EL NACIMIENTO DE ARBUNIEL


Nacimiento de Arbuniel. Al fondo, pico Almadén.
(foto: archivo propio)

Localización: Sur de la Provincia de Jaén.
Comarca: Sierra Mágina.
Municipio: Cambil.
Tipología: manantial.
Caudal: 600 l/s (alto -nunca se agota-).
Río: Arbuniel.
Altitud: 940 m.
Usos: agrícola y abastecimiento urbano.
Acceso: JA-3207 (desde la A-44); JA-3204 (Cambil); JA-3205 (Montejícar).
Distancias: 9 km. a Cambil; 36 km. a Jaén.

Las aguas del nacimiento de Arbuniel remansadas en la gran alberca
(foto: archivo propio)

¿CÓMO LLEGAR?

Existen tres vías de acceso a Arbuniel. Desde la Autovía A-44, hay que coger la salida 64 "Carchelejo/Arbuniel", tomando el desvío a la derecha dirección a ésta última por la JA-3207. Desde este punto hay 10,4 km. hasta el nacimiento. Si accedemos desde la cabecera municipal debemos tomar la JA-3204. El nacimiento se encuentra a 9 km. de Cambil. Si nuestro acceso se produce desde la vecina provincia de Granada, existe una carretera, la JA-3205, que va de Montejícar a Arbuniel (10,8 km.). El nacimiento se encuentra en la parte más alta del pueblo, en la salida de Arbuniel hacia esta última localidad granadina.

EL NACIMIENTO

Pequeños saltos de agua procedentes de la gran alberca superior a través de la pared de piedra.
(foto: archivo propio)

Arbuniel es una encantadora aldea -con la categoría de entidad local menor- situada al Sur del término municipal de Cambil y con una población de 641 habitantes (2015). La zona, de carácter montañoso, pertenece a la cordillera Subbética y al macizo de Sierra Mágina.
Al sur del casco urbano de la aldea, a 940 m. de altitud, se produce una surgencia de aguas subterráneas en el piedemonte del cerro denominado "Torre de Gallarín" o también "Tesoro" (1.308 m.), en la Sierra de las Cuevezuelas. Geológicamente, se trata de un punto de contacto entre materiales calcáreos (calizas y dolomías) del Jurásico, por un lado, y arcillas triásicas y tobas y travertinos del Cuaternario, por otro. El Nacimiento de Arbuniel es uno de los más caudalosos no sólo de la Provincia de Jaén sino del conjunto de la región andaluza. Tiene un caudal que oscila entre los 145 y los 1.500 litros por segundo, con una media de 600 l/s. Es el único punto de drenaje natural del acuífero de Alta Coloma, monte al sur de este manantial que hace frontera con la provincia de Granada.
El nacimiento pertenece a la Cuenca hidrográfica del Guadalquivir y alumbra al río homónimo, afluente a su vez del río Cambil, que recoge las aguas de régimen pluvio-nival de esta parte de la sierra (ríos Arbuniel y Oviedo) para conducirlas en dirección Oeste hasta el Guadalbullón, afluente finalmente del Guadalquivir.
Una alberca de grandes dimensiones sirve de regulación para las aguas, que son distribuidas por una serie de acequias o canales para su aprovechamiento para el regadío.


Segunda alberca de contención de aguas del nacimiento
(foto: archivo propio)

