VILLARDOMPARDO
Escudo de Villardompardo |
Localización: al Oeste de la Provincia
Comarca: La Campiña
Población: 1.029 hab. (2015)
Extensión:17,81 km2.
Densidad: 57,77 hab./km2.
Altitud: 441 m.
Límites: al N. con Escañuela, al E. con Torredelcampo, al O. con Torredonjimeno.
Gentilicio: villarengo/a
Distancia a la capital: 28 km.
Accesos: JA-3414 que enlaza con la A-306 El Carpio-Torredonjimeno; JA-3403 (Escañuela); JV-2334 (Fuerte del Rey); JV-2335 (Torredonjimeno).
GEOGRAFÍA. ECONOMÍA
Villardompardo se encuentra situado en la zona central de la comarca de La Campiña, en una zona alomada con algunos desniveles importantes que excavan pequeños arroyos. Precisamente el núcleo urbano se encuentra sobre un cerro desde el que se domina visualmente buena parte del entorno. Se trata de la máxima elevación del municipio (500 m. de altitud), situándose Villardompardo unos metros más abajo (441 m.). Delimitan dicho cerro dos cursos fluviales intermitentes, el Arroyo Salado de Arjona -que recorre el reducido término municipal de Sur a Norte- y el Arroyo de la Maestra, afluente de aquél. La mayor parte del área está constituida por materiales del Mioceno medio (16 millones de años), con afloramientos de yesos, arcillas y margas de otras edades más antiguas.
El término municipal está ocupado casi en su totalidad por el monocultivo del olivar (aproximadamente un 93% de la superficie), que constituye la principal fuente de ingresos del municipio, y que ha ido sustituyendo al cereal de secano en las últimas décadas. Prácticamente nada queda de los bosques autóctonos, salvo alguna encina aislada, y la escasa vegetación natural la podemos encontrar en los cauces de los arroyos: algún olmo, chopo e higuera, además de rosales silvestres, mimbres, juncos y zarzas. La fauna avícola es la más abundante. Nidifica en los olivos y algunas especies son: jilgueros, verderones, chamarines, tórtolas, zorzales, currucas...
Villardompardo ha perdido más de dos tercios de su población desde mediados del siglo pasado (3.225 hab. en 1945) debido a una constante emigración, fenómeno que se frenó considerablemente a comienzos de los 80 pero que ha vuelto de nuevo a ser una realidad con la reciente crisis a partir del año 2008. El paro y el envejecimiento de la población son los dos problemas fundamentales de la localidad.
El Ayuntamiento ha intentado diversificar en los últimos años la economía excesivamente especializada del pueblo, creando una cooperativa textil entre otras iniciativas, pero resulta difícil teniendo cerca núcleos comerciales e industriales de importancia como Torredonjimeno (a 11 km.), Martos (21 km.), Torredelcampo (16 km.) o la propia ciudad de Jaén (31 km.).
HISTORIA
El poblamiento humano en el término municipal de Villardompardo está documentado desde época neolítica.
El yacimiento de Piedras de Rata presenta una ocupación desde la Edad del Cobre (III milenio a.C.) hasta época romana pasando también por una fase íbera. El asentamiento se sitúa sobre un cerro y se ha documentado la existencia de un aljibe.
Más complejo resulta el asentamiento de Cerro Pelado, de forma pentagonal, con varias lineas de fortificación y pasillos entre ellas. Presenta una ocupación más intensa en la cultura ibérica y fue reutilizado por los romanos.
El actual núcleo de Villardompardo surgiría con los musulmanes, siendo una pequeña alquería o aldea, con alguna estructura fortificada de defensa.
Los cristianos la conquistan en 1245 y el rey Fernando III la dona a uno de sus nobles, Don Pedro Aznar Pardo, de cuyo apellido toma el nombre el lugar, pasando a denominarse El Villar de Don Pardo. En la segunda mitad del siglo XIII se edifica un castillo, de dimensiones más reducidas que el que contemplamos en la actualidad. La cercanía a la frontera con el reino Nazarí de Granada mantuvo el lugar despoblado hasta la segunda mitad del siglo XIV.
