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Miércoles Santo en BAEZA. Cofradía de la Caída.


HERMANDAD Y COFRADÍA PERPETUA DE JESÚS NAZARENO DE LA CAÍDA Y MARÍA SANTÍSIMA DE GRACIA Y ESPERANZA


Escudo de la Cofradía
Año de fundación: 1698
Sede canónica: Iglesia conventual de Santa María Magdalena.
Imágenes Titulares: Cristo de la Caída (atribuido a José de Mora o a su círculo, siglo XVII); María Stma. de Gracia y Esperanza (Bartolomé Alvarado Carrasco, 1964).
Hábito: Túnica y capirote marrón, capa color marfil, cíngulo morado.
Salida: Miércoles Santo por la tarde.






Paso de Jesús de la Caída por las calles de Baeza
(foto: archivo propio)


LA COFRADÍA

Esta Cofradía fue fundada en el convento y colegio de San Basilio de la Orden de los Carmelitas Descalzos en el año 1698. La devoción por Jesús Nazareno con la Cruz a cuestas estaba íntimamente ligada a la Orden del Carmelo tras su reforma en la segunda mitad del siglo XVI. Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz ya se mostraron fieles seguidores de la iconografía nazarena. En este convento tuvo su sede previamente la cofradía de Jesús Nazareno y la Cruz de Santa Elena, que por desavenencias con la comunidad se trasladó al convento de la Merced. La nueva cofradía de Jesús de la Caída vino a ocupar el vacío que había dejado aquélla otra tras su marcha, para lo cual los Descalzos cedieron una talla de Jesús Caído que se encontraba en la clausura del convento y que se mostraba los Domingos de Cuaresma a los fieles, que le tenían gran devoción.
Con la Desamortización de Mendizábal y la supresión del convento, en 1835 cofradía e imagen pasan a la iglesia del convento de clarisas de Santa Catalina Mártir, donde Jesús de la Caída dispondrá de un camarín propio. En 1868 las monjas son expulsadas del convento y el edificio pasa al ayuntamiento de la ciudad, que lo utilizará como cárcel pública. En 1876 se permite que las monjas ocupen de nuevo su convento. Durante esos años, las clarisas fueron acogidas por sus hermanas las Agustinas Recoletas del convento de Santa María Magdalena. Obviamente también la talla de Jesús Caído y, por ende, su cofradía, habían pasado a este nuevo emplazamiento, que será el definitivo hasta la actualidad, pues las clarisas, agradecidas por el cariñoso trato recibido en aquellos años de incertidumbre, dejaron que la talla se quedara en el convento de la Magdalena.
Actualmente se rige la hermandad por nuevos estatutos aprobados el 25 de Enero de 1993 por el Obispo de Jaén Don Santiago García Aracil.
En 1998, cuando se cumplía el III Centenario fundacional de la cofradía, el Ayuntamiento de Baeza le otorgó la máxima distinción con la Medalla de Oro de la ciudad. En ese mismo año se concedía la distinción de Hermano Mayor Honorario de la cofradía a la institución Centro Ocupacional "Virgen de la Esperanza" de Baeza.

IMÁGENES TITULARES

JESÚS NAZARENO DE LA CAÍDA

Primer plano de la talla de Jesús de la Caída 
(foto: archivo propio)

Se trata de una de las mejores tallas de esta iconografía de la Pasión de Cristo en el panorama imaginero nacional. Es una imagen completa de bulto redondo, de estilo barroco y escuela granadina, atribuida a los escultores José Risueño o José de Mora (finales del siglo XVII - principios del XVIII). Destaca por su impresionante y perfecta anatomía, una cuidada ejecución que le confiere una extraordinaria calidad artística. El expresivo rostro contribuye aún más si cabe a su excepcionalidad. La figura está completamente tallada a excepción de la cabellera, por lo que la parte superior de la cabeza es lisa para alojar una peluca postiza. Sujeta la cruz con el brazo izquierdo mientras apoya la mano derecha sobre una roca esférica.
Se han realizado varias intervenciones en la imagen, especialmente en el siglo XX, destacando la última, entre 1994 y 1995, por la empresa ECROA, especializada en la restauración de obras de arte, y a instancias de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Cristo de la Caída tras su última restauración, mostrando su portentosa anatomía
(foto: Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía)

Jesús lleva túnica de terciopelo morado, bordada en oro por las clarisas de Santa Catalina. En años alternos la talla procesiona mostrando el esplendor de su anatomía. La corona y potencias de plata son del siglo XIX. Un hermoso querubín, de Manuel Hernández León (1988), sostiene el extremo de la cruz de Cristo, obra también del mismo autor y año.
Tras la guerra, Jesús procesionaba sobre trono de madera sobredorada, que iba a ruedas. En 1988 estrena nuevo paso en madera de caoba de los hermanos López de Torredonjimeno portado por costaleros. Actualmente procesiona sobre magnífico trono neobarroco en madera de cedro real obra del artista sevillano Manuel Guzmán Bejarano, finalizado en 2007. El dorado del trono se debe al taller granadino de Cecilio Reyes Espínola. Luce cuatro faroles plateados en las esquinas obra del granadino Rafael Moreno.
En la estación de penitencia, el paso es acompañado por música de capilla.
 
MARÍA SANTÍSIMA DE GRACIA Y ESPERANZA

Primer plano del rostro de María Santísima de Gracia y Esperanza
(foto: archivo propio)

Es obra del escultor ubetense Bartolomé Alvarado Carrasco de 1964 y restaurada por el mismo en 1997.
El paso, portado por costaleros, es de alpaca plateada realizado en los talleres malagueños de Cristóbal Martos. El palio es de terciopelo verde bordado en oro por Javier García y Martín Suárez, de Jaén. Los candelabros de cola son obra del cordobés Francisco Díaz Roncero. El resto de la candelería es de los talleres de orfebrería de Lucena.
Debido a las reducidas dimensiones de la puerta del templo, el palio ha de ser montado en la calle una vez que sale la Señora. En la estación de penitencia se acompaña de banda de música.

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Bibliografía:

- "Semana Santa de Baeza". Revista de la Agrupación Arciprestal de Cofradías (varios números).
- VVAA. Semana Santa en Jaén. Tomo 3º. Sevilla, 1991.