EL ENTORNO

Arbuniel, como se ha dicho, se engloba en las Subbéticas, concretamente en el macizo de Sierra Mágina. Predomina aquí una vegetación típicamente mediterránea. En el entorno inmediato del nacimiento podemos observar especies como la encina (Quercus ilex), el pino carrasco (Pinus halepensis), la retama (Retama sphaerocarpa) y en las riberas el chopo o álamo (Populus alba y Populus nigra), el olmo (Ulmus minor), la mimbrera (Salix fragilis) y la zarza (Rubus ulmifolius).
En cuanto a la vida animal, hay una buena representación de la avifauna y los anfibios ligados a estos espacios húmedos. Destacan entre los primeros el jilguero (Carduelis carduelis), el verderón (Chloris chloris), el herrerillo (Cyanistes caeruleus) y el carbonero común (Parus major). Entre los segundos, la rana (Pelophylax perezi) y el sapo común (Bufo bufo) y las culebras viperina o de agua (Natrix maura) y bastarda (Mapolon monspessulanus).
El Ayuntamiento de Cambil-Arbuniel, en colaboración con la Diputación Provincial de Jaén y con ayuda de fondos europeos recuperó en 2011 el entorno del nacimiento, acondicionándolo y construyendo una hermosa zona verde y recreativa junto al mismo en la denominada "Cañada Real de Fuente Alba", con plantas propias de la zona, que supone hoy un atractivo añadido. Aunque cualquier época del año es buena para hacer una visita al nacimiento, recomendamos la primavera, por la explosión de vida que se produce, y el otoño, por el juego de tonalidades que nos ofrece la naturaleza. En cualquier caso, dar un tranquilo paseo por el entorno del nacimiento de Arbuniel supone una experiencia extremadamente agradable.

Chopos en las orillas del río
(foto: archivo propio)

Segunda alberca de contención de las aguas del nacimiento.
Al fondo, cerro "Torre de Gallarín" cubierto de encinas y retamas
(foto: archivo propio)

Ánades en la alberca del nacimiento
(foto: archivo propio)

Parque en la Cañada Real de Fuente Alba, junto al Nacimiento
(foto: archivo propio)

Uno de los "ríos" que salen del nacimiento de Arbuniel por el parque de Fuente Alba.
Al fondo la central de San Manuel y el cerro de Torre de Gallarín
(foto: archivo propio)

El entorno del nacimiento de Arbuniel invita a pasear, a montar en bicicleta...
(foto: archivo propio)

LOS USOS DEL AGUA

Las aguas del nacimiento de Arbuniel han supuesto para la población el verdadero motor de su economía. Tras brotar siempre en abundancia del interior de la tierra, han sido distribuidas a partir de la gran balsa de regulación por una red de acequias o "ríos", como se les conoce por aquí, para regar las huertas y los campos de cereal y olivar aledaños. Pero su uso no sólo ha quedado restringido al agrícola y al consumo humano, sino que la fuerza del agua se ha aprovechado para mover los molinos de grano y aceituna que en la localidad han existido desde la época de los musulmanes y, más modernamente, dicha fuerza también se ha empleado en la producción de energía eléctrica.
En Arbuniel existieron nada menos que tres centrales hidroeléctricas o "fábricas de luz" denominadas de "San Manuel", "Santísima Trinidad" y "San Cayetano". Por desgracia, ningua de ellas funciona ya. La primera de ellas, la de San Manuel, era la más importante y también la más cercana al nacimiento. Estuvo en servicio desde la temprana fecha de 1910 hasta 1960, con una potencia de 100 kVA generada por un salto de 8 m. Su fantasmagórico edificio aún se alza intacto junto a la gran alberca del nacimiento.

Antigua central hidroeléctrica de San Manuel junto al nacimiento
(foto: archivo propio)

Una de las acequias o "ríos"
(foto: archivo propio)


Bibliografía:

- VVAA. Introducción histórica a las centrales generadoras de energía eléctrica en la comarca de Sierra Mágina. Sumuntán, nº 23. 2006. 
- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.
- Manantiales y Fuentes de Andalucía (www.conocetusfuentes.com). Unión Europea, Junta de Andalucía, Universidad de Granada.




En los Fogones de Jaén. GACHAS DULCES.

Aunque ya ha pasado la fiesta de Todos los Santos, esta receta es estupenda para la estación que se avecina. Es un postre contundente y en tiempos de escasez era un plato que llenaba, aunque no alimentaba. La noche de Todos los Santos los chavales las utilizaban para tapar las cerraduras de los vecinos y gastar bromas. 