En 1371, siendo rey Enrique II, se entrega El Villar en calidad de Señorío a Don Pedro Ruiz de Torres, alcaide de los alcázares de Úbeda y Jaén, que se compromete a repoblarlo. Ruiz de Torres se convierte así en el primer Señor de Villardompardo, sumando a esta nueva propiedad otras posesiones que tenía en Jaén y Escañuela. Su bisnieta, Doña Teresa de Torres, V Señora de Villardompardo, contrajo matrimonio con el Condestable de Castilla, Don Miguel Lucas de Iranzo, en 1458. Se incorpora entonces al Señorío el lugar de Villargordo, hasta 1500 en que vuelve de nuevo a la jurisdicción del concejo de Jaén.
Durante la segunda mitad del siglo XV la fortaleza jugará un papel importante en las guerras nobiliarias de Castilla, momento en el que seguramente se levanta la gran torre del homenaje.
En 1576 Felipe II eleva el Señorío de Villardompardo a la categoría de Condado en la persona de Don Fernando de Torres y Portugal -más tarde nombrado Virrey del Perú-, quien presumiblemente reformará el castillo para adaptarlo como residencia palaciega.
Durante las siguientes generaciones, los condes fueron abandonando el pueblo para acercarse a la corte madrileña y dejaron sus posesiones en manos de administradores y arrendatarios y el castillo abandonado a su suerte. Durante el siglo XVII y buena parte del XVIII Villardompardo sufrió, como la totalidad del reino, una profunda y dilatada crisis, agravada aquí por la condición de señorío, que estrangulaba la economía. Tendremos que esperar a la Constitución de 1812, cuando se suprimen los señoríos, y a las dos grandes desamortizaciones del siglo XIX (Mendizábal y Madoz), para que las tierras del Conde, de la Iglesia y las comunales del Ayuntamiento se pongan en venta, dinamizando de este modo la economía del lugar, con el consiguiente aumento, a veces muy rápido, de la población.
PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO
Castillo
El castillo se encuentra junto a la población, en el extremo Este del cerro donde se asienta la misma. Con origen en la segunda mitad del siglo XIII, ha sido posteriormente ampliado y transformado en varias ocasiones. El recinto posee planta trapezoidal. El lienzo sur, que arranca de la torre del homenaje, es -teniendo en cuenta el estado de ruina de la edificación- el que mejor se conserva. Su parte inferior es de mampostería y la superior de tapial, con tres grandes vanos con arcos escarzanos de la época en que el castillo fue convertido en palacio en el siglo XVI. Otras estructuras palaciegas construidas en su patio de armas desparecieron cuando en el siglo XX se utilizó el mismo como plaza de toros.
Destacan entre sus elementos la torre del homenaje y la portada. La torre del homenaje, de base rectangular, alcanza los 20 m. de altura y está hecha en mampostería con sillares regulares reforzando las esquinas. La portada renacentista, con arco de medio punto, exhibe sobre la misma el escudo de armas de las diferentes ramas familiares del I Conde de Villardompardo, Don Fernando de Torres y Portugal.
El castillo pasó de manos privadas a titularidad municipal en 2006. La torre del homenaje fue restaurada en 2014. Entre 2012 y 2015 se han realizado diversas campañas de excavaciones arqueológicas por parte de expertos de la Universidad de Jaén que han sacado a la luz interesantes detalles de la construcción, como la puerta original de la torre del homenaje, del siglo XIII, y un aljibe del siglo XV. En julio de 2015 el Ministerio de Fomento dedicó una partida presupuestaria a la rehabilitación del conjunto.
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia
Situada en el centro de la villa, el edificio se construyó en el siglo XVI. De planta rectangular, la única nave del templo se cubría originalmente con artesonado de madera que hoy queda oculto por una bóveda de cañón añadida en el siglo XX. El presbiterio se cubre con media naranja sobre pechinas. En los pies se levanta el coro en alto y el elemento más antiguo de la iglesia, su torre campanario. Comenzada a finales del siglo XV, en su base se abre una capilla cubierta con bóveda de crucería gótica, antiguo baptisterio, que hoy acoge la talla de la patrona del pueblo, Nuestra Señora del Rosario.
En el exterior destacan las dos portadas, meridional y septentrional, que están concebidas con idéntica estructura: arco de medio punto sobre pilastras cajeadas que se corona con una hornacina vacía con venera, enmarcada y rematada con frontón triangular.
Otras construcciones de interés son la Ermita de la Virgen de Atocha, posiblemente del último tercio del siglo XVI -aunque reformada y recontruida en épocas posteriores-, y la Ermita de San Roque, de la que ya se habla en documentos de 1593 y que quedó en ruina, reedificándose en torno a 1890.
