En los fogones de Jaén. EMPANADA DE BONITO.

Antes de que empiecen los calores y nos pensemos dos veces poner el horno, vamos a hacer esta receta sencilla.



 Fotos: Mª Cristina Gimeno Ramos.


Ingredientes:

- Masa quebrada, de la que no sube (2 unidades).
- Dos latas de bonito del norte, en aceite de oliva.
- Dos huevos duros.
- Tomate frito casero en aceite de oliva.
- Un huevo, para pintar la empanada.


Modo de hacerlo:

Descongelar, como indican las instrucciones, la masa quebrada. Con un rodillo estirar la masa, no demasiado para que no se rompa.
Una vez cocidos los huevos, los troceamos y mezclamos con el bonito y con el tomate frito. Podéis hacer un sofrito de cebolla, pimiento y tomate, si lo preferís, yo lo hacía así hasta que descubrí el tomate frito casero y sale muy buena también.
En la bandeja del horno colocamos una hoja de papel vegetal y encima una de las láminas de masa. Extendemos la mezcla y repartimos sin que llegue a los bordes, al menos dejamos un centímetro sin rellenar.
Ponemos encima la otra lámina como tapadera. Unimos los bordes, fijaros en las fotos. Nos queda pintar la empanada con el huevo batido y por último pinchamos la masa con un tenedor para que salga el aire  cuando esté cociendo y no se hinche.
Precalentamos el horno a 180º y metemos la empanada. Horneamos hasta que esté doradita.


Buen provecho






Por los pueblos de Jaén. LA IRUELA


LA IRUELA

Escudo de La Iruela
Localización: En el SE de la Provincia de Jaén
Comarca: Sierra de Cazorla
Superficie: 123,97 km2.
Población: 2132 hab. (2012)
Densidad: 17,2 hab./km2.
Altitud: 989 m.
Límites: Al N. con Santo Tomé, al NE. con Santiago-Pontones, al S. con Cazorla, al NO. con Chilluévar.
Gentilicio: Irolense // Ciruko-ka
Distancia a la capital: 106 km.
Aldeas: Burunchel, Arroyo Frío, El Palomar.



Vista parcial de La Iruela desde su castillo
(foto: archivo propio)


SITUACIÓN GEOGRÁFICA. ECONOMÍA

El término municipal de La Iruela es de orografía abrupta y pueden diferenciarse en él dos partes, separadas por una cuerda montañosa perfectamente alineada de Sur a Norte. La zona Este del municipio se corresponde con la sierra profunda, donde un recién nacido río Guadalquivir se encajona, con dirección Sur-Norte, entre altas montañas. Aquí predomina el pinar denso, que representa prácticamente la mitad de la superficie del término municipal, y la fauna propia del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. El núcleo más poblado de esta parte es Arroyo Frío, con 267 hab. (2013), que supera con creces el millar en el periodo estival dado el carácter turístico de la pedanía por su situación privilegiada en el corazón del parque natural. Ello ha supuesto, en las dos últimas décadas, una masificación en la construcción, inadmisible desde el punto de vista ecológico.

Arroyo Frío y el valle del Guadalquivir en su cabecera desde el mirador de Las Palomas.
Como telón de fondo, montañas de Cazorla y Segura
(foto: archivo propio)

La zona Oeste del municipio, al otro lado de las montañas, supone la vertiente occidental de la Sierra de Cazorla que va suavizando su orografía hasta topar con el propio Río Guadalquivir, una vez que éste ha abandonado ya el macizo montañoso y se dispone a discurrir entre la Loma de Úbeda, por un lado, y las sierras de Las Villas, Cazorla y Mágina, por otro. Se trata de la parte más poblada, donde se encuentran la cabecera municipal, La Iruela, con 931 hab. (2013) y Burunchel, la aldea de mayor población con 652 hab. (2013). Predomina aquí el cultivo del olivar, que supone un 25% de la superficie total del municipio, seguido de cultivos de huerta y frutales.

Vista  hacia el Norte de las estribaciones de la Sierra de Cazorla desde el castillo de La Iruela,
zona de olivares y huertas. Al fondo, la aldea de Burunchel.
(foto: archivo propio)

Vista parcial del término municipal hacia el Sur. En primer término, la aldea de Burunchel.
Al fondo, La Iruela.
(foto: archivo propio)

El comportamiento de la población activa en el municipio es de clara tendencia estacional, pues son muchos los trabajadores que se ocupan en el sector servicios en época estival, especialmente la hostelería (recordemos la amplia oferta del Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas en este sentido), y en las tareas agrícolas el resto del año, destacando la campaña de la aceituna en invierno.


