas y verduras de esta estación. Hoy ensalada de habichuelas blancas.

 Foto: Mª Cristina Gimeno Ramos



Ingredientes:

- 250 grs. de habichuelas blancas cocidas. Podemos cocerlas o comprarlas ya cocidas. 
- Dos huevos cocidos.
- Una cebolla pequeña o cebolleta.
- Un pimiento verde.
- Un pepino.
- Dos o tres tomantes maduros.
- Aceite de oliva virgen.
- Vinagre.
- Sal.

Modo de hacerlo:

Cocemos las habichuelas y dejamos que se enfríen. Podemos comprarlas ya cocidas, si es así, las lavamos un poco bajo el grifo en un escurreverduras. 
En un bol ponemos las habichuelas escurridas y añadimos el huevo cocido, el tomate pelado, el pimiento verde, el pepino, la cebolla o cebolleta, todo hecho trocitos. Echamos un poco de sal, el aceite y el vinagre, a gusto, para aliñar la ensalada.
Dejamos enfriar en la nevera y listo. Un primer plato contundente y de cuchara, pero fresquito para este tiempo.

Buen provecho.
  
  
  

Iglesias de Jaén. Iglesia de Santa Catalina de ESPELUY


Aspecto exterior de la Iglesia Parroquial de Santa Catalina de Espeluy
(foto: archivo propio)

Espeluy es un municipio de la Campiña jiennense, famoso en el territorio nacional por ser, haber sido, un importante nudo ferroviario. Atesora este pequeño enclave un patrimonio artístico de gran interés, conformado fundamentalmente por dos elementos: su castillo medieval, posiblemente de la segunda mitad del siglo XIV, actualmente en manos privadas, y la llamada hacienda del Pilar, antigua casa de labranza reconvertida a principios del siglo XX en un palacete señorial privado por el ministro de instrucción pública y bellas artes oriundo de Jaén, Don José del Prado y Palacio.
Por las obvias dificultades en la visita al interior de ambos monumentos, nos quedamos en esta ocasión con el tercero en importancia de los bienes inmuebles de la localidad, su iglesia parroquial bajo la advocación de Santa Catalina de Alejandría.


UN POCO DE HISTORIA

La iglesia parroquial de Santa Catalina se alza en la Plaza de la Constitución de Espeluy, ocupando el costado del edificio el lado norte de dicha plaza, frente a la fachada del Ayuntamiento. 
La historia del actual nucleo urbano de Espeluy hunde sus raíces en la Edad Media. En época islámica debió existir una pequeña alquería -aldea- al amparo de una construcción militar que es tomada por las huestes cristianas de Fernando III en 1224, quedando Espeluy en condición de lugar de realengo, aunque despoblado. Esta situación de abandono debió de mantenerse durante algunas décadas, pues en la relación de parroquias del obispado de Jaén recogidas en el Sínodo de 1311 no se menciona a Espeluy. Es precisamente durante el siglo XIV cuando se produce un cambio en el estatus del lugar de Espeluy, pasando a integrarse en el Señorío de Jabalquinto, más tarde Condado por concesión de Enrique IV en 1473. Este hecho supuso la recuperación de Espeluy. La construcción de un nuevo castillo, orientado no tanto a la defensa sino a la expresión del nuevo poder señorial, fue el punto de partida de un núcleo de población más estable y en creciente número de vecinos. La creación de una parroquia en el lugar debió correr paralela o quizás se demorara hasta la centuria siguiente, es decir, en el siglo XV. El caso es que en la relación de parroquias del Sínodo de 1511 ya sí aparece la de Espeluy.
No obstante, la edificación debió de ser humilde puesto que la aldea también lo era. La siguiente noticia sobre la iglesia de Espeluy data del siglo XVIII. El geógrafo Bernardo de Espinalt, en su obra "El Atlante Español", en el tomo correspondiente a Jaén (1786) señala que Espeluy contaba con 11 vecinos (no más de 50 habitantes) y que había un Oratorio dedicado a Santa Catalina Mártir. Es significativo el hecho de que empleara el vocablo "oratorio" y no el de "iglesia" o "templo", debido seguramente a sus reducidas dimensiones.
En similares términos se pronuncia Pascual Madoz en su "Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar" (1852): "...Sus casas están diseminadas sin formar calle, y la iglesia parroquial (Santa Catalina) es aneja de la de Cazalilla, distante una legua...".    
El actual edificio, levantado sobre el lugar que ocupaba el antiguo oratorio, es obra ya del siglo XX, siendo inaugurado en 1954.


LA IGLESIA DE SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA
 
Consta de una sencilla planta rectangular, con orientación Este-Oeste, de una sola y amplia nave, techumbre plana y cubierta a dos aguas. 
La zona del presbiterio se cubre con bóveda de cañón rebajada en todo el ancho de la nave. En el testero frontal, plano, se abren tres hornacinas de arco de medio punto que albergan imágenes. La Inmculada Concepción y el Sagrado Corazón de Jesús ocupan las laterales, y en la central, más amplia, aparece Santa Catalina de Alejandría, titular de la parroquia, representada con sus atributos iconográficos: la palma, común a todos los mártires, que simboliza el triunfo sobre la vida y la carne, y la rueda con cuchillas donde recibió martirio, pero del que salió indemne, hasta que fue decapitada. El altar mayor, de obra, enmarca la hornacina de la Santa. Posee pares de columnas jónicas que sostienen un entablamento, coronando éste un frontón de inspiración barroca.
En el lado de la Epístola (dereho) se abre un pequeño espacio adintelado que comunica, a su vez, con la sacristía. Se trata de la capilla bautismal, presidida por la talla del patrón de la localidad, San Gregorio Nacianceno, colocada en una hornacina en el testero frontal. En un lateral, San Isidro ocupa otra hornacina practicada en el muro y, enfrente, en un mueble expositor, se halla la bandera de la cofradía de Santa Catalina, bordada y con la imagen de la santa en el centro. Por cierto que la cofradía de la titular del templo y patrona de Espeluy tiene la particularidad de que está formada exclusivamente por mujeres.
En los pies se sitúa el coro, en alto, sobre triple vano, dos escarzanos (izquierdo y central) y uno adintelado (derecho), correspondiéndose este último con el propio portón de la iglesia.

El presbiterio con el altar mayor y la imagen de Santa Catalina de Alejandría en el centro
(foto: archivo propio)


Santa Catalina de Alejandría, titular de la parroquia y patrona de Espeluy
(foto: archivo propio)


Capilla bautismal que preside la imagen de San Gregorio Nacianceno, patrón de Espeluy
(foto: archivo propio)

Vista de los pies del templo desde la cabecera
(foto: archivo propio)

El exterior es muy sencillo. Los elementos de interés, portada y espadaña, se concentran en la fachada principal, aunque descentrados con respecto al eje de la misma, en el lado izquierdo. La portada, a la que se accede por una escalinata, presenta arco de medio punto con ménsula en la clave, enmarcado por dos pilastras que sostienen un sencillo entablamento sobre el cual se sitúa un frontón partido con bolas en los extremos y cruz en el centro.
La espadaña consta de tres cuerpos, que reducen su anchura progresivamente. En el primero, sencillo óculo que alberga un reloj; en el intermedio dos vanos de arco de medio punto para campanas, vacíos no obstante; en el superior, un único vano también de medio punto, éste sí con campana. Se remata el conjunto con tejadillo de teja árabe y cruz.

Fachada principal de la parroquia de Santa Catalina de Espeluy
(foto: archivo propio)


Bibliografía:

- Espinalt, Bernardo. El Atlante Español. Madrid, 1786.
- Madoz, Pascual. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madrid, 1852. 
- VVAA. Jaén. Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.