 Foto: Mª Cristina Gimeno

Ingredientes:

- 1/2 vaso de harina.
- Un vaso de leche.
- Dos vasos y 1/2 de agua. 
- Una cucharadita de matalahúva.
- Medio vaso de azúcar.
- Cuatro o cinco cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
- Canela en polvo.
- Pan duro cortado en dados, para los tostones.
- Un chorreón de anís seco (opcional).

Modo de hacerlo:

Calentamos el aceite en una sartén y freímos el pan. Sacamos los tostones, una vez doraditos, y los ponemos en un plato con papel de cocina para que absorba el aceite. A este aceite, ya caliente, le echamos la matalahúva, sólo unos segundos, procurando que no se queme. Echamos la harina y la tostamos moviendo continuamente con una cuchara de palo, esto se hace para que la harina no sepa a crudo. 
Luego le añadimos todos los líquidos y a fuego lento vamos removiendo hasta que los grumos estén totalmente disueltos. Es laborioso este proceso y mejor ayudarnos con una espumadera. Cuando estén a medio hacer le echamos el azúcar. No la pongáis toda de golpe y vais probando para que las gachas queden a vuestro gusto.
Por último, le añadimos un chorreón de anís seco (opcional).
Para presentarlas las podemos poner en un recipiente de barro o comérselas en la misma sartén. Les espolvoreamos la canela y les ponemos los tostones y ¡¡a comer!!.
Hay muchas maneras de hacer las gachas, mi madre las hace sólo con agua, que es como se hacían antes. Para gusto los colores.

Buen provecho.

 

Iglesias de Jaén. Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de BEDMAR


Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Bedmar con el Castillo de fondo
(foto: archivo propio)

UN POCO DE HISTORIA

Si bien Bedmar pasó a manos cristianas definitivamente en 1310, el peligro que suponía la cercanía de la frontera con el vecino reino nazarí de Granada hizo que la plaza viviera un continuo episodio de inestabilidad a lo largo del siglo XIV y buena parte del XV. En manos de la Orden de Santiago, la villa y su vieja fortificación tuvieron serias dificultades para defender el paso del Este que, a través de Sierra Mágina, conectaba con tierras de Guadix. La construcción de un nuevo castillo a partir de 1411 mejoró la defensa pero no alejó el peligro. Debido a esta circunstancia, la construcción de cualquier edificio religioso de empaque se hacía imposible a la par que estéril, pues a los peligros de la frontera habría que añadir -derivada de los mismos- la escasez de población que Bedmar padeció durante todo el periodo bajomedieval.
Cuando la Orden de Santiago atisbó el final de la reconquista y la toma de Granada, se embarcó en el proyecto de dotar a Bedmar de una iglesia parroquial adecuada a las proporciones de la villa, comenzando su construcción a la sombra de la nueva fortaleza, levantada unas décadas antes. Para 1493 ya habían finalizado las obras de la cabecera. Paralelamente, el proceso repoblador estaba en marcha con gentes procedentes de Baeza y Úbeda.

Tondo con la Cruz de la Orden de Santiago en la portada principal de la Iglesia
(foto: archivo propio)

