Iglesias de Jaén. Iglesia de San Bartolomé de VILLARRODRIGO


Fachada principal (meridional) de la Iglesia Parroquial de San Bartolomé de Villarrodrigo
(foto: archivo propio)

Situado en el extremo Nordeste de la Provincia de Jaén, este lejano pueblo situado en las estribaciones de las sierras de Segura y Alcaraz, es tan andaluz como manchego. A pesar de su pequeño tamaño, atesora un importante patrimonio histórico-artístico, destacando el viejo y desmochado torreón de su antiguo castillo y una coqueta iglesia parroquial bajo la advocación de San Bartolomé que guarda en su interior la mejor obra retablística de la comarca y una de las más valiosas de la provincia.

UN POCO DE HISTORIA

Villarrodrigo fue conquistada muy poco tiempo después de producirse la gran batalla de las Navas de Tolosa de 1212, que abrió el Valle del Guadalquivir a las tropas castellanas.
Alcaraz, en el Suroeste de la actual Provincia de Albacete, será conquistada en el año 1213 por las huestes del Arzobispo de Toledo Ximénez de Rada, que desde aquí lanzará una primera campaña de conquista sobre la Sierra de Segura que le permitirá hacerse con Villarrodrigo (llamado entonces Albaladejo) y el valle de Onsares, quedando en manos musulmanas aún por un tiempo las plazas de Génave y Torres.
Por su parte, los santiaguistas hicieron lo propio desde su sede de Uclés, con la intención de conquistar el vecino Campo de Montiel y la Sierra de Segura, ocupando Villarrodrigo en 1217 con una guarnición permanente, hecho que elevará las quejas del Arzobispo ante el monarca, pues además la Orden de Santiago había puesto clérigo propio en la iglesia del lugar.
El pleito se alargará hasta 1240, llegándose a un acuerdo entre ambas partes. En lo civil, Villarrodrigo queda adscrita a la Orden de Santiago; mientras que en lo eclesiástico, su iglesia dependerá del Arzobispado de Toledo, nombrando esta institución al clérigo que la servía aunque con el requisito de ser miembro de la Orden de Santiago. Fernando III sancionará este acuerdo en 1243. Todo ello desembocará más tarde en la creación de la Vicaría de Villarrodrigo, con jurisdicción sobre Torres, Génave y Bayonas (este último lugar despoblado en el siglo XVII y ya desaparecido), cuyos vicarios disfrutarán de amplias prerrogativas dada la lejanía de la cabeza del Arzobispado y el amparo bajo la Orden.

Iglesia de Villarrodrigo desde la terraza del Torreón medieval en el centro del pueblo
(foto: archivo propio)

La pronta conquista y algunos privilegios, como la concesión de la Vicaría, darán ventaja a Villarrodrigo con respecto al resto de poblaciones de la Encomienda de Segura -a la cual pertenecía-, ventaja que se tradujo en una mayor cantidad de población (más que la propia Segura incluso), reflejada en los diferentes censos hasta bien entrado el siglo XVI. Al igual que en otros lugares, no será hasta que el peligro musulmán quede lejos y la población estabilizada cuando comiencen a acometerse proyectos edilicios de mayor embergadura, especialmente de carácter religioso.
Lo que no debió ser más que una ermita durante buena parte de la Baja Edad Media se convierte en Iglesia Parroquial en el último tercio del siglo XV. De hecho, por la primera noticia que tenemos de este templo correspondiente al año 1479, se deduce que para esta fecha el templo ya está construido, o al menos en parte (se aportan muy escasos datos). El documento lo redactan los visitadores de la Orden de Santiago, que hallan por cura de la Iglesia bajo la advocación de San Bartolomé (ya tenía su actual advocación) a Don Diego González.
En la visita de 1495 se hace una descripción mucho más completa: "fueron a visytar la yglesia de la dicha villa que es de la avocación de San Bartolomé, la qual es de tres naves sobre arcos de cantería e de yeso e cumbreras de madera de pino acepillada e tyene un altar mayor ornado de su frontal e manteles e una ymagen de Nuestra Señora de bulto e junto con él está un sagrario de yesería e al cabo de la yglesia está un campanario e al final a él, una tribuna e junto con él unos órganos". Éste debió ser el aspecto original de esta iglesia, con armadura de par e hilera como techumbre, al modo de otros templos de la zona (este grupo de iglesias pertenecientes a la comarca de la Sierra de Segura -Benatae, Génave, Santiago de la Espada, Torres de Albanchez, entre otras-, poseen una tipología única en la Provincia de Jaén, de rasgos levantinos). En esta descripción se advierte también la existencia de un coro (con órganos) y el campanario (¿ya finalizado?), sendos elementos situados a los pies de la iglesia.
En la visita de 1498 se hace una descripción parecida, añadiéndose algunos elementos nuevos, como una imagen de San Bartolomé y un Crucifijo en el altar mayor  junto a la imagen de Santa María; un altar en el lateral derecho con la imagen pintada de San Sebastián, y otro altar con las imágenes de Santa Catalina y San Bernabé. También se había fundado la primera capilla particular por parte del vecino de posibles Juan Rubio de Romero. En 1525 ya había otra de Juan de Aranda.
En la visita de 1554 se dice que "...la capilla prinçipal es de bóveda i yeso". Se trata de un elemento nuevo que no había sido mencionado en las visitas de la Orden con anterioridad. Posiblemente las obras de la capilla mayor se acometieran a mediados del siglo XVI, lo que explicaría el uso de sillares regulares en esta parte en contraposición con la mampostería propia de los muros perimetrales del cuerpo de la iglesia (anteriores), todo ello perfectamente visible desde el exterior. Además, entre las medidas contrarreformistas emanadas del Concilio de Trento se encontraba una mayor atención a la relevancia del altar mayor, recomendando su situación sobre gradas y con un espacioso presbiterio, por lo que entre la segunda mitad del siglo XVI y primera del XVII asistiremos a la modificación de las cabeceras de muchas de estas iglesias para satisfacer esta norma.
En torno al año 1615 la iglesia sufre un devastador incendio, tras lo cual es reparada. Curiosamente, se utilizó para sufragar las reparaciones, entre otras aportaciones, la herencia de un indiano hijo de Villarrodrigo, Martín Sánchez de Moya, fallecido sin descendencia en la ciudad de Guayaquil. El magnífico retablo que hoy luce la parroquia, del año 1636, fue costeado gracias también a dicha herencia.
En los años 50 del siglo XX se llevaron a cabo profundas reformas que desvirtuaron buena parte de la imagen original del templo y que dieron a su espacio interior su configuración actual, en especial, la supresión de la armadura de madera y la construcción de la actual techumbre adintelada en todas las naves.

LA IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ

La parroquia de Villarrodrigo ocupa un emplazamiento singular en el entramado urbano de la población, pues se sitúa en un extremo del mismo, al Sur, en contacto con los campos de labor. Pudo constituir un intento a finales del siglo XV de ordenación del núcleo urbano en torno al poder religioso, aunque finalmente el poder civil de la Orden, encarnado en el torreón que la Encomienda tenía en el lugar, ejerció una mayor influencia. 
El templo tiene una disposición Este-Oeste. Posee planta basilical dividida en tres naves separadas por cinco arcos de medio punto que apoyan sobre pilares. La nave central es más ancha y su mayor altura permite la apertura de unos ventanales circulares que aportan luz al interior. Un gran arco toral de medio punto da paso a la capilla mayor, espacio cuadrado cubierto con bóveda de media esfera sobre pechinas. En los pies del templo se sitúa el coro, en alto, sostenido por dos delgados pilares. En el lado de la Epístola se abre una amplia capilla lateral de Nuestra Señora de Albanchez, patrona de Villarrodrigo. Al fondo de la nave de la Epístola, en los pies junto al coro, se sitúa la capilla del bautismo. Los muros interiores aparecen enfoscados y encalados en su totalidad.

Nave central y capilla mayor al fondo. Iglesia de Villarrodrigo
(foto: archivo propio)

Vista de la nave central hacia los pies y el coro al fondo
(foto: archivo propio)

Capilla del Bautismo en los pies del templo.
Pila bautismal procedente de la desaparecida Iglesia de San Andrés de Bayonas.
(foto: archivo propio) 

En cuanto al exterior, de piedra vista, presenta mampostería en el cuerpo longitudinal de la iglesia (más antiguo -último tercio del siglo XV-), lo que revelan también unos vanos ligeramente apuntados y abocinados de estilo gótico repartidos por el mismo. La sillería regular aparece en el campanario y la capilla mayor -destacada ésta volumétricamente y cubierta con tejado a cuatro aguas-. Y es que la morfología exterior del templo traduce fielmente la distribución interior, pues también desde fuera se aprecia la distinta altura de las naves.
La portada es moderna y sencilla, y de nulo valor. 
El elemento más interesante lo constituye el soberbio campanario, situado a los pies del templo, buena obra de cantería regular, al que se accede por una no menos interesante escalera de caracol en piedra. Ya se menciona en la visita de la Orden de Santiago de 1495, y se remataría en la centuria siguiente por los canteros Juan e Íñigo de Mojica, hermanos, en el año 1553. De un solo cuerpo sobre basamento, en la zona superior se abren cuatro vanos con arcos de medio punto para campanas, a cada lado. La cornisa previa al remate de la torre se adorna con gárgolas en los ángulos. Finalmente, se corona con una sencilla crestería y jarrones en las esquinas.

Torre campanario de la Iglesia de Villarrodrigo
(foto: archivo propio)

Detalle de la parte superior de la torre campanario
(foto: archivo propio)

PATRIMONIO MUEBLE DE LA PARROQUIA

El bien mueble más importante de la iglesia es el magnífico retablo mayor, obra barroca de 1636 inspirada en los modelos italianizantes del arquitecto y tratadista Vignola. En él destacan el uso colosal de los órdenes clásicos y la riqueza y complejidad de las iconografías escultóricas y pictóricas que alberga. 
En la Capilla de la Virgen de Albanchez destacan por su antigüedad algunas tallas en madera policromada como la de la propia Patrona, un Cristo resucitado y una imagen de la Virgen con el Niño en brazos. Por sus rasgos estilísticos podríamos situarlas cronológicamente entre finales del siglo XVI y la centuria siguiente.
Tanto el retablo como estas imágenes necesitan de urgentes intervenciones para su restauración y conservación.
Otra pieza interesante es la pila bautismal en piedra (probablemente del siglo XVI) que fue trasladada en 1689 desde la Iglesia Parroquial de San Andrés de Bayonas a la Iglesia de Villarrodrigo, lo cual constataba ya por aquel entonces el proceso de despoblación de aquél lugar, hoy totalmente desaparecido.

Capilla Mayor cubierta con cúpula sobre pechinas y retablo barroco
(foto: archivo propio)


Imagen de bulto redondo de la Virgen con el Niño en brazos
situada en la Capilla de la Virgen de Albanchez
(foto: archivo propio)


Bibliografía:

- De Ulierte Vázquez, María Luz. La Ciudad Moderna: la Sierra de Segura en el siglo XVI. Anales de la Sierra de Segura.
- Visitas de la Orden de Santiago. Sección de Órdenes Militares. Archivo Histórico Nacional. Madrid.
- VVAA. Jaén. Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.

Enlace:

http://villarrodrigo-jaen.blogspot.com.es/ (Blog sobre la Historia de Villarrodrigo de Antonio Domingo Moreno).




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