Iglesias de Jaén. Iglesia de Santa Águeda de SORIHUELA DEL GUADALIMAR


Vista parcial de Sorihuela del Guadalimar desde el Sur, 
con la torre del homenaje del castillo dominando la población y la Iglesia de Santa Águeda
(foto: archivo propio)

UN POCO DE HISTORIA

Sorihuela del Guadalimar es una pequeña población situada en el Noreste de la Provincia de Jaén, a caballo entre las comarcas de El Condado y las Cuatro Villas, aunque tradicionalmente se la ha incluido en ésta última.
Sorihuela debió ser una pequeña alquería islámica que fue conquistada al tiempo que toda esta zona en torno a 1235 por las huestes de Fernando III  y entregada a Iznatoraf como aldea, estatus que mantuvo hasta finales del siglo XVI cuando, en 1598, consigue el título de villa siendo rey Felipe II.
El último tercio de esta centuria será importante para Sorihuela ya que, además de conseguir la tan ansiada independencia, unos años antes la todavía aldea levantará un hermoso templo, sencillo pero de elegantes líneas. Se tomará desde un primer momento la advocación de Santa Águeda, virgen y mártir, patrona de Sorihuela, como lo demuestran las Relaciones de Felipe II del año 1578, cuando ya se menciona la iglesia con este nombre.

Vista del lado norte de la Iglesia de Santa Águeda
(foto: archivo propio)


La Iglesia de Santa Águeda fue trazada por Alonso Barba, discípulo y amigo del gran arquitecto Andrés de Vandelvira, aunque este último también intervino puntualmente como veremos. Sobre el solar que ocupara la antigua ermita de San Martín, en la ladera Sur del cerro que corona el castillo de la villa, las obras del nuevo edificio debieron comenzar a principios de la década de los setenta del siglo XVI, siendo Obispo de Jaén Don Franciso Delgado López. Primeramente se encarga del proyecto el cantero ubetense Juan de Bedoya. A su muerte, se hace cargo de las obras Sebastián de Solís. El edificio debió quedar terminado muy poco tiempo después, en torno a 1582, cuando se remata la portada principal, siendo Obispo de la Diócesis el sucesor del anterior, Don Francisco Sarmiento de Mendoza.
En 1619 se levantó el coro, que se situaba a los pies del templo. Más tarde, posiblemente ya en el siglo XVIII, se construyeron las dos capillas existentes en el lado del Evangelio.


LA IGLESIA DE SANTA ÁGUEDA

El templo parroquial se construyó en piedra dispuesta en mampostería regular, con sillares bien tallados en ángulos y vanos. La torre campanario es el único elemento que fue realizado enteramente en sillería regular. La iglesia es de planta de salón, con orientación Este-Oeste. Internamente consta de una única nave, cubierta con una armadura de par y nudillo de tradición mudéjar y tejado a dos aguas. 

Interior de la Iglesia. Artesonado y presbiterio
(foto: archivo propio)

Destaca la capilla mayor, de base rectangular, a la que se accede por una pequeña escalinata y a través de un gran arco toral sobre impostas. De testero plano, se abre en éste otro arco, que enmarcaba el antiguo retablo, del tipo triunfal con interesantes figuras alegóricas de la Caridad y la Eucaristía en sus enjutas, posible obra de Sebastián de Solís, más conocido por su faceta escultórica. En las dovelas, geométricamente labradas, aparece una inscripción en latín que hace alusión al Obispo de Jaén, Don Francisco Delgado López, y la fecha de 1571. Las armas de este obispo aparecen en un blasón que corona el conjunto. En los laterales se abren sendos arcosolios siguiendo el modelo del principal. El del lado del Evangelio da acceso a la sacristía.

 













Figuras de la Eucaristía y la Caridad
Arco del presbiterio de la Iglesia de Santa Águeda
(foto: archivo propio)

A los pies del templo se situaba el coro de madera. Queda la huella arquitectónica, visible en el diferente tipo de sillar empleado (regular en el caso del coro), y la cornisa que sostenía la estructura. Es obra de 1619.

Vista de los pies del templo
(foto: archivo propio)

En el lado del Evangelio se abrieron en el siglo XVIII dos capillas, una en la zona de la cabecera, anexa a la sacristía por debajo, y otra a los pies. Ambas presentan cúpulas encamonadas o falsas de yeso con decoración típicamente barroca.
El exterior es muy sobrio, con un predominio absoluto del macizo sobre el vano. La única portada del templo se encuentra en la fachada Sur que da a una discreta plaza. Es muy sencilla. Se accede a ella por una escalinata. Consta de arco de medio punto de grandes dovelas que apoya sobre impostas. Sobre él, en un estrecho friso se lee una inscripción en la que se menciona al Obispo de Jaén, Don Francisco Sarmiento de Mendoza, y la fecha de 1582. Existe un pequeño reloj de sol sobre la portada.

Sencilla portada principal de laa Iglesia de Santa Águeda
(foto: arhivo propio)

El elemento más interesante en el exterior es sin duda la torre campanario, a los pies del templo y centrada en el testero Oeste. Es toda ella de sillería regular, como se dijo anteriormente, y se divide en cinco cuerpos de diferentes tamaños, separados por cornisas. El mayor interés lo presenta el cuerpo superior o de campanas, donde se abren cuatro vanos con arco de medio punto, uno por cada lado de la torre. Existen, centrados en las cornisas superiores, pequeños mascarones de singulares rostros para facilitar el desagüe. Se remata con cuatro pinaculillos en sus esquinas acabados en bolas y una pequeña cúpula de media naranja, también en piedra. La torre fue trazada por el propio Andrés de Vandelvira en 1577, año en el que está constatada la presencia del arquitecto en Sorihuela.

Torre campanario
(foto: archivo propio)

Uno de los mascarones de desagüe en la cornisa superior de la torre campanario
(foto: archivo propio)

El templo guarda en su interior interesantes obras de arte, como un crucificado, de finales del XVI o principios del XVII, atribuido a Sebastián de Solís, y la talla de la patrona de la localidad, Santa Águeda, imagen anónima perteneciente al estilo barroco del siglo XVII. También barroco es un retablo en yesería situado en el lado del Evangelio, en el testero entre las dos capillas que se abren en este muro norte. Enmarca dicho retablo un cuadro que representa la crucifixión de Cristo, flanqueado por Santa Teresa de Jesús y un ángel. Dos querubines recogen la sangre derramada por las manos de Cristo en sendos cálices. A sus pies, en la parte inferior del lienzo, las Ánimas del Purgatorio.

Retablo barroco de yesería en la Iglesia parroquial
(foto: archivo propio)



Bibliografía:

- VVAA. Guía Artística de Jaén y su Provincia. Sevilla, 2005.
- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.



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