Miércoles Santo en BAEZA. Cofradía de LA COLUMNA


COFRADÍA RELIGIOSA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA COLUMNA Y MARÍA SANTÍSIMA DE LA SALUD, AMARGURA Y ESPERANZA "NUESTRA SEÑORA DE LAS LÁGRIMAS"

Escudo de la Cofradía
Año de fundación: indeterminado (posiblemente en el siglo XVII).
Sede Canónica: Iglesia Parroquial de El Salvador.
Imágenes Titulares: Cristo de la Columna (Amadeo Ruiz Olmos, 1948); Ntra. Sra. de las Lágrimas (Luis Álvarez Duarte, 1986).
Hábito: túnica color marfil; capirote y bocamangas morados; cíngulo amarillo.
Salida: Miércoles Santo por la tarde.


Paso de misterio del Santísimo Cristo atado a la Columna por las calles de Baeza
(foto: archivo propio)

LA COFRADÍA

Se tiene constancia documental de la devoción que a mediados del siglo XVII se le profesaba en Baeza a una talla de Jesús amarrado a la columna, que es la que estuvo procesionando en la ciudad hasta los fatídicos acontecimientos de la guerra civil española, cuando fue destruida. El documento más antiguo que atestigua tal devoción tiene fecha de 1648. Es lógico pensar que existiera una cofradía asociada al culto de dicha imagen, pero éste es un punto aún sin confirmar, pues tampoco se conoce fecha de fundación. Documentos del siglo XIX nos hablan de "grupo de devotos" y no de "cofradía" o "hermandad", no sabemos si por extinción o desorganización de la cofradía debido a las convulsiones políticas y revolucionarias de esta centuria o porque aquélla, realmente, nunca existió.
La antigua imagen del Cristo de la Columna, posiblemente de escuela granadina, estuvo radicada en la parroquia de San Vicente Mártir, extinguida tras la desamortización de Mendizábal y posteriormente desaparecida. Tras el abandono de la parroquia, la imagen pasa a la iglesia del Hospital de la Concepción, donde se encontraba en 1843 según consta en un comunicado del presbítero Don José Camacho al vicario eclesiástico de la Diócesis de Jaén.
Antes de la guerra civil, procesionaba junto con las cofradías de la Oración en el Huerto, Humildad y el Mandato (que representaba la escena del Lavatorio) el Jueves Santo.
En los años 40 se reorganiza la cofradía, con sede canónica en la Parroquia de El Salvador. Hubo unos estatutos del año 1943 que no llegaron a aprobarse por parte del Obispado en los que se especificaba que la cofradía debía regirse por los mismos hasta localizar los antiguos o fueran aprobados los presentes. En el año 1948 se adquiere una talla de Jesús amarrado a la Columna del imaginero Amdeo Ruiz Olmos.
La crisis que afectó al mundo cofrade en los años 70 pasó factura a esta cofradía. En 1980 un grupo de jóvenes se hace con las riendas de la junta de gobierno con la intención de reorganizarla. El patrimonio cofrade con el que se encuentran se limitaba a la talla de Cristo, 40 túnicas de penitente y una Cruz de Guía.
Hasta el año 1982, Jesús salía en un paso con ruedas en madera sobredorada. A partir de la Semana Santa de este año comienza a procesionar sobre andas en madera de nogal obra del escultor local Salvador López.
En 1986 se incorpora a la cofradía la imagen mariana de Nuestra Señora de las Lágrimas que procesionó por primera vez en la Semana Santa de 1989.
El 24 de Marzo de 1988 son aprobados sus actuales Estatutos por el Obispado de Jaén.
En el año 2010 se nombra a la Casa Real española Hermana Mayor Honoraria de la Cofradía.

Nuestra Señora de las Lágrimas en su estación de penitencia el Miércoles Santo por la tarde
(foto: archivo propio)

IMÁGENES TITULARES

JESÚS ATADO A LA COLUMNA


Primer plano del rostro de Jesús atado a la Columna
(foto: archivo propio)
 
Se trata de una talla en madera policromada ejecutada por el imaginero valenciano Amadeo Ruiz Olmos en 1948. Representa a Jesús atado a la columna en el momento de ser flagelado. Destaca por su expresión serena, con la cabeza inclinada hacia abajo. En el año 1983 es restaurado por el sevillano Juan Abascal Fuentes, quien le aplica una nueva policromía ante el estado de deterioro que presentaba la anterior.
La imagen procesionaba sola hasta que la Cofradía proyecta un paso de misterio incluyendo las imágenes de un soldado romano y un sayón (obras del escultor cordobés Alfonso Castellano Tamarit, de 2007). El grupo escultórico procesiona en un nuevo paso tallado en madera obra del también cordobés José Carlos Rubio Valverde.

NUESTRA SEÑORA DE LAS LÁGRIMAS


Rostro de Nuestra Señora de las Lágrimas
(foto: archivo propio)
 
En el año 1986 la Cofradía se plantea sumar una advocación mariana. Nuestra Señora de las Lágrimas es una imagen de candelero salida de la gubia del escultor sevillano Luis Álvarez Duarte, prototipo de las dolorosas sevillanas, de rostro joven y dolor contenido. Procesiona bajo palio en trono de alpaca plateada con varales de los talleres de Viuda de Villarreal (Sevilla), portado por costaleros. Los bordados del palio original fueron confeccionados por las monjas Clarisas de Santa Catalina de Baeza. Los actuales bordados se han realizado en los talleres de la propia hermandad.
El torero y cofrade Juan Antonio Ruiz "Espartaco" donó un traje de torear a partir del cual se confeccionó una saya de vestir para la Virgen.

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Bibliografía:

- Semana Santa de Baeza. Publicación de la Agrupación Arciprestal de Cofradías (varios números).
- VVAA. La Semana Santa en el Recuerdo. Diario Jaén / Caja Sur.
- VVAA. Semana Santa en Jaén. Tomo 3º. Sevilla, 1991.

El Corpus Christi en BAEZA


Custodia del Corpus Christi frente al Palacio de Jabalquinto de Baeza
(foto: archivo propio)

Una de las celebraciones religiosas más destacadas en el calendario festivo de Baeza es el Corpus Christi, la exaltación y culto a la Eucaristía, que tiene lugar, como se sabe, en fecha variable, pues se celebra en jueves transcurridos sesenta días desde el Domingo de Resurrección. No obstante en la mayoría de los pueblos y ciudades de España, caso también de Baeza, el Corpus Christi se pasó al domingo siguiente por motivo del calendario laboral.
La veneración al Santísimo Sacramento en Baeza es arraigada y antigua, lo cual aún hoy es palpable en una ciudad que se vuelca en el exorno de sus calles y en la cuidada elaboración de unos dignos y magníficos altares. El colofón a esta celebración lo ponen la santa misa en la Catedral y la posterior procesión de Jesús Sacramentado, que aquí en Baeza lo hace en una elegante y espectacular custodia de plata de principios del siglo XVIII, joya única de orfebrería en la Provincia de Jaén.