FIESTAS, GASTRONOMÍA, COSTUMBRES
El ciclo festivo de Villardompardo es particularmente extenso. Las fiestas mayores se celebran entre el 4 y el 7 de Octubre, festividades respectivamente de San Francisco de Asís y la Virgen del Rosario, patronos del pueblo. Existe la costumbre de que los niños iluminen la procesión con calabazas, melones o sandías huecas con una vela encendida en su interior. Los santos son conducidos hasta el mirador del castillo para bendecir los campos. Destacan las verbenas nocturnas y el tradicional toro de fuego.
Pero si existe una festividad representativa de la población ésa es, sin duda, la del Corpus Christi, cuya celebración alcanza en Villardompardo una dimensión extraordinaria por el esfuerzo titánico de sus habitantes en el diseño y construcción de las decenas de artísticos altares que salpican el recorrido de la procesión de Jesús Sacramentado y que, por cierto, cada año son diferentes. Las calles y fachadas se engalanan y el resultado final realmente causa una agradable sorpresa en el visitante. Merece la pena acercarse al pueblo el día del Corpus y comprobar in situ el derroche de coordinación, imaginación y, por supuesto, Fe, del que hacen gala los villarengos (para conocer más sobre esta peculiar fiesta puede ver en este mismo blog el artículo: El Corpus Christi en Villardompardo).
Una de las devociones más antiguas y singulares en Villardompardo es a la Virgen de Atocha. Es la más antigua patrona de Madrid y, salvo en la propia capital de España, en muy pocas localidades se venera esta advocación de la Virgen. En Villardompardo tiene ermita propia, que se sepa, desde 1612, dato histórico más antiguo que se conserva, aunque es muy probable que dicha ermita fuera construida en el último tercio del siglo XVI por orden del I Conde de Villardompardo, Don Fernando de Torres y Portugal, en agradecimiento al monarca Felipe II, primero por su ascenso en el escalafón nobiliario (1576) y más tarde por su nombramiento como Virrey del Perú (1584). No olvidemos que la Virgen de Atocha es la protectora y patrona de la Familia Real y quizás por ello Don Fernando tuvo el detalle de construir una ermita a la Virgen en su recién estrenado Condado. En la ermita se celebran "las flores" durante el mes de Mayo y el primer fin de semana de Junio se procesiona la imagen por las calles.
La localidad celebra también a San Antón, encendiendo las tradicionales hogueras en la víspera. Era costumbre que en la mañana del día 17 las caballerías del pueblo dieran tres vueltas a la iglesia y luego pisaran las cenizas de las hogueras que habían ardido la noche anterior, rito con el que se procuraba proteger de todo mal a los animales domésticos y al ganado.
El día de San Blas, 3 de Febrero, se siguen elaborando las típicas rosquillas.
Desde 1968 tiene lugar a mediados de Mayo una romería en honor a San Isidro cuya imagen es llevada hasta el paraje conocido como "Las Piedras de Eulogio".
El aceite de oliva virgen extra es uno de los ingredientes fundamentales en la cocina villarenga. La gastronomía típica de Villardompardo tiene en las ensaladas y pipirranas, potajes y dulces sus elementos más representativos. Destacan la "ensalada de alcauciles" (alcachofas), la "pipirrana", el "aceite y vinagre" (similar al salmorejo cordobés pero con los trozos picados, no triturados), las "migas de pan" y el "potaje de bacalo". Entre la repostería, los "roscos de sartén", los "gusanillos" o "pestiños", los "hornazos" del Jueves Santo y los "bizcochos de la princesa" (magdalena de grandes dimensiones y más jugosa que la normal).
Bibliografía:
- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.
Enlaces de interés:
- Ayuntamiento de Villardompardo
- Crónica Oficial de Villardompardo (blog)
Densidad: 57,77 hab./km2.
Altitud: 441 m.
Límites: al N. con Escañuela, al E. con Torredelcampo, al O. con Torredonjimeno.
Gentilicio: villarengo/a
Distancia a la capital: 28 km.
Accesos: JA-3414 que enlaza con la A-306 El Carpio-Torredonjimeno; JA-3403 (Escañuela); JV-2334 (Fuerte del Rey); JV-2335 (Torredonjimeno).