    

El Corpus Christi en VILLARDOMPARDO


Uno de los Altares del Corpus Christi de Villardompardo
(foto: archivo propio)

A pesar de contar con algo más de 1.000 habitantes, la celebración del Corpus Christi en Villardompardo, un pueblo de La Campiña jiennense, es absolutamente grandiosa. Tiene el honor de contarse entre las festividades del Corpus más importantes de la Provincia de Jaén y de la región de Andalucía, por lo que ya se han iniciado los trámites para su declaración como Fiesta de Interés Turístico, que espero se consiga muy pronto. Porque, no sólo se trata de conservar la vertiente estética de la fiesta, o premiar el titánico esfuerzo que pone el pueblo de Villardompardo, también de reconocer y valorar la antigüedad de esta celebración. La fiesta del Corpus Christi, tal y como la conocemos actualmente, con esa particular proliferación de grandes y vistosos altares por las calles del pueblo, tiene más de medio siglo de tradición. Fotografías en blanco y negro de los años 40 y 50 así lo atestiguan. Pero la historia de esta fiesta se remonta nada más y nada menos que al siglo XVI, concretamente a 1564, año del que se conserva un documento que supone el primer testimonio de la celebración del Corpus Christi en Villardompardo.
Efectivamente, resulta encomiable el ahínco de unas pocas y sencillas gentes que, literalmente, transforman por completo el aspecto urbano de la villa a lo largo de todo el recorrido por el que transita la procesión: banderolas y colgaduras, sábanas bordadas y mantones, objetos y mobiliario particulares que aportan los propios vecinos, macetas y plantas, calles tapizadas de verde -hierbas, juncia, romero, flores silvestres- y alfombras florales que aportan una embriagadora fragancia y un intenso colorido. Pero sobre todo, los Altares, grandes, gigantescos, que honran el paso de Jesús Sacramentado. Y no crean que los villariegos y las villariegas, como se les denomina a los habitantes de esta localidad, se conforman con instalar los mismos monumentos todos los años. No. En cada edición de esta singular fiesta nos sorprenden con nuevos diseños cargados de imaginación, de trabajo y, fundamentalmente, de Fe. Podrán deducir, por tanto, que la festividad del Corpus en Villardompardo no se prepara de la noche a la mañana, sino prácticamente a lo largo de los 365 días del año. Y es que, por encima de las fiestas patronales, con permiso de San Francisco de Asís y Nuestra Señora del Rosario, la fiesta del Corpus es la fecha más señalada en el calendario festivo villariego.
No es de extrañar que esta tradición despierte la curiosidad de gentes que provienen de otros puntos de la provincia, de la región e incluso de fuera de Andalucía.
El trabajo más intenso comienza en Villardompardo la víspera del Domingo del Corpus, es decir, el sábado por la tarde, cuando vecinos y vecinas se disponen a montar los Altares y adornar todo el recorrido de la procesión. Obviamente, las labores culminan bien entrada la madrugada, pero todo el trabajo transcurre en un agradable ambiente de convivencia vecinal en el que, por qué no, también se come y se bebe. El Domingo por la mañana, ya desde muy temprano, se puede observar a multitud de personas paseando por las calles para contemplar estos magníficos monumentos. A media mañana tiene lugar la solemne Eucaristía en la Parroquia de Nuestra Señora de Gracia, tras la cual llega el momento tan esperado de la procesión. La Custodia que porta la Sagrada Forma es de tipo "sol", en plata sobredorada y de estilo neobarroco, y es portada en unas pequeñas andas que llevan cuatro personas que se van turnando a lo largo del recorrido. Sacerdote, autoridades, representantes de las cofradías de pasión y gloria, la banda de música de la localidad y todo el pueblo en masa acompañan al Santísimo, que se va deteniendo en cada uno de los Altares, mientras la gente lanza pétalos de flores a su paso.

La Custodia del Santísimo de Villardompardo
(foto: archivo propio)
Y como el empeño ha sido grande, y el trabajo, duro, los villariegos no desmantelan los Altares hasta la noche del Domingo para que los más rezagados puedan disfrutar aún durante la tarde de estas impresionantes obras de arte efímeras.