Los esfuerzos económicos de la nueva etapa tras la finalización de la guerra de Granada, llevados a cabo por la Orden en Bedmar, debieron estar detrás del parón que sufrieron las obras de la iglesia durante un largo periodo, hasta mediados de la siguiente centuria.
Un documento de enero de 1558 sitúa el pago de 15.000 maravedís como anticipo por parte del clérigo Francisco Bravo al cantero jiennense Francisco del Castillo para las obras del templo, más otros 15.886 para el siguiente mes de mayo. Este dato sitúa la reanudación de las obras en torno a estas fechas.
En 1562 la villa sería cedida en calidad de señorío por el rey Felipe II al comendador de la Encomienda de Bedmar-Albanchez, Don Alonso de la Cueva. A pesar de este cambio de jurisdicción, la parroquia bedmarense siguió bajo la autoridad eclesiástica de la Orden de Santiago. De ahí que las armas del nuevo señor no aparezcan en el edificio y sí, por el contrario, emblemas de la Orden de caballería.
En 1572 Francisco del Castillo otorga poder a su hermano Benito para proseguir y acabar la obra de la iglesia.
En 1583 las obras aún continuaban, apareciendo diversos descargos a favor de Francisco de Herrera, maestro de cantería fallecido un año más tarde, en concepto de saca y asentamiento de la piedra.
Es muy probable que las obras del conjunto finalizaran en torno al año 1602, fecha que aparece en la portada lateral del lado de la Epístola.
No obstante, habría de producirse un añadido posterior en la fábrica de la iglesia. Se trata de la Capilla de los Chamorro, llamada así por ser su fundador Don Fabián Sebastián Chamorro, rico hacendado y familiar del Santo Oficio. Situada en el lado de la Epístola, data de 1762. Es un ejemplo más del mecenazgo que ejerció sobre la villa este piadoso hombre, responsable también de la fundación de la ermita y hospital de San José -por entonces extramuros de la población- y que en la actualidad conserva su fachada. 
La mayor parte del patrimonio mueble de la parroquia fue destruido durante los fanáticos ataques anticlericales perpetrados durante la guerra civil.
Tras la contienda, la iglesia ha sufrido diversas reformas a lo largo del siglo XX y hasta la actualidad. Las de los años 60 y mediados de los 90 fueron de mayor calado.
En el año 2016 tuvo lugar la última reparación, consistente en el arreglo integral del tejado del edificio, pues se estaban produciendo filtraciones en el interior.

Lateral del templo. Muro de la Epístola. Portada, sacristía y torre de campanas
(foto: archivo propio)


LA IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN

La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción se encuentra en la parte más elevada de la villa, junto al escarpado espolón que da asiento al castillo. De proporciones equilibradas, es un templo que guarda intrínsecos los valores propios del clasicismo renacentista. El edificio, dispuesto en sentido noreste-suroeste, es de planta de salón con tres naves, más alta la central, separadas por grandes arcos formeros de medio punto en ladrillo que apean en elegantes columnas de orden toscano. Se cubre con armadura de par y nudillo y tejado a dos aguas al exterior.

Interior de la iglesia, con sus tres naves, vista desde la cabecera
(foto: archivo propio)

Este cuerpo descrito de la iglesia se une a la cabecera, diferente tanto estilística como cronológicamente. Se trata de un espacio de base rectangular y testero plano, formado por tres capillas, la mayor -elevada sobre gradas y de mayores dimensiones- y dos laterales, que se abren a cada una de las naves mediante arcos apuntados y se comunican entre sí a través también de este tipo de arcos. Se cubren con bóvedas de crucería de terceletes. La cabecera de la iglesia presenta, por tanto, un lenguaje gótico pues, como se ha referido anteriormente, pertenece a un proyecto anterior. Según reza la filacteria conservada al fresco en la bóveda de la capilla mayor, ésta se culminó en el año de 1493. Desde la capilla lateral del lado del Evangelio se accede mediante arco protogótico a la sacristía.
En los pies del templo se levanta, en alto, el coro de madera, sostenido por tres columnas toscanas, y al que se accede mediante una moderna escalera de metal.

Vista de la cabecera del templo desde los pies
(foto: archivo propio)

Coro en alto en los pies de la iglesia
(foto: archivo propio)

En los muros laterales de la iglesia se abren capillas hornacinas con arcos de medio punto, de muy escasa profundidad. Destaca por sus mayores dimensiones la capilla de los Chamorro, situada en el muro de la Epístola, junto a la cabecera. Se trata de una construcción añadida posteriormente, en el siglo XVIII. Data concretamente del año 1762, fecha que aparece grabada en el muro exterior de la capilla. Es un espacio cuadrado cubierto con cúpula de media naranja sobre pechinas. El conjunto está decorado con frescos que hacen referencia a la pasión de Cristo (instrumentos de la pasión, la Cruz desnuda con el sudario), además de otras representaciones como el Espíritu Santo o la Eucaristía. En el testero frontal se abre un pequeño camarín cubierto con cupulín igualmente decorado al fresco con representación de querubines. Lamentablemente, la capilla presenta en la actualidad un acusado deterioro y es urgente su restauración.    

