Fachada principal y torre campanario de la Iglesia de San Juan Bautista de Los Villares
(foto: archivo propio)
Los Villares es una población perteneciente a la comarca de la Sierra Sur y situada a sólo 11 km. de la ciudad de Jaén.
La historia de esta joven localidad se sitúa en los albores del siglo XVI, en el proceso de repoblación de las sierras situadas en el Sur de la actual Provincia de Jaén, por el cual se fundarían en estos momentos municipios como Mancha Real, Valdepeñas de Jaén, Campillo de Arenas o éste de Los Villares. El origen de dichas fundaciones radica en la cédula expedida por la reina Doña Juana en Burgos en el año de
1508 autorizando y promoviendo la creación de nuevas poblaciones en el
ámbito territorial del Concejo de Jaén.
El plano fundacional de Los Villares data del año 1539 y es trazado por el escultor e imaginero jiennense Juan de Reolid. En él se aprecia un pequeño núcleo con seis calles y una plaza cuadrangular, la de la Iglesia, en donde se levantarían, además de la parroquia, el edificio del Ayuntamiento y más tarde el palacio del Vizconde de Los Villares, más conocido en el pueblo como "Casa Grande".
HISTORIA
Durante el mismo año de 1539 se planea también el que sería nuevo templo parroquial de la incipiente población por los maestros de obra Juan de Requena y Bastián Ruiz del Salto. El edificio, de humildes dimensiones, tenía en planta unas medidas de 50 varas de largo por 41 de ancho. Se puso bajo la advocación de San Juan Bautista y fue su primer sacerdote Don Miguel de Biedma.
Durante el siglo XVII se experimentó la necesidad de ampliar aquel reducido templo, e incluso el insigne arquitecto Eufrasio López de Rojas llegó a realizar un sencillo proyecto, que no se llevó a cabo por falta de medios.
En mayo de 1785 el viceprior y mayordomo de fábrica Don Manuel de Arredondo solicitó la reforma y ampliación del templo dado su mal estado. En junio de aquel año, el maestro de obras Ramón Maroto emitió un detallado informe sobre las obras precisas para asegurar la zona antigua y ampliar el templo. Su costo se estimaba en 11.718 reales.
Autorizada la obra, la comenzó el arquitecto Miguel de Aranderas. En los trabajos intervinieron, entre otros, los canteros Agustín Peinado, Manuel Caballero, Juan de Armenteros, Juan de Ortega y Pedro Caballero. Las obras se realizaron con lentitud interrumpiéndose varias veces. El nuevo templo se abrió al culto en 1798.
En 1829 volvió a ser objeto de alguna remodelación que dirigió el arquitecto Don Manuel Padilla. En los sucesos de la guerra civil, la parroquia fue incautada el 3 de agosto de 1.936 procediéndose a su desmantelamiento y perdiendo su reducido pero interesante patrimonio mueble.
Durante el mismo año de 1539 se planea también el que sería nuevo templo parroquial de la incipiente población por los maestros de obra Juan de Requena y Bastián Ruiz del Salto. El edificio, de humildes dimensiones, tenía en planta unas medidas de 50 varas de largo por 41 de ancho. Se puso bajo la advocación de San Juan Bautista y fue su primer sacerdote Don Miguel de Biedma.
Durante el siglo XVII se experimentó la necesidad de ampliar aquel reducido templo, e incluso el insigne arquitecto Eufrasio López de Rojas llegó a realizar un sencillo proyecto, que no se llevó a cabo por falta de medios.
En mayo de 1785 el viceprior y mayordomo de fábrica Don Manuel de Arredondo solicitó la reforma y ampliación del templo dado su mal estado. En junio de aquel año, el maestro de obras Ramón Maroto emitió un detallado informe sobre las obras precisas para asegurar la zona antigua y ampliar el templo. Su costo se estimaba en 11.718 reales.
Autorizada la obra, la comenzó el arquitecto Miguel de Aranderas. En los trabajos intervinieron, entre otros, los canteros Agustín Peinado, Manuel Caballero, Juan de Armenteros, Juan de Ortega y Pedro Caballero. Las obras se realizaron con lentitud interrumpiéndose varias veces. El nuevo templo se abrió al culto en 1798.
En 1829 volvió a ser objeto de alguna remodelación que dirigió el arquitecto Don Manuel Padilla. En los sucesos de la guerra civil, la parroquia fue incautada el 3 de agosto de 1.936 procediéndose a su desmantelamiento y perdiendo su reducido pero interesante patrimonio mueble.
Fachada de la Iglesia de San Juan Bautista de Los Villares
(foto: archivo propio)
LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA
Situado en un lateral de la Plaza Fernando Feijoo -originalmente Plaza de la Iglesia-, el templo tiene una orientación Este-Oeste y se encuentra rodeado de edificaciones anexas -totalmente en dos de sus lados (nore y este), y parcialmente en uno (sur), quedando exenta solamente la fachada principal (oeste).
Su planta tiene forma de cruz latina con reducido transepto, y se dispone en una sola nave cubierta con bóveda de cañón con lunetos, crucero cubierto con bóveda de media esfera sobre pechinas, testero plano y coro en los pies y en alto. En los muros perimetrales se abren pequeñas capillas laterales, algunas de ellas del tipo hornacina. Ofrece por tanto el aspecto de los templos viñolescos o jesuíticos.
El exterior es muy sencillo, realizado en sillería regular, a excepción del último cuerpo de la torre que está hecho en ladrillo. La fachada principal se divide en tres cuerpos separados por molduras. En el inferior se abre la portada, simple, de arco ligeramente escarzano de grandes dovelas, y dos reducidos ventanales a ambos lados. El mismo esquema de triple vano se repite en el segundo cuerpo -de mayor amplitud el ventanal del centro sobre la puerta-. El último cuerpo reproduce la forma a dos aguas del tejado a través de un gran hastial con un sencillo vano en el centro y rematado por una cruz en piedra.
Las diferentes tonalidades de la piedra en la fachada nos hablan de distintas actuaciones a lo largo del tiempo.
El elemento más interesante del exterior es la torre campanario, situada en el lado izquierdo de la fachada, rompiendo por esa parte el hastial anteriormente mencionado. De base cuadrada, no es muy elevada, y está realizada en ladrillo, lo que le confiere un aire mudéjar. Presenta cuatro huecos para campanas con arcos de medio punto enmarcados por alfiz. La torre se remata con un tejado a cuatro aguas.
La iglesia guarda algunas obras interesantes de orfebrería y las tallas de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora del Rosario, patrona de Los Villares, ambas salidas de la gubia del escultor jiennense Jacinto Higueras de la segunda mitad del siglo XX. Otra obra interesante, aunque contemporánea, es el retablo mayor, obredorado y es estilo neobarroco, que preside la talla del patrón de la localidad y titular del templo, San Juan Bautista, obra del imaginero Salvador Madroñal del año 2001.
Bibliografía:
- López Pérez, Manuel. La Iglesia Parroquial de San Juan Bautista. Revista La Fuente.
- VVAA. Guía Artística de Jaén y su Provincia. Sevilla, 2005.
- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.
Su planta tiene forma de cruz latina con reducido transepto, y se dispone en una sola nave cubierta con bóveda de cañón con lunetos, crucero cubierto con bóveda de media esfera sobre pechinas, testero plano y coro en los pies y en alto. En los muros perimetrales se abren pequeñas capillas laterales, algunas de ellas del tipo hornacina. Ofrece por tanto el aspecto de los templos viñolescos o jesuíticos.
Nave de la Iglesia de San Juan Bautista
(foto: archivo propio)
El exterior es muy sencillo, realizado en sillería regular, a excepción del último cuerpo de la torre que está hecho en ladrillo. La fachada principal se divide en tres cuerpos separados por molduras. En el inferior se abre la portada, simple, de arco ligeramente escarzano de grandes dovelas, y dos reducidos ventanales a ambos lados. El mismo esquema de triple vano se repite en el segundo cuerpo -de mayor amplitud el ventanal del centro sobre la puerta-. El último cuerpo reproduce la forma a dos aguas del tejado a través de un gran hastial con un sencillo vano en el centro y rematado por una cruz en piedra.
Las diferentes tonalidades de la piedra en la fachada nos hablan de distintas actuaciones a lo largo del tiempo.
El elemento más interesante del exterior es la torre campanario, situada en el lado izquierdo de la fachada, rompiendo por esa parte el hastial anteriormente mencionado. De base cuadrada, no es muy elevada, y está realizada en ladrillo, lo que le confiere un aire mudéjar. Presenta cuatro huecos para campanas con arcos de medio punto enmarcados por alfiz. La torre se remata con un tejado a cuatro aguas.
La iglesia guarda algunas obras interesantes de orfebrería y las tallas de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora del Rosario, patrona de Los Villares, ambas salidas de la gubia del escultor jiennense Jacinto Higueras de la segunda mitad del siglo XX. Otra obra interesante, aunque contemporánea, es el retablo mayor, obredorado y es estilo neobarroco, que preside la talla del patrón de la localidad y titular del templo, San Juan Bautista, obra del imaginero Salvador Madroñal del año 2001.
Retablo mayor de la Iglesia de San Juan Bautista
(foto: archivo propio)
Imagen de San Juan Bautista, patrón de los Villares y titular del templo parroquial
(foto: archivo propio)
Bibliografía:
- López Pérez, Manuel. La Iglesia Parroquial de San Juan Bautista. Revista La Fuente.
- VVAA. Guía Artística de Jaén y su Provincia. Sevilla, 2005.
- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.
No hay comentarios:
Publicar un comentario