ALTARES DEL CORPUS DE VILLARDOMPARDO 2013

Señor, Ilumíname

2013: Año de la Fe

Uno de los muchos altares que se sitúan en la calle principal de la población:
la Avenida de Andalucía

Esta curiosa máquina de coser ha bordado en una pieza de tela la frase: Palabra de Dios

Original altar consistente en un enorme cáliz hecho con latas de refresco

Oriéntanos hacia tí, Señor

Altar de la Virgen de Atocha junto a su ermita

Elaborado altar en la Calle San Francisco de Asís

Alfombra roja y rica ornamentación en el altar de la calle Virgen de la Cabeza

Jesús, Pescador de Hombres


LA PROCESIÓN DEL CORPUS CHRISTI
VILLARDOMPARDO 2013

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FOTOGRAFÍAS: JESÚS MOLINA GIMENO


 

En los fogones de Jaén. BIZCOCHO DE YOGOURT Y CHOCOLATE

Retomamos esta sección de gastronomía después de unos meses de inactividad por cuestiones familiares. Para festejar estos tres años de vida del blog lo haremos con una receta muy dulce: "bizcocho de yogourt y chocolate".


Fotografía: María Cristina Gimeno


Ingredientes:

- Un yogourt natural.
- Tres huevos.
- Dos medidas y media, con el recipiente del yogourt, de harina para bizcochos.
- Media medida, de yogourt, de cacao en polvo.
- Dos medidas, de yogourt, de azúcar.
- Media medida, de yogourt, de aceite de oliva.
- Ralladura de limón o bien el zumo de medio limón.
- Un sobre de levadura.
- Azúcar glass (opcional).


Modo de hacerlo: 

En un bol batimos los huevos, con ayuda de un tenedor o una varilla. Echamos el yogourt, el vaso del yogourt será nuestra medida para todos los demás ingredientes, el azúcar, el aceite, la ralladura de limón y el cacao. 
Cuando todo esté bien batido vamos poniendo la harina con la levadura. Mezclamos todo bien y lo vertimos en un molde untado, previamente, con aceite y en el que habremos espolvoreado un poco de harina. Esto es para que no se pegue el bizcocho y luego  desmoldemos con mayor facilidad. 
Metemos en el horno, precalentado, entre 160 - 170º, de 25 a 30 minutos (posición de pastel en el horno eléctrico). Después dejar enfriar y desmoldar el bizcocho. Espolvorear con azúcar glass y servir. 
Podemos acompañarlo con chocolate caliente bien en taza o echándoselo por encima al bizcocho.


Buen provecho




 

¡"Jaén desde mi Atalaya" cumple 3 años!

Tres años ya...
Recuerdo aquella noche perfectamente. Era tarde y tenía algo de insomnio. Desde luego, las mejoras ideas vienen así, de improviso. Había estado echando un vistazo al blog de un amigo, cuando se me ocurrió crear el mío propio. ¿Por qué no?, pensé. Aunque estoy lejos de Jaén, ¿por qué no dar vida a un espacio donde dar a conocer el paraíso donde nací y aportar mi granito de arena? Me gusta todo lo relacionado con el arte, la historia y las tradiciones de mi tierra. Tengo, como base bibliográfica, una magnífica biblioteca jiennense que he ido acrecentando con los años. Y, sobre todo, me apetece mucho hacerlo.
Dicho y hecho, esa misma noche me puse a investigar en internet cómo se crea y administra un blog... y nació la criatura. Y desde entonces todo ha sido un aprendizaje continuo, y todo han sido satisfacciones. Más de 132.000 visitas, que se dice pronto. Al principio, el contador iba muy despacito, pero en el último año las cifras han sido vertiginosas. Y todo se lo debemos a ustedes, jiennenses y no jiennenses, que a diario se pasan por ésta su casa para conocer un poco más del increible patrimonio que atesora nuestra provincia. GRACIAS a tod@s. 
Nótese que he  dicho "se lo debemos", en plural. Y es que este blog es ya tan de mi colaboradora estrella como mío. He de agradecer sobremanera la inestimable aportación de mi madre, María Cristina Gimeno, que administra la sabrosa sección de "gastronomía", muy popular entre los lectores, y la de "remedios caseros", que se ha convertido en la "sección rebelación" del último año. ¡Qué buen fichaje!

Y a tí, Jaén, de olivo y plata, de castillo y ermita, de montaña y de río, de nieve y de sol, de verde y ocre, de amaneceres violáceos y ocasos de fuego, de olor a aceite y sabor a antaño...  Gracias por ser mi inspiración...

Una vista del castillo y la iglesia en ruinas de La Iruela, en la Sierra de Cazorla
(foto: archivo propio)