Vista aérea de Villardompardo
(foto: "Jaén desde el cielo")
Vista de Villardompardo
(foto: archivo propio)
GEOGRAFÍA. ECONOMÍA
Villardompardo se encuentra situado en la zona central de la comarca de La Campiña, en una zona alomada con algunos desniveles importantes que excavan pequeños arroyos. Precisamente el núcleo urbano se encuentra sobre un cerro desde el que se domina visualmente buena parte del entorno. Se trata de la máxima elevación del municipio (500 m. de altitud), situándose Villardompardo unos metros más abajo (441 m.). Delimitan dicho cerro dos cursos fluviales intermitentes, el Arroyo Salado de Arjona -que recorre el reducido término municipal de Sur a Norte- y el Arroyo de la Maestra, afluente de aquél. La mayor parte del área está constituida por materiales del Mioceno medio (16 millones de años), con afloramientos de yesos, arcillas y margas de otras edades más antiguas.
El término municipal está ocupado casi en su totalidad por el monocultivo del olivar (aproximadamente un 93% de la superficie), que constituye la principal fuente de ingresos del municipio, y que ha ido sustituyendo al cereal de secano en las últimas décadas. Prácticamente nada queda de los bosques autóctonos, salvo alguna encina aislada, y la escasa vegetación natural la podemos encontrar en los cauces de los arroyos: algún olmo, chopo e higuera, además de rosales silvestres, mimbres, juncos y zarzas. La fauna avícola es la más abundante. Nidifica en los olivos y algunas especies son: jilgueros, verderones, chamarines, tórtolas, zorzales, currucas...
Vista desde la localidad de los olivares en el valle del Arroyo Salado de Arjona,
que discurre muy cerca de Villardompardo.
(foto: archivo propio)
Villardompardo ha perdido más de dos tercios de su población desde mediados del siglo pasado (3.225 hab. en 1945) debido a una constante emigración, fenómeno que se frenó considerablemente a comienzos de los 80 pero que ha vuelto de nuevo a ser una realidad con la reciente crisis a partir del año 2008. El paro y el envejecimiento de la población son los dos problemas fundamentales de la localidad.
El Ayuntamiento ha intentado diversificar en los últimos años la economía excesivamente especializada del pueblo, creando una cooperativa textil entre otras iniciativas, pero resulta difícil teniendo cerca núcleos comerciales e industriales de importancia como Torredonjimeno (a 11 km.), Martos (21 km.), Torredelcampo (16 km.) o la propia ciudad de Jaén (31 km.).
Fachada del Ayuntamiento de Villardompardo
(foto: archivo propio)
HISTORIA
El poblamiento humano en el término municipal de Villardompardo está documentado desde época neolítica.
El yacimiento de Piedras de Rata presenta una ocupación desde la Edad del Cobre (III milenio a.C.) hasta época romana pasando también por una fase íbera. El asentamiento se sitúa sobre un cerro y se ha documentado la existencia de un aljibe.
Más complejo resulta el asentamiento de Cerro Pelado, de forma pentagonal, con varias lineas de fortificación y pasillos entre ellas. Presenta una ocupación más intensa en la cultura ibérica y fue reutilizado por los romanos.
El actual núcleo de Villardompardo surgiría con los musulmanes, siendo una pequeña alquería o aldea, con alguna estructura fortificada de defensa.
Los cristianos la conquistan en 1245 y el rey Fernando III la dona a uno de sus nobles, Don Pedro Aznar Pardo, de cuyo apellido toma el nombre el lugar, pasando a denominarse El Villar de Don Pardo. En la segunda mitad del siglo XIII se edifica un castillo, de dimensiones más reducidas que el que contemplamos en la actualidad. La cercanía a la frontera con el reino Nazarí de Granada mantuvo el lugar despoblado hasta la segunda mitad del siglo XIV.
Fachada meridional del Castillo y torre del homenaje
(foto: archivo propio)
En 1371, siendo rey Enrique II, se entrega El Villar en calidad de Señorío a Don Pedro Ruiz de Torres, alcaide de los alcázares de Úbeda y Jaén, que se compromete a repoblarlo. Ruiz de Torres se convierte así en el primer Señor de Villardompardo, sumando a esta nueva propiedad otras posesiones que tenía en Jaén y Escañuela. Su bisnieta, Doña Teresa de Torres, V Señora de Villardompardo, contrajo matrimonio con el Condestable de Castilla, Don Miguel Lucas de Iranzo, en 1458. Se incorpora entonces al Señorío el lugar de Villargordo, hasta 1500 en que vuelve de nuevo a la jurisdicción del concejo de Jaén.
Durante la segunda mitad del siglo XV la fortaleza jugará un papel importante en las guerras nobiliarias de Castilla, momento en el que seguramente se levanta la gran torre del homenaje.
Don Fernando de Torres y Portugal, I Conde de Villardompardo y Virrey del Perú
En 1576 Felipe II eleva el Señorío de Villardompardo a la categoría de Condado en la persona de Don Fernando de Torres y Portugal -más tarde nombrado Virrey del Perú-, quien presumiblemente reformará el castillo para adaptarlo como residencia palaciega.
Durante las siguientes generaciones, los condes fueron abandonando el pueblo para acercarse a la corte madrileña y dejaron sus posesiones en manos de administradores y arrendatarios y el castillo abandonado a su suerte. Durante el siglo XVII y buena parte del XVIII Villardompardo sufrió, como la totalidad del reino, una profunda y dilatada crisis, agravada aquí por la condición de señorío, que estrangulaba la economía. Tendremos que esperar a la Constitución de 1812, cuando se suprimen los señoríos, y a las dos grandes desamortizaciones del siglo XIX (Mendizábal y Madoz), para que las tierras del Conde, de la Iglesia y las comunales del Ayuntamiento se pongan en venta, dinamizando de este modo la economía del lugar, con el consiguiente aumento, a veces muy rápido, de la población.
PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO
Castillo
Torre del Homenaje y portada del Castillo de Villardompardo
(foto: archivo propio)
El castillo se encuentra junto a la población, en el extremo Este del cerro donde se asienta la misma. Con origen en la segunda mitad del siglo XIII, ha sido posteriormente ampliado y transformado en varias ocasiones. El recinto posee planta trapezoidal. El lienzo sur, que arranca de la torre del homenaje, es -teniendo en cuenta el estado de ruina de la edificación- el que mejor se conserva. Su parte inferior es de mampostería y la superior de tapial, con tres grandes vanos con arcos escarzanos de la época en que el castillo fue convertido en palacio en el siglo XVI. Otras estructuras palaciegas construidas en su patio de armas desparecieron cuando en el siglo XX se utilizó el mismo como plaza de toros.
Destacan entre sus elementos la torre del homenaje y la portada. La torre del homenaje, de base rectangular, alcanza los 20 m. de altura y está hecha en mampostería con sillares regulares reforzando las esquinas. La portada renacentista, con arco de medio punto, exhibe sobre la misma el escudo de armas de las diferentes ramas familiares del I Conde de Villardompardo, Don Fernando de Torres y Portugal.
El castillo pasó de manos privadas a titularidad municipal en 2006. La torre del homenaje fue restaurada en 2014. Entre 2012 y 2015 se han realizado diversas campañas de excavaciones arqueológicas por parte de expertos de la Universidad de Jaén que han sacado a la luz interesantes detalles de la construcción, como la puerta original de la torre del homenaje, del siglo XIII, y un aljibe del siglo XV. En julio de 2015 el Ministerio de Fomento dedicó una partida presupuestaria a la rehabilitación del conjunto.
Escudo de armas de Don Fernando de Torres y Portugal,
I Conde de Villardompardo y Virrey del Perú. Portada renacentista del Castillo
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia
Vista de la fachada principal de la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia
que da a la Plaza de la Constitución
(foto: archivo propio)
Situada en el centro de la villa, el edificio se construyó en el siglo XVI. De planta rectangular, la única nave del templo se cubría originalmente con artesonado de madera que hoy queda oculto por una bóveda de cañón añadida en el siglo XX. El presbiterio se cubre con media naranja sobre pechinas. En los pies se levanta el coro en alto y el elemento más antiguo de la iglesia, su torre campanario. Comenzada a finales del siglo XV, en su base se abre una capilla cubierta con bóveda de crucería gótica, antiguo baptisterio, que hoy acoge la talla de la patrona del pueblo, Nuestra Señora del Rosario.
En el exterior destacan las dos portadas, meridional y septentrional, que están concebidas con idéntica estructura: arco de medio punto sobre pilastras cajeadas que se corona con una hornacina vacía con venera, enmarcada y rematada con frontón triangular.
Interior de la Iglesia Parroquial. Cúpula sobre pechinas sobre el presbiterio.
(foto: archivo propio)
Capilla gótica en la base de la torre campanario
(foto: archivo propio)
Otras construcciones de interés son la Ermita de la Virgen de Atocha, posiblemente del último tercio del siglo XVI -aunque reformada y recontruida en épocas posteriores-, y la Ermita de San Roque, de la que ya se habla en documentos de 1593 y que quedó en ruina, reedificándose en torno a 1890.
Ermita de la Virgen de Atocha
(foto: archivo propio)
Ermita de San Roque y humilladero junto a ella
(archivo propio)
FIESTAS, GASTRONOMÍA, COSTUMBRES
El ciclo festivo de Villardompardo es particularmente extenso. Las fiestas mayores se celebran entre el 4 y el 7 de Octubre, festividades respectivamente de San Francisco de Asís y la Virgen del Rosario, patronos del pueblo. Existe la costumbre de que los niños iluminen la procesión con calabazas, melones o sandías huecas con una vela encendida en su interior. Los santos son conducidos hasta el mirador del castillo para bendecir los campos. Destacan las verbenas nocturnas y el tradicional toro de fuego.
Nuestra Señora del Rosario, patrona de Villardompardo.
(foto: archivo propio)
Pero si existe una festividad representativa de la población ésa es, sin duda, la del Corpus Christi, cuya celebración alcanza en Villardompardo una dimensión extraordinaria por el esfuerzo titánico de sus habitantes en el diseño y construcción de las decenas de artísticos altares que salpican el recorrido de la procesión de Jesús Sacramentado y que, por cierto, cada año son diferentes. Las calles y fachadas se engalanan y el resultado final realmente causa una agradable sorpresa en el visitante. Merece la pena acercarse al pueblo el día del Corpus y comprobar in situ el derroche de coordinación, imaginación y, por supuesto, Fe, del que hacen gala los villarengos (para conocer más sobre esta peculiar fiesta puede ver en este mismo blog el artículo: El Corpus Christi en Villardompardo).
Uno de los altares que con esfuerzo y originalidad levantan los villarengos
en honor a Jesús Sacramentado
(foto: archivo propio)
Procesión del Corpus Christi por las calles de Villardompardo
(foto: archivo propio)
Una de las devociones más antiguas y singulares en Villardompardo es a la Virgen de Atocha. Es la más antigua patrona de Madrid y, salvo en la propia capital de España, en muy pocas localidades se venera esta advocación de la Virgen. En Villardompardo tiene ermita propia, que se sepa, desde 1612, dato histórico más antiguo que se conserva, aunque es muy probable que dicha ermita fuera construida en el último tercio del siglo XVI por orden del I Conde de Villardompardo, Don Fernando de Torres y Portugal, en agradecimiento al monarca Felipe II, primero por su ascenso en el escalafón nobiliario (1576) y más tarde por su nombramiento como Virrey del Perú (1584). No olvidemos que la Virgen de Atocha es la protectora y patrona de la Familia Real y quizás por ello Don Fernando tuvo el detalle de construir una ermita a la Virgen en su recién estrenado Condado. En la ermita se celebran "las flores" durante el mes de Mayo y el primer fin de semana de Junio se procesiona la imagen por las calles.
Virgen de Atocha
(foto: archivo propio)
La localidad celebra también a San Antón, encendiendo las tradicionales hogueras en la víspera. Era costumbre que en la mañana del día 17 las caballerías del pueblo dieran tres vueltas a la iglesia y luego pisaran las cenizas de las hogueras que habían ardido la noche anterior, rito con el que se procuraba proteger de todo mal a los animales domésticos y al ganado.
El día de San Blas, 3 de Febrero, se siguen elaborando las típicas rosquillas.
Desde 1968 tiene lugar a mediados de Mayo una romería en honor a San Isidro cuya imagen es llevada hasta el paraje conocido como "Las Piedras de Eulogio".
El aceite de oliva virgen extra es uno de los ingredientes fundamentales en la cocina villarenga. La gastronomía típica de Villardompardo tiene en las ensaladas y pipirranas, potajes y dulces sus elementos más representativos. Destacan la "ensalada de alcauciles" (alcachofas), la "pipirrana", el "aceite y vinagre" (similar al salmorejo cordobés pero con los trozos picados, no triturados), las "migas de pan" y el "potaje de bacalo". Entre la repostería, los "roscos de sartén", los "gusanillos" o "pestiños", los "hornazos" del Jueves Santo y los "bizcochos de la princesa" (magdalena de grandes dimensiones y más jugosa que la normal).
Bibliografía:
- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.
Enlaces de interés:
- Ayuntamiento de Villardompardo
- Crónica Oficial de Villardompardo (blog)
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