HISTORIA DE LA CELEBRACIÓN DEL CORPUS CHRISTI EN BAEZA
 
Aunque la fiesta del Corpus Christi se remonta a la Edad Media, será a partir del siglo XVI cuando en Baeza adquiera un enorme relieve, convirtiéndose en la más importante de las celebraciones que tenían lugar en la ciudad. La Contrarreforma que emana del Concilio de Trento auspicia con fuerza la veneración de la Eucaristía, fenómeno que se dejará notar muy pronto en los pueblos y ciudades de la Europa católica, teniendo en la procesión del Corpus Christi su máximo exponente como manifestación pública del dogma eucarístico y símbolo de la Iglesia Católica triunfante.
Uno de los primeros datos que tenemos sobre la festividad del Corpus en Baeza son las ordenanzas que Carlos V otorgó a la ciudad en 1536, en las que se mandaba que los regidores se juntasen nueve días antes de la fecha del Corpus para preparar la fiesta. También debían escoger de entre ellos mismos a seis caballeros que portaran las varas el día de la procesión, y debían asistir asímismo a la festividad del Santísimo que se celebraba las vísperas en la Catedral.
Generalmente los gastos que ocasionaba esta fiesta eran costeados por el Cabildo eclesiástico, el Concejo y algunos gremios. Las actas de cabildo dan prueba de que el Concejo tenía un papel muy destacado, ya que se encargaba de librar el dinero necesario para la celebración de dicha fiesta. Se disponía de dinero incluso en momentos de dificultades económicas, especialmente en la centuria siguiente, el siglo XVII, donde la tradición del Corpus sigue manteniéndose intacta, gracias a que por facultad real el Concejo estaba autorizado de librar el caudal de los propios de la ciudad, de los arrendamientos o de la venta del pescado y la carne.
Esta celebración religiosa estaba compuesta de una parte lúdica, como eran los juegos, danzas y representaciones. Esta parte festiva colaboraba en la educación religioso-simbólica de la sociedad. En muchas ocasiones, las representaciones que se realizaban el día del Corpus se ensayaban previamente para que los comisarios dieran el visto bueno. Si no era del gusto de los organizadores, debían mejorar la actuación. Los lugares donde se solían hacer estas actuaciones y comedias eran la Plaza de Santa María y el entorno de las casas consistoriales altas, por ser las zonas de mayor actividad de la ciudad.
Una tradición que aún pervive en la ciudad de Baeza es la colocación de altares y alfombras que se sitúan al paso del Corpus. Los altares intercalados en el recorrido procesional surgen en el siglo XVI como puntos de descanso para el sacerdote que portaba en sus manos la custodia, circunstancia que aprovechaba para el rezo de una oración arrodillado frente a estas estructuras efímeras que, normalmente, montaban las clases acomodadas a las puertas de sus mansiones. El 15 de abril de 1581, el cabildo decide ubicar toldos en las calles y librar dinero para premiar los altares y cruces que se pusieron, una tradición que se mantendrá en épocas posteriores. A partir del siglo XVII se generaliza en ciudades importantes la custodia tipo turriforme para albergar la hostia consagrada que, al ser portada sobre andas, tronos o en carrozas, hace que pierdan sentido estos altares, que no obstante se seguirán elaborando para honrar el paso de la procesión.
Como hemos podido comprobar, ningún detalle de la procesión se dejaba a la improvisación. Todo era preparado meticulosamente para el día en el que el Santísimo paseaba por las calles baezanas.

EL CORPUS CHRISTI DE BAEZA EN LA ACTUALIDAD

La celebración del Corpus Christi en Baeza sigue gozando de la solemnidad y esplendor de antaño.
Los preparativos comienzan la víspera, en que los baezanos engalanan las calles por donde pasará la Custodia en la mañana siguiente: juncia y romero, alfombras de flores y serrín de colores, colgaduras y banderolas y unos primorosos altares cuidadosamente montados jalonan el itinerario de la procesión. La Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de las Misericordias es la encargada de organizar cada año el concurso de altares y alfombras que ha alcanzado ya su XXXII edición.
El Domingo por la mañana tiene lugar la función religiosa en la Santa Iglesia Catedral y a continuación la procesión. La Custodia es portada en un lujoso trono de plata sobredorada portado por horquilleros. El cortejo está conformado por autoridades religiosas, civiles y militares, representantes de las Hermandades y Cofradías de la ciudad, miembros de Adoración Nocturna, niños tarsicios que portan una pequeña imagen de su santo titular, niños y niñas de primera comunión y las bandas de música. Muchos son los fieles que también participan en la procesión, entonando cantos litúrgicos como el típico de "Cantemos al Amor de los Amores" u otros propios de la ciudad como "El Motete".
En la Octava del Corpus se celebra una segunda procesión del Santísimo, esta vez por las naves y claustro de la Catedral.

Monaguillos y niños tarsicios portando una pequeña imagen de su santo titular.
Procesión del Corpus Christi de Baeza 2015
(foto: archivo propio)

LA CUSTODIA DEL CORPUS CHRISTI DE BAEZA
 
La custodia procesional de la Catedral de Baeza es un templete de orfebrería del tipo turriforme construido para servir de asiento al Santísimo Sacramento cuando es procesionado en las funciones solemnes de la liturgia catedralicia, siendo la principal de ellas la procesión eucarística del Corpus Christi. Esta custodia es la principal pieza de orfebrería del patrimonio catedralicio, y una de las obras más destacadas de España en su género. Es por ello que se ha convertido en uno de los símbolos monumentales de la ciudad de Baeza.


Custodia de la Catedral de Baeza en la procesión del Corpus Christi
(foto: archivo propio)

La custodia mide 2,20 m. de altura y fue realizada en plata casi en su totalidad (algo más de 10.745 onzas), excepto algunas partes que son de cobre dorado y el viril que es de oro macizo.
Vino a sustituir a la destruida en el incendio de la sacristía de 1691, siendo costeada casi en su totalidad por el canónigo baezano Diego de Cózar Serrano y ejecutada por el maestro platero de Antequera Gaspar Núñez de Castro, con quien colaboró su hermano Jerónimo y el también antequerano Gaspar Correa. Comenzada en 1700, se entregó concluida en 1714.

IMÁGENES DE ALTARES CORPUS CHRISTI 2015


Altar en la Plaza de Santa María

Alfombra con serrín de colores en Calle Julio Burell

 Altar de la Cofradía del Señor de la Yedra y Virgen del Rosel

 Altar de la Cofradía de la Vera Cruz delante de la portada románica de la Iglesia de Santa Cruz


 Altar de la Cofradía del Cristo de la Misericordia "Las Escuelas"
en la puerta del Instituto Santísima Trinidad

Altar particular en Calle San Pablo

 Altar de la Cofradía de la Virgen del Carmen en Calle San Pablo

 Altar en Calle Julio Burell


 Santa Teresa ante la visión del Ecce Homo. Homenaje al Año Teresiano
Altar en Calle Julio Burell

 Entorno de la Puerta de Úbeda engalanada para la Procesión del Corpus Christi

 Altar en Calle Julio Burell

Casa engalanada en Calle Sacramento


PROCESIÓN DEL CORPUS CHRISTI EN BAEZA 2015


Procesión por la Plaza de Santa María tras salir de la Santa Iglesia Catedral

 La Custodia a su paso por el Palacio de Jabalquinto

Custodia frente a la Iglesia de San Pablo



Procesión a su paso por la Calle San Pablo

Fotografías: Jesús Molina Gimeno


Bibliografía:

- García Martínez, Catalina. La Devoción de Baeza al Santísimo Sacramento en la Edad Moderna. En "Religiosidad y Ceremonias en torno a la Eucaristía". Madrid, 2003.


ANTONIO MACHADO y BAEZA. La estancia del poeta en la Provincia de Jaén


Antonio Machado

Hoy, día 22 de Febrero, se cumplen exactamente 75 años de la muerte de Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 26 de Julio de 1875 - Colliure, Francia, 22 de Febrero de 1939). Machado ha pasado a la Historia de la Literatura como uno de los poetas más universales que ha dado España, siendo el mejor representante, aunque algo ya tardío, de la llamada Generación del 98. Aprovechando la efeméride, realizaremos un recorrido por la huella que Antonio Machado dejó en la Provincia de Jaén, especialmente en la ciudad de Baeza donde residió desde Octubre de 1912 hasta Noviembre de 1919.

SU BIOGRAFÍA ANTES DE LLEGAR A BAEZA

Antonio Machado nació en 1875 en el sevillano palacio de Dueñas, alquilado a algunas familias modestas. A los ocho años se traslada con sus padres a Madrid, en donde residirá hasta 1906. En su etapa madrileña comienza sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza, destacando entre sus profesores Giner de los Ríos. Posteriormente cursa sus estudios de bachillerato, de forma intermintente por los problemas económicos de la familia a raiz de la muerte de su padre. Es en esta época cuando se aficiona al teatro junto a su hermano Manuel, también poeta. Durante este periodo viaja a París en dos ocasiones, en 1899 y en 1902, precisamente para visitar a su hermano, pasando en ambos casos largas temporadas en la capital francesa. En esta etapa de su vida, además de iniciarse como literato, toma contacto con grandes personalidades de este mundo como Pío Baroja, Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez e incluso Oscar Wilde en París. Colabora en infinidad de publicaciones y en 1903 sale a la luz su primera obra, "Soledades".
En 1906 consigue las oposiciones al puesto de catedrático de francés y elige como destino el instituto de Soria. En esta ciudad castellana conocerá a Leonor Izquierdo, con la que se casará en 1909, cuando ella contaba 15 años y él 34.



Antonio Machado y Leonor Izquierdo el día de su boda

En Julio de 1912 se publica "Campos de Castilla", obra en la que el autor se separa de los rasgos modernistas que presentaba su obra "Soledades" y del intimismo hacia el que había evolucionado en "Soledades, galerías y otros poemas", acercándose a las inquietudes patrióticas de los autores de la Generación del 98. En efecto, ha mantenido una amplia correspondencia epistolar con Miguel de Unamuno y algunas de sus ideas se reflejan en este libro.
El 1 de Agosto de este mismo año, su joven esposa Leonor muere de tuberculosis, enfermedad que había contraído hacía más de un año, lo que sume a Machado en una profunda depresión. Es entonces cuando solicita su traslado a Baeza.


SU ETAPA EN BAEZA

Paseo de Alfonso XII. Baeza
Portfolio Fotográfico de España. Provincia de Jaén. Casa Editorial Alberto Martín. 1911

Otro Viaje

Ya en los campos de Jaén,
amanece. Corre el tren
por sus brillantes rieles,
devorando matorrales,
alcaceles,
terraplenes, pedregales,
olivares, caseríos,
praderas y cardizales,
montes y valles sombríos.
Tras la turbia ventanilla,
pasa la devanadera
del campo de primavera.
La luz en el techo brilla
de mi vagón de tercera.
Entre nubarrones blancos,
oro y grana;
la niebla de la mañana
huyendo por los barrancos.
¡Este insomne sueño mío!
¡Este frío
de un amanecer en vela!…
Resonante,
jadeante,
marcha el tren. El campo vuela.
Enfrente de mí, un señor
sobre su manta dormido;
un fraile y un cazador
—el perro a sus pies tendido—.
Yo contemplo mi equipaje,
mi viejo saco de cuero;
y recuerdo otro viaje
hacia las tierras del Duero.
Otro viaje de ayer
por la tierra castellana
—¡pinos del amanecer
entre Almazán y Quintana!—
¡Y alegría
de un viajar en compañía!
¡Y la unión
que ha roto la muerte un día!
¡Mano fría
que aprietas mi corazón!
Tren, camina, silba, humea,
acarrea
tu ejército de vagones,
ajetrea
maletas y corazones.
Soledad,
sequedad.
Tan pobre me estoy quedando
que ya ni siquiera estoy
conmigo, ni sé si voy
conmigo a solas viajando.

Campos de Castilla (versión de 1917).

