Mostrando entradas con la etiqueta Santisteban del Puerto. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Santisteban del Puerto. Mostrar todas las entradas

Iglesias de Jaén. Iglesia de Santa María del Collado de SANTISTEBAN DEL PUERTO


Fachada principal de la Iglesia de Santa María del Collado de Santisteban del Puerto
(foto: archivo propio)

Santisteban del Puerto es una localidad situada en el Norte de la Provincia de Jaén, en la comarca de "El Condado". La histórica capital de esta tierra de rancio abolengo posee un rico patrimonio histórico y artístico (ha sido declarada recientemente Conjunto Histórico) en el que sobresale un singular edificio religioso que se cuenta entre los más antiguos de la provincia jiennense: la Iglesia de Santa María del Collado.

HISTORIA

Santisteban del Puerto fue conquistado por las mesnadas de Fernando III en torno al año 1235, en la campaña militar que finaliza con el sometimiento también de importantes plazas como Úbeda, Iznatoraf o Chiclana. Santisteban queda integrada a partir de este momento en tierras de realengo hasta 1371 en que la villa es entregada en señorío por Enrique II a Men Rodríguez Benavides. 
La situación geográfica de la comarca, en el Norte de la Provincia, propició, una vez conquistado el valle del Guadalquivir y estabilizada la frontera con el reino de Granada en las Subbéticas, la construcción de templos cristianos desde temprana época, situación que no se dio en otros lugares de Jaén por la cercanía del peligro nazarita. El santuario de Ntra. Sra. de la Estrella en Navas de San Juan o la iglesia de la Encarnación de Castellar son ejemplos de este tipo de construcciones protogóticas, a las que hay que sumar ésta de Santa María de Santisteban.
Santisteban fue un núcleo de población importante y pujante durante la etapa cristiana en la Edad Media, una situación de la que gozaba ya en épocas anteriores: islámica, cuando fue una de las cabeceras de distrito de la Cora de Jaén; visigoda, a juzgar por los restos encontrados; e incluso romana, en la que Ilugo llegó a ser un discreto centro urbano con la categoría de municipio en el área del Alto Guadalquivir.
El núcleo medieval se rodeó de un recinto de muralla ya en la segunda mitad del siglo XIII, momento en que también comienza la construcción de este templo, reutilizando precisamente como campanario una torre albarrana del cercano castillo.
Las primeras reformas tienen lugar en la segunda mitad del siglo XVI, siendo obispo de Jaén Don Francisco Delgado López (1566-76), cuyo escudo podemos observar coronando el sillón central del coro. Se prolongan las naves en la zona de los pies, uniéndose el templo con la torre campanario, abriéndose una nueva portada y colocando el coro de madera en alto, obra del entallador baezano Juan Pérez de 1579.

Escudo del obispo de Jaén, Don Francisco Delgado López. Coro de la iglesia.
(foto: archivo propio)

En 1605 se cubrió con tejado la torre campanario -antigua torre albarrana- por el alarife Juan Pretel, previa eliminación de las almenas que la coronaban.
Posteriormente se construye el pórtico que da acceso al templo en la fachada principal, siendo obispo de la diócesis Don Baltasar Moscoso y Sandoval (1619-1646). Sus armas aparecían en un escudo que fue destruido cuando se suprimió el revoco que encalaba la fachada. Dicho escudo se situaba entre las dos portadas que cobija el pórtico. Fue rehecho de nuevo y hoy corona la puerta que da acceso a la casa rectoral, anexa al templo.

Escudo del obispo de Jaén, Don Baltasar Moscoso y Sandoval
(foto: archivo propio)

En 1685 se cambia la ubicación del coro, de alto a bajo, encargándose de ello Ginés Hidalgo, quien aumenta también la sillería.
En 1769, siendo Obispo de Jaén Fray Benito Marín, es demolido el ábside central de la cabecera, siendo sustituido por la actual torre cuadrangular que alberga el camarín barroco con la imagen de la titular del templo y patrona de Santisteban del Puerto, Nuestra Señora del Collado.
La iglesia de Santa María del Collado fue parroquia hasta el año 1860. Actualmente es un templo dependiente y auxiliar de la parroquia de San Esteban, en el centro de la población, fundada en el siglo XV.
Fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento el 3 de Marzo de 1978.

LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DEL COLLADO

El templo ocupa una posición elevada sobre el núcleo urbano, que queda a sus pies, en la ladera del cerro en cuya cima se asienta el castillo de la localidad. La orientación del edificio es NE-SO, con la fachada principal hacia el mediodía. Está realizado en mampostería, con sillares regulares sólo en determinados lugares, adoptando la piedra el característico color rojizo de la tierra de esta zona.
La planta de la iglesia era en principio basilical (desvirtuada hoy con añadidos posteriores), dividida en tres naves separadas por columnas de fuste cilíndrico (cinco a cada lado) con capiteles románicos donde apoyan arcos formeros apuntados. A las diez columnas hay que añadir los cuatro sencillos pilares en el tramo de los pies (dos a cada lado), correspondientes a la mencionada ampliación de las naves del templo en el siglo XVI. Los arcos que apean en estos pilares son apuntados los primeros (siguiendo, a pesar de la época, la estética gótica) y de medio punto los que enlazan ya con el muro del fondo (más altos que el resto para salvar el coro que en origen iba en alto).

Interior del templo de Santa María del Collado
(foto: archivo propio)
 
Los capiteles románicos aludidos suponen el mayor atractivo de la edificación, pues están esculpidos con motivos vegetales, zoomorfos y antropomorfos. Entre los primeros se cuentan piñas, flores y hojas lanceoladas. Entre los segundos, cerdos (representación de la lujuria y la pereza), peces (Cristo), salamandra (castidad) y un león pasante de tipo heráldico. El antropomorfismo está representado por cabezas humanas, con casco unas y gorro otras (alusivo al guerrero-monje de las Órdenes Militares, responsables, en parte, de la victoria de las Navas). Se trata de un ornato sencillo, aunque extraordinario en cuanto supone una muestra única de un estilo artístico que, por circunstancias históricas, prácticamente brilla por su ausencia en nuestra tierra jaenera y andaluza.

Capitel con cabeza humana, piñas y otras cabezas de animales
(foto: archivo propio)

Capitel con cabeza humana y otros elementos vegetales
(foto: archivo propio)

Capitel con león pasante, cabeza de cerdo y otros elementos decorativos
(foto: archivo propio)

Capitel con cabeza de cerdo, piñas (izda.) y una flor (dcha.)
(foto: archivo propio)

Capitel con hojas lanceoladas y otros motivos vegetales
(foto: archivo propio)

Las naves se cubren con sencillo artesonado de madera colocado en el pasado siglo. Al exterior, la techumbre es a dos aguas con teja árabe.
Se accede al presbiterio a través de un arco toral apuntado que apoya en semicolumnas de capiteles labrados con dientes de sierra uno y elementos florales el otro. Originalmente, la cabecera era triabsidal. En el siglo XVIII la cabecera del ábside central se derribó para construir en su lugar un camarín para albergar la imagen de la titular del templo. Dicho camarín presenta al exterior un aspecto turriforme y macizo con cubierta a cuatro aguas. A través de la hornacina central del retablo mayor se aprecia este espacio, cubierto con media esfera y decorado al modo barroco con yeserías policromadas.

Arco toral apuntado que da paso al presbiterio.
Éste es el arranque del ábside central cuya parte externa fue derribada
para colocar un camarín en el siglo XVIII
(foto: archivo propio)

De los ábsides laterales queda sólo parte del situado en la fachada meridional (muy remozado), donde al exterior se aprecian unos canecillos románicos en la cornisa y un ventanal de arco apuntado que aporta luz a la capilla que contiene, antiguamente llamada de Santiago y los Capellanes, hoy del Santísimo Sacramento, cubierta con bóveda de cañón con lunetos.
El ábside norte fue suprimido, seguramente al tiempo de producirse las obras del camarín en el siglo XVIII. En su lugar se edificó una galería de tres arcos de medio punto frontales y uno lateral que apoyan en sencillas columnas, galería pensada para proteger el paso entre el presbiterio y el acceso al camarín, que hay que hacer forzosamente por fuera.

Ábside Sur, junto a la escalinata de acceso al atrio de la iglesia
(foto: archivo propio)

Capilla del Santísimo en el interior del ábside Sur.
Se puede observar en el retablo la tabla de la Adoración de los Magos, pintura del siglo XVI
(foto: archivo propio)

Fachada septentrional donde se encontraba el otro ábside, sustituido en el siglo XVIII por la galería de arcos que se aprecia en la fotografía.
Aún son visibles en esta fachada algunos canecillos románicos
(foto: archivo propio)

Los pies del templo es la zona más moderna, añadida en el siglo XVI, cuando se prolongan las naves para agrandar la iglesia y se contruye una nueva puerta en la fachada principal. Aquí se encuentra el coro, bajo y de sillería, una magnífica pieza renacentista realizada en madera, de rica labra, que se cierra con una reja de madera igualmente renacentista.

Sillería y reja del coro
(foto: archivo propio)

En el exterior, el elemento de mayor interés es la fachada principal, que es la del mediodía (lado de la Epístola) y por la que se accede al templo. Esta fachada preside un amplio atrio, elevado sobre las viviendas a causa de la pendiente del terreno y por lo cual está reforzado por recios contrafuertes. Supone uno de los mejores miradores sobre el caserío de Santisteban. La escalinata de acceso al mismo desde la calle desemboca en un pórtico que recorre la fachada compuesto de cinco arcos frontales y uno lateral, todos de medio punto, que apoyan en pequeños pilares de ladrillo de sencillos capiteles. Este pórtico es una obra de la primera mitad del siglo XVII y cobija las dos portadas principales. La más antigua es también la más cercana a la cabecera del templo. Se accede a ella por triple escalón. De vocación gótica, posee aún detalles tardorrománicos. Ligeramente abocinada, la puerta en sí presenta arco de medio punto abarcado por tres arquivoltas apuntadas: sin ornamento la primera, con toscos prismas esquemáticos la segunda, y puntas de diamante la tercera. El conjunto descansa sobre sencillas columnitas sin capitel que sostienen la línea de imposta.
La otra portada, abierta en el mismo muro en los pies del templo, es posterior (segunda mitad del siglo XVI) y muy sencilla, con arco de medio punto de grandes dovelas y jambas de sillería.
Las puertas labradas en madera de ambas portadas son del siglo XVI, confeccionadas por artesanos locales, el maestro carpintero Blas Hidalgo y el maestro de cuchillería Martín Lozano.

Atrio de la iglesia y pórtico de la fachada principal
(foto: archivo propio)

Portada principal protogótica, la más antigua de la iglesia
(archivo propio)

El resto de elementos en el exterior a destacar serían la torre campanario, de planta rectangular (la edificación más antigua del conjunto puesto que se trata en realidad de una antigua torre albarrana del castillo); los ya mencionados ábside sur y la galería norte, esta última junto al huerto o antiguo cementerio de la extinta parroquia; y algunos canecillos de la antigua decoración románica tanto en la fachada meridional como en la septentrional.

PATRIMONIO MUEBLE DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DEL COLLADO

Posee este templo interesantes piezas artísticas entre su patrimonio mueble.
Entre las obras pictóricas destacan dos tablas insertas en el retablo mayor sobre la vida de San Esteban y otra más que representa la Adoración de los Magos, en este caso situada en el retablo de la capilla del Santísimo. Estas pinturas, de dibujo algo torpe, fueron realizadas en torno a 1530 y se atribuyen al pintor ubetense Pedro Ortega, quien por estas fechas testifica sobre las mismas. En cualquier caso, se vinculan a la órbita italianizante del pintor italiano, afincado en Úbeda, Julio de Aquiles.
El antiguo retablo mayor, de estilo plateresco, fue destruido en la guerra civil. Había sido donado por el cardenal Esteban Gabriel Merino, nacido en Santisteban del Puerto,  y que fue obispo de la diócesis de Jaén entre 1523 y 1535. De aquel retablo sólo queda, además de las referidas tablas, el medallón que lo coronaba con la efigie de Dios Padre en altorrelieve, obra del prestigioso escultor e imaginero afincado en Jaén, Sebastián de Solís.
El magnífico coro de madera de la iglesia, ya descrito, consta de sillería y reja abalaustrada. Posee una rica decoración de tipo manierista consistente en flameros, querubines, veneras, molduras roleadas, etc.
Una de las piezas más interesantes, y posiblemente la más antigua, que se conserva en el templo es la pila bautismal de piedra con elementos geométricos en relieve. Se la ha datado incluso en época visigótica.
Por último, no podemos olvidar la talla de la titular del templo y patrona de Santisteban del Puerto, la Virgen del Collado, obra del insigne escultor local Jacinto Higueras Fuentes que la esculpió en 1940 para sustituir a la antigua imagen del siglo XIII destruida en 1936 durante el transcurso de la guerra civil.

.
Tablas de la vida de San Esteban en el actual retablo mayor
(foto: archivo propio)

Medallón con el altorrelieve de Dios Padre, obra de Sebastián de Solís, en el actual retablo
(foto: archivo propio)

Retablo mayor actual, a imitación del antiguo de estilo renacentista
(foto: archivo propio)

Detalle de la reja del coro
(foto: archivo propio)

Pila bautismal
(foto: archivo propio)

Primer plano de la image de la Virgen del Collado, obra de Jacinto Higueras Fuentes
(archivo propio)

 
Bibliografía:

- VVAA. Guía Artística de Jaén y su Provincia. Sevilla, 2005.
- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.
www.romanicoaragones.com





Tesoros de Jaén en el Museo Arqueológico Nacional. El Tesoro de Perotito de SANTISTEBAN DEL PUERTO



Pátera del Tesoro de "Perotito" de Santisteban del Puerto
(foto: archivo propio)

Denominación: Tesoro de "Perotito"
Nº de piezas: 67
Material: Plata
Técnicas: Batido, Fundición, Repujado
Datación: Siglos III - I a.C.
Cultura: Ibérica
Yacimiento: finca "Perotito"
Municipio: Santisteban del Puerto
Comarca: El Condado
Fecha del hallazgo: principios del siglo XX
Localización: Museo Arqueológico Nacional (Madrid)

Uno de los tesoros más interesantes expuestos en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid es el de "Perotito". Se llama así por haber sido encontrado fortuitamente al labrar unas tierras en la finca denominada "Perotito", en el municipio de Santisteban del Puerto, perteneciente a la comarca de El Condado, en el Norte de la Provincia de Jaén.

UN POCO DE HISTORIA

En Arqueología se denomina "tesoro" o "tesorillo" al ocultamiento intencionado de una serie de objetos de valor (monedas u objetos, como en el caso que nos ocupa). La inestabilidad social, los conflictos armados o las situaciones de inseguridad eran el pan de cada día en el mundo antiguo. Así, no es extraño que sus gentes optaran en ocasiones por esconder su dinero, joyas u objetos de valor, enterrándolos. La muerte, el traslado forzoso, el apresamiento o cualquier otra causa de fuerza mayor que acaeciese sobre el propietario, hacía que en ocasiones éste no pudiera recuperar su atesoramiento, permaneciendo así oculto y olvidado por siglos.  En la época ibérica, la plata era el metal más utilizado para la acuñación de moneda y la fabricación de objetos de lujo, de ahí que las piezas encontradas sean todas de este material.
El núcleo urbano de Santisteban tiene su origen en estos momentos. Según los hallazgos arqueológicos y las fuentes históricas se desarrolló aquí en época ibérica un oppidum (poblado fortificado) identificado como Ilurgeia, que con los romanos cambiaría su nombre por el de Ilugo. Este oppidum formaría parte de la red de grandes asentamientos del Alto Guadalquivir, éste concretamente en la órbita de Cástulo (Linares) e íntimamente relacionado con la producción metalúrgica de la zona de Sierra Morena. La mayoría de ellos tendrán continuidad en su poblamiento tras la conquista romana de la Península. Conocemos cuándo es conquistada Santisteban, al parecer por el pretor Cayo Flaminio en el año 192 a.C. Quizás pudo ser éste el momento de inestabilidad que propició la ocultación del tesoro objeto de nuestro estudio. En cualquier caso fue en época ibérica tardía cuando se fabricó, con claras influencias grecorromanas. Su alto valor, así como sus características artísticas, denotan el elevado grado de desarrollo de este asentamiento ibérico.
El tesoro fue descubierto a principios del siglo XX en la finca denominada "Perotito", que toma su nombre del Arroyo "Pedro Tito" o "Perotito", afluente por la margen derecha del Río Montizón, a unos 6 km. al Nordeste del casco urbano de Santisteban del Puerto. El hallazgo tuvo lugar por casualidad, en el desarrollo de las labores agrícolas. Parte del tesoro se perdió en el lapso de tiempo entre su descubrimiento y el momento en que es adquirido por el Estado y depositado en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid en 1917.
Don José Ramón Mélida Aniladi, director del Museo en ese año, en su obra "Adquisiciones del Museo Arqueológico Nacional", nos dice que el Tesoro de "Perotito" tenía más piezas de las que luego se ofrecieron al Museo y que con él había además algunas monedas (hoy en paradero desconocido todo ello). 

EL TESORO DE "PEROTITO"


Conjunto del Tesoro de "Perotito" en su vitrina del Museo Arqueológico Nacional de Madrid
(foto: archivo propio)

Se trata de un conjunto formado por dos tipos de objetos: recipientes y piezas de orfebrería. Entre los primeros -los más abundantes- se encuentran una magnífica pátera, una copa, varios cuencos y vasos, y numerosos fragmentos de otros recipientes. Entre las piezas de orfebrería se cuentan dos fíbulas (broches) y dos brazaletes, un colgante y una arracada (pendiente con colgante). Todas las piezas están realizadas en plata.

Piezas de orfebrería del Tesoro de "Perotito".
En la fila superior a la izquierda, una pulsera y a continuación un colgante.
Abajo, fíbulas a la izquierda y arracada a la derecha.
(foto: archivo propio)

De este conjunto destacan dos objetos por su tipología y decoración: una copa y una excepcional pátera, ésta última "joya de la corona" de este interesante tesoro.

La Copa

Con una altura de 21 cm. y diámetro de boca de 18 cm., esta Copa realizada mediante la técnica de la fundición es la segunda pieza en importancia del tesoro. Sigue modelos itálicos, presentando forma semiovoidea, y con pie. En el borde tiene una moldura en el interior, mientras que en el exterior exhibe una cenefa con adornos de guirnaldas florales. En el pie, la decoración es de palmetas en bajorrelieve. Estos adornos están grabados y dorados.


Copa del Tesoro de "Perotito"
(foto: archivo propio)

La Pátera

Es una de las piezas más importantes de la orfebrería de la Edad Antigua en España, y en palabras del famoso historiador Don Ramón Menéndez Pidal, "un objeto de sumo interés para la Historia del Arte español".
De forma circular, tiene un diámetro de 17,20 cm. Presenta una decoración en bajo y mediorrelieve. En el centro un medallón con una cabeza de lobo devorando una cabeza humana con las fauces abiertas, y rodeada de serpientes. Alrededor dos frisos concéntricos. El primero, distribuido en nueve sectores, tiene representación de escenas de caza. El segundo, separado del anterior por una orla de puntos, presenta una procesión de centauros y centaúrides (mujeres-centauro), distribuidos también en nueve sectores o metopas.

Detalle de los centauros y centáurides de la pátera
(foto. archivo propio)

La pátera está sobredorada, para resaltar las figuras. Fue fabricada mediante la técnica de la fundición a partir de una lámina que posteriormente es repujada -desde el reverso- para realizar la decoración. Se considera obra de un artesano local, que posiblemente utilizó como molde una pieza importada dado el grado de perfección de la obra. La presencia del lobo, animal de extrema importancia en el mundo ibérico, nos habla de un posible uso funerario como recipiente para libaciones (ofrenda de líquidos), aunque también podría ser una pieza de lujo, conformando junto con otros objetos del mismo material precioso -plata- encontrados en el Perotito un conjunto de elevado valor en un contexto doméstico de nivel alto (aristocrático).

Medallón central con una cabeza humana siendo devorada por un lobo
(foto: archivo propio)

Iconográficamente reúne elementos helenísticos e ibéricos.
Entre los ibéricos destaca el motivo central ya comentado. El mundo ibérico está repleto de representaciones en las que aparece el lobo, animal totémico para esta cultura (Tivissa, Alcudia, Huelma, Villargordo, Mengíbar, Arjona...). Tiene además un carácter apotropaico, relacionado con el mundo de ultratumba. Símbolo de la guerra, la noche y la muerte, el lobo está estrechamente ligado a planteamientos ideológicos de tipo heroico (el príncipe guerrero).
Las representaciones de los centauros y las centáurides son la expresión más evidente de la influencia grecorromana. Aparecen portando instrumentos musicales y simbolizan la vida fácil y bucólica del difunto de origen aristocrático en el más allá.


Otros objetos

De los objetos completos destacan, entre los recipientes, dos cuencos en forma de cono (puntiagudos) y sin asas -que se corresponden con el tipo de vaso de Cástulo-, y otros dos semiesféricos también sin asas.
Entre las piezas de orfebrería sobresalen un brazalete en espiral, uno de cuyos extremos culmina en una cabeza de serpiente; una pulsera circular sin cerrar, con motivos grabados; y dos fíbulas, con sendos adornos en forma de cabeza de caballo.



Bibliografía:

- Mercado Egea, Joaquín. La Muy Ilustre Villa de Santisteban del Puerto. Madrid, 1973.

Enlace:

- Museo Arqueológico Nacional (MAN)