Capilla de los Chamorro. Bóveda sobre pechinas.
(foto: archivo propio)


En el exterior destacan las tres portadas y la torre campanario.
La portada lateral del lado del Evangelio se abre en medio punto sobre impostas y jambas cajeadas. Sobre el arco, entablamento sostenido por ménsulas que se corona por jarrones o flameros en las esquinas y en el centro un balaustre sobre pedestal cúbico decorado
A eje con la anterior, en el muro de la Epístola se abre la otra portada lateral, que repite el mismo esquema que la anterior, aunque rematada por diferentes elementos. En este caso, sobre el entablamento se sitúan bolas en las esquinas y en el centro un escudo orlado por cueros con la inscripción IHS MARIA ANO D 1602 rodeado de moldura de lacería y rematado por pirámide.

Portada del lado del Evangelio
(foto: archivo propio)

Portada del lado de la Epístola
(foto: archivo propio)

La más interesante es la portada principal. Se abre en arco de medio punto con originales dovelas labradas con una alternancia de motivos geométricos (rombos y trapecios). Apoya sobre pilastras que reproducen similares elementos geométricos y se enmarca por sendas columnas jónicas exentas sobre plintos que sostienen un entablamento cuyo friso se decora con una cenefa de almohadillados. En las enjutas del arco, sendos tondos con la Cruz de la Orden de Santiago el de la izquierda y el escudo pontificio con las armas de San Pedro el de la derecha. En el segundo cuerpo, pirámides en las esquinas y en el centro una hornacina con la imagen en bulto redondo de Nuestra Señora coronada y asunta al cielo (titular del templo), sobre media luna con querubín, rodeada de ángeles y con la paloma del Espíritu Santo sobre su cabeza. La hornacina se enmarca por columnitas corintias que sostienen una pequeña cornisa y a ambos lados se desarrollan aletones en forma de S. Remata el conjunto un óculo enmarcado por moldura cuadrangular. Esta portada es, sin duda, el elemento más importante de la iglesia por sus valores plásticos y ornamentales, constituyendo uno de los ejemplos más interesantes del manierismo jiennense.

Portada principal de la Iglesia
(foto: archivo propio)

Detalle de la hornacina central de la portada con la imagen de la Asunción de Nuestra Señora
(foto: archivo propio)

La torre de campanas se encuentra junto a la cabecera, lado del Evangelio. Se accede a ella a través de la sacristía por una escalera que destaca por sus elementos decorativos (cabezas de ángeles y diablos). La torre consta de dos  cuerpos. El bajo tiene forma cúbica y se subdivide a su vez en dos pisos. Aquí se abren cuatro huecos en medio punto para las campanas, uno en cada lado de la torre. Adosado a su cara noreste existe un volumen de menores dimensiones que corresponde a la mencionada escalera. El cuerpo superior es ochavado, con sus vanos adintelados parcialmente cegados, y se remata con tejadillo igualmente poligonal.


Torre campanario desde la parte trasera del templo. Adosado a la torre, el cuerpo de la escalera.
(foto: archivo propio)

Del patrimonio mueble de la parroquia destaca la pila bautismal en piedra, del siglo XVI, y una talla barroca de Santo Domingo penitente en la órbita de la escuela granadina de los Mora.

Pila Bautismal de la Iglesia
(foto: archivo propio)

Vista parcial de la Iglesia de la Asunción con el Castillo al fondo
(foto: archivo propio)


Bibliografía:

- Galera Andreu, Pedro A. Arquitectos y Arquitectura en Jaén a fines del siglo XVI. IEG, 1982.
- VVAA. Guía Artística de Jaén y su Provincia. Sevilla, 2005.
- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.
- Web del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico: http://www.iaph.es/