Este poema vendría a ser el punto de inflexión entre dos épocas en la vida de Antonio Machado: Soria y Baeza. A esta última llegó el poeta como profesor de francés para dar clase en el Instituto de Bachillerato de la ciudad en Octubre de 1912, tras concederle el traslado desde el instituto de Soria. En la pequeña ciudad castellana, el recuerdo de Leonor se había hecho excesivamente insoportable y Machado tiene que marcharse.
Durante siete años, hasta 1919, el poeta enseña gramática francesa en el Instituto de Bachillerato instalado en la antigua universidad baezana, donde toma posesión el día 1 de Noviembre, siendo director del centro Don Leopoldo de Urquía.

Claustro de profesores del Instituto de Baeza
Antonio Machado aparece sentado el tercero por la derecha

¿Y por qué Baeza? En principio, por lo mismo que fue a Soria: porque no le quedaba más remedio. Él a donde siempre quiso ir era a Madrid. De hecho, a la muerte de Leonor, inició algunas gestiones para encontrar un empleo en Madrid, pero Don Francisco Giner, su antiguo maestro, no pudo satisfacerle en este favor, y Machado decidió entonces ocupar una vacante en el instituto de Baeza.
Baeza supone el reencuentro con su tierra andaluza natal, aunque la situación anímica tras la muerte de su esposa es de completo abatimiento. La ciudad andaluza no le gustará nada al principio. Tampoco empezó con buen pie. En primer lugar está lo de la estación de ferrocarril. El hecho de que ésta (Linares-Baeza empalme) estuviera nada menos que a 17 km. del casco urbano -cuando Machado creía que estaba en el propio núcleo-, no sentó nada bien a nuestro poeta. En segundo lugar está la anécdota a su llegada al instituto y preguntar por el director, Don Leopoldo de Urquía -por cierto amigo de Machado por vínculos familiares de su Sevilla natal-. El conserje del centro le contestó a Don Antonio que sentía que Don Leopoldo no pudiera haber ido a esperarlo a la estación y que estaba en la agonía. Machado se puso pálido y el conserje lo tranquilizó diciéndole que "La Agonía" era una tasca donde los profesores se reunían para "tratar" de asuntos concernientes al instituto.
En fin, dejando a un lado estos chascarrillos, en Baeza se encontrará con una Andalucía provinciana, aburrida, que el poeta verá con ojos muy críticos, "...un pueblo húmedo y frío, / destartalado y sombrío, / entre andaluz y manchego" (Poema de un día. Meditaciones rurales. 1914).  
En una carta escrita a Miguel de Unamuno en 1913 expone sus impresiones sobre Baeza: "Tengo motivos que usted conoce para un gran amor a la tierra de Soria; pero tampoco me faltan para amar a esta Andalucía donde he nacido. Sin embargo reconozco la superioridad espiritual de las tierras pobres del alto Duero. En lo bueno y en lo malo supera aquella gente. Esta Baeza, que llaman Salamanca andaluza, tiene un Instituto, un Seminario, una Escuela de Artes, varios colegios de segunda enseñanza, y apenas sabe leer un treinta por ciento de la población. No hay más que una librería donde se venden tarjetas postales, devocionarios y periódicos clericales y pornográficos. Es la comarca más rica de Jaén y la ciudad está poblada de mendigos y de señoritos arruinados en la ruleta. La profesión de jugador de monte se considera muy honrosa. Es infinítamente más levítica y no hay un átomo de religiosidad. Hasta los mendigos son hermanos de alguna cofradía. Se habla de política -todo el mundo es conservador- y se discute con pasión cuando la Audiencia de Jaén viene a celebrar algún juicio por jurados. Una población rural, encanallada por la Iglesia y completamente huera. Por lo demás, el hombre del campo trabaja y sufre resignado o emigra en condiciones tan lamentables que equivale al suicidio. A primera vista parece esta ciudad mucho más culta que Soria, porque la gente acomodada es infinitamente discreta, amante del orden, de la moralidad administrativa y no faltan gentes leídas y coleccionistas de monedas antiguas. En el fondo no hay nada. Cuando se vive en estos páramos intelectuales, no se puede escribir nada suave, porque necesita uno de la indignación para no helarse también. Además, esto es España más que el Ateneo de Madrid".
No hay que buscar una descripción objetiva de la ciudad en estas líneas, más bien una impresión subjetiva e incluso pasajera, fruto de la desolación por sus circunstancias personales. Pero también en Baeza encontrará amigos, contertulios, y retoma una rutina similar a la de sus días en Soria.
Vive con su madre durante el primer año y, además de la enseñanza, las ocupaciones del poeta serán componer, escribir, estudiar, pasear, recordar... Son años melancólicos. Asiste por las tardes a las tertulias que tenían lugar en la rebotica del farmacéutico Adolfo Almazán, también profesor de gimnasia en el instituto. Las más de las veces prefería su soledad, y se le podía ver, abstraído, sentado en el café de "La Perla" o dando largos paseos por la muralla o la carretera de Úbeda. Así lo recuerda Rafael Laínez Alcalá, alumno aventajado de Machado en el instituto de Baeza, oriundo de Peal de Becerro, y que más tarde cultivaría también la poesía y la docencia como su profesor: "Solíamos encontrar a Don Antonio solo, sentado bajo el olmo de la Puerta del Conde o en alguno de los bancos que, más lejos, se apoyan en la espalda de la plaza de toros, allí por el Egido (...) todavía lo recuerdo, apoyado con sus dos manos en su cayado, como tantas veces, llenos los ojos de lejanía, inmóvil...". 
En 1915 comienza los estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid como alumno libre, estudios que finalizará en 1918. Durante su etapa de Baeza verán la luz algunas de sus obras: "Páginas Escogidas" (1917), "Poesías Completas" (1917) y la segunda edición de "Soledades, Galerías y otros poemas" (1919). Por otra parte, no cesó en sus colaboraciones con revistas y publicaciones de Soria, Madrid e incluso de Baeza, en el semanario reformista Idea Nueva, que comienza su andadura en febrero de 1914, teniendo no obstante una vida efímera (dos años y medio). Además, la etapa de Baeza será la más prolífica desde el punto de vista epistolario, teniendo correspondencia con lo más granado de la intelectualidad de este tiempo, también con su madre y sus hermanos (30 cartas se conservan de este periodo).
La rutina de Antonio Machado se rompe un día de 1916 con la llegada de un grupo de estudiantes granadinos que, acompañados por su profesor de arte, Don Martín Domínguez Berrueta, visitan Baeza. Entre esos estudiantes iba un joven Federico García Lorca. Visitaron el Instituto, y Berrueta, amigo de Machado, presentó a éste a sus alumnos de la Facultad de Letras. Al atardecer se organizó una reunión en el casino para que Machado leyera poemas y Federico tocara el piano, pues la primera vocación de Lorca fue la de músico y no la de poeta (para más información acerca de la visita de García Lorca a Baeza, véase el artículo Federico García Lorca y Jaén en este mismo blog).
Como se ha apuntado anteriormente, Machado obtuvo la licenciatura en Filosofía y Letras en 1918. Sabía que la única forma de salir de Baeza era tener títulos. No puede más, está cansado de sus continuos viajes a Madrid. El 7 de septiembre de 1919 solicita el Instituto de Segovia, el cual le es concedido el 30 de octubre. En noviembre abandona Baeza y, tras pasar unos días en Madrid, el 26 de este mismo mes viaja a Segovia, donde comienza a ejercer como catedrático el 1 de diciembre, empezando, así, una nueva etapa en su vida. Segovia queda más cerca de Madrid, y puede vivir una vida intelectual más plena. Él mismo confiesa en una carta dirigida a Juan Ramón Jiménez: Llevo ocho años de destierro y ya me pesa esta vida provinciana en que acaba uno por devorarse a sí mismo.... Pero, en cualquier forma, Machado se huebiese sentido incómodo, extraño y descontento en cualquier otro lugar del mundo que, como Baeza, hubiese sido elegido como residencia ante el imperioso deseo de abandonar Soria. Su etapa en Baeza fue triste, sí, pero en su soledad pudo desarrollar gran parte de su producción poética cumbre. Por otra parte, se convirtió en una influencia decisiva para Lorca en los diversos contactos que tuvieron en Baeza.


MACHADO Y SU RELACIÓN CON JAÉN

Durante los años en que vivió en Baeza, Antonio Machado se interesó por visitar algunos lugares de la Provincia de Jaén. No obstante, tenemos evidencias de escasas excursiones, habida cuenta del largo periodo de estancia aquí.
Iba Don Antonio con frecuencia a Úbeda, a veces incluso caminando, por la cercanía. Esta ciudad aparece en sus versos repetidamente. Hubo un paraje natural de encinas situado a mitad de camino de Baeza a Úbeda donde descansaba el poeta en sus paseos a esa ciudad. Cualquiera de ellas pudo ser la "encina negra" de sus poemas. A finales de los años ochenta, muchas de aquellas encinas próximas a la carretera fueron taladas por razones urbanísticas y de comunicación.
En 1913 hizo una excursión a Sierra Mágina acompañado por Juan Camps, Adolfo Almazán y el pintor Florentino Soria, amigos suyos de Baeza. Hicieron una visita concretamente a Jimena, el paraje de Cánava y alcanzaron la cumbre del Aznaitín, montaña muy presente en sus poemas. Fueron guiados por el entonces alcalde de Jimena, Don Miguel Salcedo. El paisaje de Sierra Mágina se hace tremendamente familiar a la retina de Machado, precisamente por ser estas montañas el horizonte de Baeza hacia el Sur, al otro lado del valle del Guadalquivir.


Plaza y torre del homenaje del castillo de Jimena
Portfolio Fotográfico de España. Provincia de Jaén. Casa Editorial Alberto Martín. 1911

En otra excursión, esta vez a la Sierra de Cazorla en 1915, Machado estuvo acompañado por su hermano Manuel, algunos amigos de Baeza y su alumno de Peal de Becerro, el mencionado Rafael Laínez. Su objetivo era visitar el nacimiento del río Gudalquivir.
Esta "escapada" dejó una huella más profunda desde el punto de vista poético que las demás. De los lugares por los que pasa, Torreperogil, Peal de Becerro, deja constancia en la segunda parte de su poema "Los Olivos". Especialmente duro resulta al hablar del primer pueblo, Torreperogil, dando una visión sórdida, tremendista, negra..., que seguramente no lo fuera tanto. Anticlerical y crítico, excepcionalmente naturalista, aquí de nuevo se constatan impresiones influenciadas por su estado anímico. Pasado el tiempo, volvería Machado a acordarse de Torreperogil y, quizás para compensar la dureza empleada en "Los Olivos", esta otra composición, tan sólo de tres versos, presenta otro estilo, aunque un tanto declamatorio: "¡Torreperogil! / ¡Quién fuera una torre, torre del campo / del Guadalquivir!".

Los Olivos

II


A dos leguas de Úbeda, la Torre
de Pero Gil, bajo este sol de fuego,
triste burgo de España. El coche rueda
entre grises olivos polvorientos.
Allá, el castillo heroico.
En la plaza, mendigos y chicuelos:
una orgía de harapos…
Pasamos frente al atrio del convento
de la Misericordia.
¡Los blancos muros, los cipreses negros!
¡Agria melancolía
como asperón de hierro
que raspa el corazón! ¡Amurallada
piedad, erguida en este basurero!…
Esta casa de Dios, decid hermanos,
esta casa de Dios, ¿qué guarda dentro?
Y ese pálido joven,
asombrado y atento,
que parece mirarnos con la boca,
será el loco del pueblo,
de quien se dice: es Lucas,
Blas o Ginés, el tonto que tenemos.
Seguimos. Olivares. Los olivos
están en flor. El carricoche lento,
al paso de dos pencos matalones,
camina hacia Peal. Campos ubérrimos.
La tierra da lo suyo; el sol trabaja;
el hombre es para el suelo:
genera, siembra y labra
y su fatiga unce la tierra al cielo.
Nosotros enturbiamos
la fuente de la vida, el sol primero,
con nuestros ojos tristes,
con nuestro amargo rezo,
con nuestra mano ociosa,
con nuestro pensamiento
—se engendra en el pecado,
se vive en el dolor. ¡Dios está lejos!—.
Esta piedad erguida
sobre este burgo sórdido, sobre este basurero,
esta casa de Dios, decid, oh santos
cañones de von Kluck, ¿qué guarda dentro?



Campos de Castilla (versión de 1917).

Ermita de la Virgen de la Misericordia y cipreses. Torreperogil, 1929.
(foto: Torreperogil Postales, página de Facebook)

Más amable resulta en esta otra composición, escrita en este mismo viaje ya en plena serranía, donde más calmado y espiritualmente más libre, escribe:

Mariposa de la Sierra

A Juan Ramón Jiménez,
por su libro Platero y yo.

¿No eres tú, mariposa,
el alma de estas sierras solitarias,
de sus barrancos hondos,
y de sus cumbres agrias?
Para que tú nacieras,
con su varita mágica
a las tormentas de la piedra, un día,
mandó callar un hada,
y encadenó los montes
para que tú volaras.
Anaranjada y negra,
morenita y dorada,
mariposa montés, sobre el romero
plegadas las alillas o, voltarias,
jugando con el sol, o sobre un rayo
de sol crucificadas.
¡Mariposa montés y campesina,
mariposa serrana,
nadie ha pintado tu color; tú vives
tu color y tus alas
en el aire, en el sol, sobre el romero,
tan libre, tan salada!…
Que Juan Ramón Jiménez
pulse por ti su lira franciscana.


Sierra de Cazorla, 28 de mayo de 1915.


Las Fuentes del Guadalquivir
Portfolio Fotográfico de España. Provincia de Jaén. Casa Editorial Alberto Martín. 1911


En 1917, posiblemente a finales del verano, Antonio Machado realizó una excursión al Santuario de la Virgen de Tíscar, en Quesada, cuando regresó a Baeza al término de sus vacaciones familiares en Madrid para reanudar sus tareas académicas. Aunque se desconocen los nombres de los amigos que lo acompañaron en aquel viaje, la impresión que causaron en su alma aquellos agrestes parajes está sobradamente comprobada por el famosísimo poema que dedicó a la Virgen de la Sierra, a la Señora de Tíscar, que reproducimos más adelante.

Santuario de Nuestra Señora de Tíscar, en Quesada
Portfolio Fotográfico de España. Provincia de Jaén. Casa Editorial Alberto Martín. 1911


  
No se tiene constancia de que Machado visitara la capital, Jaén. El propio poeta en “Vida”, un texto que acompañaba a su “Poética” incluida en la famosa antología de Gerardo Diego "Poesía Española. Antología 1915-1931", donde en realidad traza un perfil viajero de su vida hasta ese momento, dice haber viajado desde su baezano lugar de residencia "a casi todas las ciudades de Andalucía". A ciencia cierta estuvo en Córdoba, Granada y Sevilla. Pero no sabemos nada sobre Jaén.
 

LUGARES MACHADIANOS EN BAEZA:

1. Casa en Calle Gaspar Becerra

Casa donde vivió Antonio Machado en Baeza
(foto: archivo propio)

En esta casa residió el poeta durante los años en que vivió en Baeza. Se trata de una casa sencilla, de bajo, dos plantas principales y cámara. El inmueble hace esquina entre las calles Gaspar Becerra, donde tiene la puerta de entrada, y el pasaje Cardenal Benavides, y queda por este lado justo enfrente de la fachada del monumental ayuntamiento de la ciudad. También en esta fachada se colocó, en 1975 y por parte del Centro de Iniciativas y Turismo de Baeza, una placa de azulejos en recuerdo del centenario del nacimiento de Antonio Machado.
No obstante, el poeta se alojó durante los primeros meses en la habitación número 15 del hotel Comercio, hoy desaparecido, y que se situaba en la Calle San Pablo.

2. Instituto Santísima Trinidad

Fachada de la antigua Universidad de Baeza, más tarde Instituto Santísima Trinidad,
donde impartió clase Antonio Machado
(foto: archivo propio)

Su lugar de trabajo se encuentra en pleno centro histórico de la ciudad. Este instituto, ubicado en el edificio renacentista que fuera sede de la antigua Universidad de Baeza, ha conservado la documentación administrativa relacionada con el periodo de docencia de Antonio Machado en este centro y ha recuperado, asímismo, el aula, convertida en museo en 1980, donde impartía clase de francés el entrañable Don Antonio.

Aula-museo de Antonio Machado en la antigua Universidad
(foto: archivo propio)

3. Plaza de Santa María y Catedral

Antonio Machado nos dejó en su poema “Apuntes”, reproducido más adelante, algunas estrofas dedicadas al edificio más emblemático de Baeza, la Catedral, situada muy cerca del instituto donde daba clases. En la Catedral se encuentra el cuadro de San Cristóbal, el conocido “San Cristobalón” del poema citado, pintado por Pedro Gallo en 1736.

4. Paseo de las Murallas

Se encuentra al Sur de la ciudad, y era uno de los lugares preferidos por Antonio Machado para pasear, uno de sus entretenimientos casi de diario. Desde aquí se contemplan unas maravillosas vistas del valle del Guadalquivir y de las montañas de Sierra Mágina y Sierra de Cazorla, un paisaje, en definitiva, muy presente en su obra.

Vista del paseo de las Murallas desde la torre de la Catedral de Baeza.
Al fondo, el valle del Guadalquivir y las montañas de Sierra Mágina
(foto: archivo propio)


EN RECUERDO DEL POETA... MONUMENTOS Y PLACAS CONMEMORATIVAS

1. Placa en la casa donde vivió Antonio Machado

(foto: archivo propio)

En la casa donde transcurrió la estancia de Antonio Machado en Baeza se colocó (facqhada que da a la calle Cardenal Benavides), en 1975 y por parte del Centro de Iniciativas y Turismo de Baeza, una placa de azulejos para conmemorar el centenario del nacimiento del poeta.

2. Escultura de Antonio Machado en calle San Pablo

(foto: archivo propio)

La escultura, de cuerpo entero representa a Don Antonio sentado en un banco con las piernas cruzadas y leyendo un libro. Está hecha en bronce por el artista Antonio Pérez Almahano en el año 2009. Se sitúa en la calle San Pablo, junto al Casino Nuevo.

3. Placa en la fachada del Instituto Santísima Trinidad

 (foto: archivo propio)

Pequeña placa conmemorativa del paso de Antonio Machado como profesor por este centro educativo. Se inauguró en 2012, cuando se cumplieron cien años de la llegada de Machado a Baeza. Contiene su rostro de perfil, en bajorrelieve y en material de bronce, y uno de sus más famosos versos escrito en tres idiomas (castellano, inglés y francés): "Caminante no hay camino, se hace camino al andar".

4. Busto en el patio de la sede de la UNIA

Se trata de un busto, realizado en bronce, del autor Melchor Zapata, realizado en 1999. Se sitúa en el patio de la sede "Antonio Machado" de Baeza de la Universidad Internacional de Andalucía.

5. Monumento a Antonio Machado en el Paseo de las Murallas

(foto: archivo propio)

Se trata de un monolito cúbico realizado en piedra abierto en sus cuatro lados para mostrar una cabeza en bronce del poeta, del autor Pablo Serrano, del año 1966. Está orientada al sur, por lo que la mirada de Machado se pierde en el inmenso valle del Guadalquivir que se extiende más abajo y en las sierras circundantes...


JAÉN EN LA POESÍA DE ANTONIO MACHADO 


Noviembre 1913

Un año más. El sembrador va echando
la semilla en los surcos de la tierra.
Dos lentas yuntas aran,
mientras pasan la nubes cenicientas
ensombreciendo el campo,
las pardas sementeras,
los grises olivares. Por el fondo
del valle del río el agua turbia lleva.
Tiene Cazorla nieve,
y Mágina, tormenta,
su montera, Aznaitín. Hacia Granada,
montes con sol, montes de sol y piedra.

(Campos de Castilla, versión de 1917).


CAMINOS

De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi pena.
El río va corriendo,
entre sombrías huertas
y grises olivares,
por los alegres campos de Baeza.
Tienen las vides pámpanos dorados
sobre las rojas cepas.
Guadalquivir, como un alfanje roto
y disperso, reluce y espejea.
Lejos, los montes duermen
envueltos en la niebla,
niebla de otoño, maternal; descansan
las rudas moles de su ser de piedra
en esta tibia tarde de noviembre,
tarde piadosa, cárdena y violeta.
El viento ha sacudido
los mustios olmos de la carretera,
levantando en rosados torbellinos
el polvo de la tierra.
La luna está subiendo
amoratada, jadeante y llena.
Los caminitos blancos
se cruzan y se alejan,
buscando los dispersos caseríos
del valle y de la sierra.
Caminos de los campos...
¡Ay, ya no puedo caminar con ella!

(Campos de Castilla, ed. 1917)
 

APUNTES

I
Desde mi ventana
¡campo de Baeza,
a la luna clara!
¡Montes de Cazorla,
Aznaitín y Mágina!
¡De luna y de piedra
también los cachorros
de Sierra Morena!

II
Sobre el olivar
se vio a la lechuza
volar y volar.
Campo, campo, campo.
Entre los olivos,
los cortijos blancos.
Y la encina negra,
a medio camino
de Úbeda a Baeza.

III
Por un ventanal
entró la lechuza
en la catedral.
San Cristobalón
la quiso espantar,
al ver que bebía
del velón de aceite
de  Santa María.
La Virgen habló:
Déjala que beba,
San Cristobalón.

IV
Sobre  el olivar,
se vio a la lechuza
volar y volar.
A Santa María
un ramito verde
volando traía.
¡Campo de Baeza
soñaré contigo
cuando no te vea!
 
(Nuevas canciones, 1924)


VIEJAS CANCIONES

I
A la hora del rocío,
de la niebla salen
sierra blanca y prado verde.
¡El sol en los encinares!
Hasta borrarse en el cielo,
suben las alondras.
¿Quién puso plumas al campo?
¿Quién hizo alas de tierra loca?
Al viento sobre la sierra,
tiene el águila dorada
las anchas alas abiertas.
Sobre la picota
donde nace el río,
sobre el lago de turquesa
y los barrancos de verdes pinos;
sobre veinte aldeas,
sobre cien caminos...
Por los senderos del aire,
señora águila,
¿dónde vais a todo vuelo tan de mañana?


II
Ya había un albor de luna
en el cielo azul.

¡La luna en los espartales,
cerca de Alicún!
Redonda sobre el alcor,
y rota en las turbias aguas
del Guadiana Menor.
Entre Úbeda y Baeza
—loma de las dos hermanas:
Baeza, pobre y señora;
Úbeda, reina y gitana—.
Y en el encinar,
¡luna redonda y beata,
siempre conmigo a la par!


 III
Cerca de Úbeda la grande,
cuyos cerros nadie verá,
me iba siguiendo la luna
sobre el olivar.
Una luna jadeante,
siempre conmigo a la par.
Yo pensaba: ¡bandoleros
de mi tierra!, al caminar
en mi caballo ligero.
¡Alguno conmigo irá!
Que esta luna me conoce
y, con el miedo, me da
el orgullo de haber sido
alguna vez capitán.


IV
En la sierra de Quesada
hay un águila gigante,
verdosa, negra y dorada,
siempre las alas abiertas.
Es de piedra y no se cansa.
Pasado Puerto Lorente,
entre las nubes galopa
el caballo de los montes.
Nunca se cansa: es de roca.
En el hondón del barranco
se ve al jinete caído,
que alza los brazos al cielo.
Los brazos son de granito.
Y allí donde nadie sube,
hay una virgen risueña
con un río azul en brazos.
Es la Virgen de la Sierra.



(Nuevas Canciones, 1924)



APUNTES PARA UNA GEOGRAFÍA EMOTIVA DE ESPAÑA

I
¡Torreperogil!
¡Quién fuera una torre, torre del campo
del Guadalquivir!

II
Sol en los montes de Baza.
Mágina y su nube negra.
En el Aznaitín afila
su cuchillo la tormenta.

III
En Garciez
hay más sed que agua;
en Jimena, más agua que sed.

IV
¡Que bien los nombres ponía
quien puso Sierra Morena
a esta serranía!

V
En Alicún se cantaba:
“Si la luna sale,
mejor entre los olivos
que en los espartales.”

VI
Y en la sierra de Quesada:
“Vivo en pecado mortal:
no te debiera querer;
por eso te quiero más”

VII
Tiene una boca de fuego
Y una cintura de azogue.
Nadie la bese.
Nadie la toque.

Cuando el látigo del viento
Suena en el campo: ¡amapola!
(como llama que se apaga
o beso que no se logra)
su nombre pasa y se olvida.
Por eso nadie la nombra.

Lejos, por los espartales,
más allá de los olivos,
hacia las adelfas
y los tarayes de río,

Con esta luna de la madrugada,
¡amazona gentil del campo frío!...



(Poesías Completas, ed. 1928)




BIBLIOGRAFÍA:

- Baltanás, Enrique. Antonio Machado. Nueva Biografía. Jaén, 2000.
- VVAA. Jaén. Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.



ENLACES: