Fachada principal de la Iglesia Parroquial de San Pedro Ad Vincula de Escañuela
(foto: archivo propio)
Escañuela es una pequeña localidad de la Campiña jiennense situada en el Oeste de la Provincia. La historia no ha legado patrimonio artístico de relieve a Escañuela, que no cuenta con edificios civiles o religiosos de interés. Sólo destaca en el centro de su casco urbano un pequeño y sencillo templo parroquial dedicado a San Pedro Ad Vincula. Pero ¿cuál es el origen de esta singular advocación?
EL ORIGEN DE UN NOMBRE
Tras su conquista por las huestes de Fernando III, San Pedro de Escañuela -nombre como se conocerá a este pueblo hasta el siglo XIX-, será integrado en el alfoz de Arjona, pasando en el siglo XIV a la jurisdicción del Señorío de los Torres y Portugal, junto con Villardompardo. Más tarde sus señores lograrían el título de condes, denominándose al Condado con el nombre de esta última villa. Precisamente de su vinculación con el citado señorío proviene la singular denominación originaria del pueblo así como de su parroquia.
La Curia Vaticana concedió al pueblo el privilegio de que pudiera denominarse San Pedro de Escañuela en respuesta a los diezmos que los señores de Villardompardo pagaban directamente al Papa de Roma. Aquí radica el origen de la devoción que en Escañuela se tiene por San Pedro ad Vincula -San Pedro encadenado-, patrón de la localidad, advocación que hace referencia al periodo que el "príncipe de los apóstoles" pasó en la cárcel, tras lo cual fue liberado milagrosamente por un ángel que rompió sus cadenas. Por este motivo, el escudo de Escañuela reproduce las armas del Vaticano: tiara papal y llaves de San Pedro, y debajo aparecen además las cadenas que hacen alusión a la peculiar advocación a la que aquí se le profesa culto. Las fiestas de Escañuela tienen lugar en torno al día 1 de Agosto, onomástica de San Pedro ad Vincula, conociéndose en la comarca como las fiestas de "La Víncula".
Talla en madera policromada de San Pedro Ad Vincula, patrón de Escañuela,
que preside el presbiterio de la iglesia
(foto: archivo propio)
Escudo de Escañuela en el que están reflejadas las armas del Vaticano y las cadenas de San Pedro
(foto: archivo propio)
HISTORIA DEL TEMPLO PARROQUIAL
En el Sínodo de Jaén del año 1311 ya se menciona la parroquia de Escañuela integrada en el Arciprestazgo de Arjona, jurisdicción eclesiástica a la que ha seguido perteneciendo hasta la actualidad -salvo un breve periodo de tiempo en el siglo XX en que estuvo adscrita al de Torredonjimeno- a pesar de la incorporación del lugar al Señorío de los Torres y Portugal a mediados del siglo XIV.
Por estas fechas, el edificio que albergaba dicha parroquia era de reducidas dimensiones, sólo una pequeña ermita anexa a un cementerio.
Se sabe que en el siglo XVII se acometen unas obras en el templo sufragadas por la Cofradía que para dar culto a los santos mártires Bonoso y Maximiano de Arjona se había fundado en 1628 en la parroquia de Escañuela.
A finales del siglo XVIII se proyecta ampliar la iglesia dado el aumento de población que había experimentado la localidad en las últimas décadas. Pero las obras se dilatarán en el tiempo a lo largo de casi un siglo. Dan comienzo en 1792, pero sufren un parón debido a la escasez de fondos producida por la guerra de independencia. A finales de 1860 se proyecta una definitiva ampliación según planos del arquitecto Vicente Serrano Salaverry. Desde el gobierno, reinando entonces Isabel II, se libró una partida de 48.550 reales para las obras, aunque el dinero no llegó hasta 1864. En 1865 se traslada el cementerio de la población a las afueras, con lo que queda espacio libre para empezar a construir. Pero el estallido de la revolución de "La Gloriosa" supone de nuevo un retraso en las obras, que no se reanudan hasta 1880 bajo la dirección de José María de Cuenca, finalizándose ya en esta década.
Ya en el siglo XX, un terremoto a finales de los años 60 destruye el chapitel de la torre y parte del presbiterio, reformándose entonces el templo acorde con la reforma litúrgica impulsada por el Concilio Vaticano II.
La última intervención en la iglesia tuvo lugar entre los años 1993 y 1994 de la mano del arquitecto Luis Alonso Salcedo, con la reforma del presbiterio, la capilla de la Virgen de los Dolores, patrona de la localidad, y la torre campanario.
LA IGLESIA DE SAN PEDRO AD VINCULA
La falta de una autonomía municipal hasta bien entrado el siglo XIX, la ausencia de una burguesía o nobleza local capaces de emprender obras edilicias de empaque y la crónica escasez de recursos estarían entre los principales motivos que explican la pobreza artística de un pueblo como Escañuela, que sin embargo hunde las raíces de su Historia en la Edad del Cobre.
Como se ha dicho anteriormente, la Iglesia de San Pedro Ad Vincula de Escañuela es una construcción sencilla y de pequeñas proporciones. Tanto es así que la altura del cuerpo principal del edificio no supera a la de las viviendas circundantes. Encalada toda ella, rompe sin embargo la hegemonía del blanco el color albero presente en esquinas y cornisas. Tiene orientación Este-Oeste, siendo la fachada principal la correspondiente al lado Sur o de la Epístola -que da a una amplia plaza-, con un marcado carácter horizontal en claro contraste con la verticalidad de la airosa torre campanario, desproporcionada en altura con respecto al resto del edificio. Se refuerza en este lado con dos contrafuertes en piedra vista, siendo el elemento más destacado la sobria portada, descentrada y situada hacia los pies, adintelada, con simple moldura de piedra y un relieve en el mismo material sobre la puerta que representa a San Pedro y el ángel en el referido episodio de su milagrosa liberación (Hechos 12, 6-11), con la fecha de 1862 en el centro. Tuvo esta portada un aire clasicista suprimido en la reforma de finales de los 60. También la torre campanario adquirió en esas fechas su fisonomía actual, marcada por la incorporación de una linterna en su parte superior que le confiere un cierto toque oriental. De planta cuadrada, consta de tres cuerpos, albergando todos vanos de medio punto, ciegos en los dos primeros, con campanas en el último.
Relieve en piedra sobre la puerta de entrada al templo
(foto: archivo propio)
Torre campanario desde el Nordeste
(foto: archivo propio)
Interiormente, el edificio consta de una única nave rectangular, articulada en tramos, de cubierta adintelada y tejado exterior a dos aguas. El presbiterio se cubre con bóveda de cañón con lunetos y se remata en ábside con cuarto de esfera nervada. Preside el conjunto una bella talla de San Pedro Ad Vincula en madera policromada. Una serie de capillas-hornacina con arcos de medio punto se reparten en los muros laterales, destacando la de la Virgen de los Dolores, más profunda, de cubierta adintelada.
Es interesante la pila bautismal en piedra, de taza octogonal, probablemente del siglo XVI.
Nave del templo de San Pedro Ad Vincula
(foto: archivo propio)
Capilla mayor y presbiterio de la iglesia en forma de ábside
(foto: archivo propio)
Bibliografía:
- Rubio Fernández, Juan. Breve Historia de Escañuela. Jaén, 1997
- VVAA. Jaén. Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.
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