HISTORIA

Los primeros restos de poblamiento en el término municipal de La Iruela corresponden con la Edad del Cobre (III milenio a.C.) y debió ser intenso a juzgar por la cantidad de materiales encontrados. Algunos asentamientos de esta fase cultural son el "Molino de las Rejas" y la "Cueva de la Mocha". Como ocurre en otras zonas serranas, existe prácticamente un vacío poblacional durante el siguiente milenio, teniendo que buscar evidencias ya en los primeros siglos antes de nuestra era. A partir del siglo II a.C. se advierte un aumento considerable del número de asentamientos, lo cual quizás responda a un proceso de colonización de esta zona. Se revitalizan viejos lugares como "Molino de las Rejas", y surgen otros nuevos, de entre los que destacan "Nubla" y "Molino Cañamares", muchos de los cuales arrancan su poblamiento en el ibérico tardío y, pasando por la época romana, perduran hasta la medieval islámica.
El actual núcleo de La Iruela pudo surgir precisamente en esta última época. Durante la dominación islámica fue una alquería rodeada de una cerca ya en el siglo XI y a la sombra de un husun o castillo de posición inexpugnable.

Vista del conjunto del Castillo y las ruinas de la Iglesia de Santo Domingo de Silos
(foto: archivo propio)

En 1231 La Iruela es conquistada por tropas de Fernando III, monarca que cede estos territorios del sureste de la actual provincia de Jaén al Arzobispado de Toledo, creándose en estos momentos el Adelantamiento de Cazorla, gran señorío vinculado a los prelados toledanos que disfrutaba de ciertos privilegios por su situación fronteriza con el reino de Granada, aunque soportaba también onerosas cargas. Finalizada la conquista de la zona, el arzobispo de Toledo, Don Sancho de Castilla, estructura el Adelantamiento designando tres villas que ejercerán la función de centros territoriales: Cazorla, Quesada e Iznatoraf; aunque a partir del siglo XIV será Cazorla el verdadero centro político, económico y militar del Adelantamiento. El resto de las localidades fueron entregadas como aldeas a una u otra de aquellas tres referidas. Así, La Iruela pasa a formar parte del alfoz de Cazorla como aldea en 1256.
En 1378 el arzobispo Don Pedro Tenorio le concede a la Iruela definitivamente su título de villazgo, después de algunos enfrentamientos con su villa matriz, unos enfrentamientos que no cesarán a lo largo de toda la Edad Moderna motivados por la pertenencia de terrenos comunes y que no se solventarán hasta el definitivo deslinde  de términos municipales ya en los albores de la contemporaneidad.

Portada de la Iglesia de Santo Domingo de Silos, del siglo XVI, hoy en ruinas.
(foto: archivo propio)

Durante el siglo XVI hubo un breve periodo en el que La Iruela dejó de pertenecer a la mitra toledana. Se dio esta coyuntura cuando el emperador Carlos V cedió La Iruela a su secretario, el ubetense Don Francisco de los Cobos, donación que no terminó por consolidarse pues, tras varios pleitos, en 1606 la villa pasó a depender nuevamente del Arzobispado de Toledo. Bajo esta jurisdicción, en la que los prelados controlaban la vida municipal y nombraban alcaldes, escribanos y otros oficiales de justicia, permaneció hasta agosto de 1811 cuando las Cortes de Cádiz suprimieron los señoríos jurisdiccionales y el Adelantamiento de Cazorla se extingue.
Continuará, eso sí, el control espiritual, hasta la definitiva incorporación de estas parroquias a la Diócesis de Jaén en la tardía fecha de 1958.


PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO

La riqueza del patrimonio que la Historia le ha legado, su especial ubicación natural que no pasa desapercibida, y el telón de fondo que suponen las montañas del mayor Parque Natural del país, hacen de La Iruela una de las localidades más bellas de la Provincia de Jaén, lo que le valió su declaración como Conjunto Histórico-Artístico en 1985. Especial mención merecen su viejo Castillo, encaramado en un difícil roquedo, y a sus pies las ruinas de la antigua Iglesia de Santo Domingo de Silos, un conjunto arquitectónico impresionante y único por el paisaje que lo rodea y las connotaciones románticas que desprende. 

Castillo

Vista del Castillo antes de su restauración
(foto: archivo propio)

Se encuentra enclavado en una escarpada peña. Su origen es musulmán con reformas posteriores cristianas. Consta de tres niveles. Al inferior, prácticamente desaparecido, se accede por una torre-puerta de obra cristiana de finales de la Edad Media y que sirvió de campanario para la iglesia de Santo Domingo, que se levantó junto a ella. El nivel intermedio es el alcazarejo, que consta de cuatro torreones unidos por un lienzo de muralla, todo ello en obra de calicanto. Una de las torres protegía la entrada en recodo a este recinto, que poseía además un aljive en el patio de armas. Coronando la cresta rocosa, la torre del homenaje, de pequeñas dimensiones y prácticamente insexpugnable, con dos pisos interiores. Desde ella se tiene un absoluto control del territorio circundante.

Ruinas de la Iglesia de Santo Domingo de Silos

Vista de la cabecera del viejo templo de Santo Domingo
(foto: archivo propio)

Referimos anteriormente en el capítulo de la Historia que Don Francisco de los Cobos, secretario de Carlos V, fue agasajado por el monarca con la concesión de esta villa, arrebatándosela así, durante un tiempo, al todopoderoso Arzobispado de Toledo. Fue precisamente bajo la tutela de la familia Cobos, y gracias a su mecenazgo artístico, cuando se mandó edificar dentro del recinto del castillo una iglesia. Inspirada en los modelos vandelvirianos, este templo sufrió la vorágine del enemigo francés cuando en 1810 se le prende fuego en respuesta a la pésima acogida que tuvieron los invasores por parte de los moradores de La Iruela. Hoy sólo quedan los muros perimetrales y algunos restos de su decoración interna.

Capilla en la cabecera de la Iglesia de Santo Domingo de Silos
(foto: archivo propio)



Casa Consistorial

Antiguo Pósito, actual Ayuntamiento de La Iruela
(foto: archivo propio)

Se trata de un sobrio edificio de estilo mudéjar toledano que antiguamente fue pósito de grano y a mediados del siglo XIX fue reconvertido en ayuntamiento. Muy reformado en la actualidad, su origen se remonta a mediados del siglo XV.

Otros Lugares de Interés

El templo nuevo, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, es de una sola nave, se erigió en los años 60 del siglo XX y su fachada guarda cierto aire regionalista.
La torre del Reloj se sitúa en la parte alta de la localidad. Es en realidad un torreón de planta cuadrada que debió formar parte del recinto amurallado de la población. Se instaló en ella el reloj municipal y en su terraza una estructura de hierro para albergar una campana.

Torre del Reloj en la parte alta de La Iruela
(foto: archivo propio)

Fachada principal del templo de la Inmculada Concepción
(foto: archivo propio)

Torre de La Quebrada
(foto: archivo propio)

La arquitectura militar se completa con la torre de Nubla, de origen ibérico y construcción medieval, y la torre de la Quebrada, sobre un risco casi inaccesible, con función de vigilancia.
De las ermitas de La Iruela podemos destacar la de Nubla, San Martín, Los Desamparados y el eremitorio de la Magdalena, esta última un cusioso ejemplo de ermita rupestre con probable origen en el siglo XVI.
La Fuente del Molino, de la primera mitad del siglo XX, ocupa un lugar preeminente en la plaza de su nombre, un delicioso lugar del casco histórico de La Iruela a los pies del cerro del castillo.

Fuente y plaza del Molino
(foto: archivo propio)

FIESTAS, COSTUMBRES, GASTRONOMÍA 

Los santos patronos de La Iruela son Santo Domingo de Silos, que se celebra el 20 de diciembre, y la Inmaculada Concepción, el día 8 del mismo mes. Pero las fiestas mayores del pueblo tienen lugar hacia finales de Agosto en honor a Nuestra Señora de los Desamparados, trayéndose a la Virgen desde su ermita.
También se celebra a San Antón, encendiendo las tradicionales hogueras en la víspera del 17 de Enero. San Blas es tenido por muy milagroso. La imagen se trae de su ermita de Nubla los días previos a su onomástica, el 3 de Febrero, día en que se procesiona por las calles de la localidad.
Las fiestas de Burunchel se celebran del 23 al 25 de Agosto en honor a San Julián y la Inmaculada y las de Arroyo Frío en honor a la Asunción de la Virgen en torno al 15 de Agosto.
La Semana Santa siempre se ha celebrado con devoción en La Iruela. Se han perdido por desgracia las representaciones teatrales que se hacían para conmemorar la pasión de Cristo, en las que algunos vecinos prestaban la voz a las propias imágenes procesionales con diálogos y cánticos en lo que fue un auténtico y sentido ritual piadoso. En la actualidad caben destacar dos emotivos momentos de la Semana Santa irolense: cuando el Nazareno y la Dolorosa suben en procesión hasta el castillo el Jueves Santo por la noche, y cuando en la mañana del Domingo de Resurrección Jesús y su Madre sen encuentran en la plaza del pueblo.

Nuestra Señora de los Dolores de La Iruela
(foto: archivo propio)

Del rico folclore local se conserva el fandango "robao" de La Iruela, muy movido, cuyo nombre proviene de los giros que hacen las parejas hacia los bailaores que tienen a sus lados.
La cocina tradicional de este pueblo participa de la que es propia de esta comarca serrana de Cazorla, con platos típicos como los "talarines" y la "gachamiga", guisos de los llamados farináceos por ser la harina su principal ingrediente, aunque es el "rin ran" la insignia de la cocina de La Iruela, una especie de puré o revuelto hecho a base de patata, cebolleta, ñora, bacalao, huevo cocido, ajo, comino y, por supuesto, aceite de oliva (la elaboración de este plato la puedes encontrar en este blog pinchando aquí: En los fogones de Jaén: RIN RAN).


Rin Ran, plato típico de La Iruela
(foto: archivo propio)


Bibliografía:

- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.

Enlaces:

- Ayuntamiento de La Iruela 


El Castillo de La Iruela sobre la escarpada roca
(foto: archivo propio)



  

Jaén de Película. "EN ANDALUCÍA NACIÓ EL AMOR"


EN ANDALUCÍA NACIÓ EL AMOR
 
Cartel de la Película
Año: 1966
Duración: 104 minutos
Director: Enrique López Eguiluz
Guión: Jaime Bayarri, Rafael J. Salvia
Género: comedia, musical
Protagonistas: Dyanik Zurakowska, Juan Luis Galiardo, Manuel Benítez "el Cordobés", Rocío Jurado, Paco de Alba, "Los Silvers".
Escenarios Jiennenses: Despeñaperros, Jaén capital.






Sinopsis:

Nadia, una joven sueca, llega al aeropuerto de Barajas donde resulta ser la turista dos millones. Por ese motivo es recibida por los periodistas y agasajada con homenajes y premios. Uno de ellos consiste en un viaje por Andalucía, acompañada de Luis Soriano, un guía contratado por el Ministerio de Información y Turismo para hacerle más agradable el viaje. Entre el guía y la turista no tardará en surgir el romance.

La Película y Jaén:

La pareja, a lomos de un flamante coche rojo descapotable, hace su entrada en Andalucía, lógicamente, por Despeñaperros. La antigua N-IV a su paso por este paraje natural es hoy una vía secundaria después de que entrara en servicio la nueva autovía inaugurada en 2012, pero en los años 60 era una carretera de doble sentido. Hacen su primera parada en los famosos Jardines de Despeñaperros, concurridísimo enclave con inmejorables vistas sobre el cañón del río, por donde discurre además el ferrocarril. Conformaban este agradable lugar unos estanques alargados, plantas y flores y un bar ambulante, que por cierto aparece en muchas tarjetas postales de la época. También en la película, detrás de los protagonistas. Más tarde se construiría aquí una cafetería-restaurante. Seguidamente, hacen un alto en el mirador de Depeñaperros, desde el cual se tiene una panorámica impresionante de "Los Órganos", formaciones geológicas pétreas cuya disposición precisamente recuerda el órgano de una catedral. Aquí, la turista y el guía juegan con el eco que retumba en las montañas circundantes.
Ya en la capital de la Provincia, Jaén, Nadia y Luis llegan a la plaza de Santa María y aparcan justo delante de la fachada de la Catedral para admirarla, aprovechando el guía para darle a la chica alguna información histórica sobre el monumento. En ese momento, llega un guardia municipal para ponerles una multa por estar el coche mal estacionado. Cuando le dicen que son turistas, el guardia se lo piensa mejor, finalmente no les pone la multa y les recomienda un tablao flamenco para que disfruten esa noche. Seguidamente suben al Castillo de Santa Catalina y al mirador de la Cruz para contemplar las magníficas vistas sobre la ciudad. Aquí Nadia queda impresionada por el paisaje de olivares. Dice no gustarle el aceite, pero sí el árbol. Alaba el sol de esta tierra y le comenta a Luis que le encantaría vivir en un lugar así.

Les dejo con los fragmentos de la película que transcurren en la Provincia de Jaén: