Iglesias de Jaén. Iglesia de Nuestra Señora de la Expectación, Santuario del Santo Cristo de Burgos. CABRA DEL SANTO CRISTO


Aspecto exterior de la Iglesia de Nuestra Señora de la Expectación de Cabra del Santo Cristo
(foto: archivo propio)

Antecedentes de la fundación del templo parroquial de Cabra

Cabra del Santo Cristo, localidad situada en la parte oriental de la comarca de Sierra Mágina, en el Sureste de la Provincia de Jaén, comenzó a ser un núcleo de entidad ya en el siglo XVI. Desde la conquista por Fernando III de la pequeña aldea y su castillo en 1245, la población de Cabrillas, como se llamaba entonces, fue intermitente y, cuando la hubo, escasa, dada la cercanía de la frontera con el reino nazarí de Granada. Estas tierras fueron cedidas al Concejo de Úbeda en 1254, reinando Alfonso X. Pero hasta 1492, una vez conquistada Granada, no se produjo la plena y libre disposición de dichas tierras (excelentes dehesas para el ganado) por parte del Concejo de aquella ciudad. A partir de entonces, ganaderos ubetenses se fueron asentando en el poblado, acrecentándolo. El proceso se aceleró a raíz del mandato del emperador Carlos V en 1545 permitiendo el asentamiento de 50 vecinos, creándose entonces el primer Concejo y el priorato de la Iglesia parroquial, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Expectación. También es nombrado el primer cura párroco, Don Gabriel Gila.

Vista general del templo de Cabra del Santo Cristo
(foto: archivo propio)

La llegada del lienzo del Santo Cristo de Burgos

Tras la ocupación de un primer templo provisional, las obras del actual comenzaron a finales del siglo XVI. Pero la falta de recursos económicos hizo que las obras transcurrieran muy lentamente. En 1637 ocurrirá un hecho que cambiará, no sólo el curso de la construcción del edificio, sino también de la historia de Cabra. La víspera del 20 de Enero del mencionado año, llegó a la población y pidió posada un arriero que transportaba un lienzo con la imagen del Santo Cristo de Burgos, imagen de Jesús crucificado muy venerada en aquella ciudad y en toda Castilla. Su destinatario era Don Jerónimo Sanvítores de la Portilla, natural de Burgos, muy devoto de esta imagen y que había sido enviado a Guadix para ocupar el puesto de corregidor de dicha ciudad, Baza y Almería. La realización del cuadro había corrido a cargo del pintor burgalés Jacinto Anguiano. La curiosidad de los huéspedes y dueños de la posada hizo que el arriero sacara el cuadro de la caja donde era portado, poniéndole María Rienda, la posadera, unas velas al Cristo que lo alumbraran toda la noche. A la mañana siguiente, María rezó devotamente a la imagen pidiéndole ser curada del brazo derecho, pues era manca, y lo pasó por el lienzo. Instantáneamente quedó sanada, echándose a la calle y proclamando a voz en grito el milagroso hecho. El cuadro fue llevado a la parroquia y venerado por los habitantes del pueblo, y a pesar de los requerimientos de su legítimo dueño para que le fuera devuelto, el cuadro quedaría ligado ya para siempre a la pequeña aldea de Cabrilla, que desde entonces pasó a denominarse Cabra del Santo Cristo. Si el lienzo permaneció en Cabra fue gracias a la rápida y eficaz intervención de dos individuos: el obispo de Jaén, cardenal Moscoso y Sandoval, que cedió una serie de privilegios al dueño, Señor Sanvítores, y el prior de la villa, el doctor Palomino de Ledesma y Aguilar, que hábilmente negoció entre las partes implicadas, dadas las expectativas económicas para su priorato que se desprendían de la permanencia de la imagen en Cabra.
 
Santo Cristo de Burgos que preside el retablo mayor de la Parroquia
(foto: archivo propio)

Maestros canteros en la Iglesia-Santuario de Nuestra Señora de la Expectación

Los beneficios económicos no se hicieron esperar. Cabra se convertiría en poco tiempo en uno de los santuarios más concurridos de la Andalucía oriental. Las obras del templo avanzan con gran rapidez. Éstas habían dado comienzo, curiosamente, por la zona de los pies, con trazas del afamado arquitecto Juan de Aranda y Salazar. Para finales del siglo XVII se habían completado la única y amplia nave del edificio, la fachada principal con su elegante portada -obra de Aranda y Salazar-, el monumental coro y la puerta lateral o "del Sol" -obras de Eufrasio López de Rojas-, así como los dos primeros cuerpos de la torre (Marcos Fernández Clavijo) y las cubiertas (Martín López Alcaraz).
Un nuevo milagro del Santo Cristo tiene lugar durante el transcurso de la procesión del año 1698 cuando el sagrado lienzo experimenta un extraño sudor, lo que es confirmado como sobrenatural por la autoridad eclesiástica. Ello se traduce en nuevos donativos y las obras del edificio continuarán a buen ritmo durante el siglo XVIII, levantándose entonces la cabecera (primera mitad de la centuria, obra de Juan Bolarín) y el airoso remate de la torre, ya en estilo neoclásico en la década de los noventa (siendo maestro de obras Ángel Vidal).

Lienzo que representa el Milagro del Sudor, que tuvo lugar en la procesión del año 1698.
Capilla lateral del templo.
(foto: archivo propio)

Descripción del edificio

La iglesia tiene la típica planta del templo contrarreformista barroco de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón reforzada con arcos fajones. En los laterales se disponen capillas hornacinas (tres a cada lado) con arco de medio punto sobre impostas. El crucero se cubre con bóveda de media naranja sobre pechinas en las que se alojan pinturas de los cuatro Evangelistas, mientras el Presbiterio es una gran capilla hornacina en medio punto. El coro se sitúa a los pies, en alto y sobre gran arco carpanel.
Destaca en el interior el magnífico retablo mayor, obra barroca tallada por Francisco Briones y estofada por Luis de Melgares entre 1754 y 1761, pensada para acoger el lienzo del Santo Cristo de Burgos en el centro. Otros interesantes retablos de la misma época y de estética rococó son el de Nuestro Padre Jesús Nazareno y el de la Inmaculada Concepción, situados ambos en los laterales del principal. En el transepto, lado del Evangelio, se encuentra el antiguo retablo de la ermita de Santa Ana (desaparecida), obra del siglo XVIII, restaurado en 2015 por Antonio Custodio López, de Andújar. El patrimonio artístico de la Iglesia, muy mermado por diversas vicisitudes a lo largo de la historia -invasión francesa, guerra civil y las desafortunadas ventas de obras de arte por parte de algunos párrocos-, se completa con un púlpito de diferentes mármoles, y algunas pinturas: San Agustín y San Ambrosio, un Santiago Matamoros en la batalla de Clavijo y el lienzo que muestra el Milagro del Sudor, de ingenuo tratamiento, todas ellas obras del siglo XVII.


Nave principal del templo
(foto: archivo propio)

Vista del interior del templo hacia los pies. 
Interesante el púlpito, a la derecha de la fotografía. Al fondo, el coro en alto.
(foto: archivo propio)

Retablo Mayor del siglo XVII
(foto: archivo propio)

Retablo de Santa Ana, procedente de la ermita homónima desaparecida a principios del siglo XX
(foto: archivo propio)

Exteriormente, el edificio presenta sillería regular. La fachada principal tiene esquema triangular, siguiendo el perfil de la cubierta a dos aguas del edificio. En ella se abre una elegante portada en tres pisos. En el primero, arco de medio punto sobre impostas enmarcado por pilastras cajeadas, que sostienen un frontón partido que alberga, ya en el segundo piso, una hornacina con la imagen de la Virgen María, y sendos escudos laterales con las armas de la familia Sanvítores. Sobre la hornacina de arco de medio punto, frontón triangular inscrito en otro curvo ambos partidos por el escudo del Cardenal Moscoso y Sandoval. Remata el conjunto un gran vano de arco de medio punto enmarcado por moldura.
El planteamiento original de la fachada quizás incluyera la construcción de dos torres, quedando la de la derecha sin acabar, presentando en la actualidad un pilar algo escurialense decorado en el lateral por una voluta y rematado por una bola maciza. La torre, en el lado izquierdo, cuenta con tres pisos, de sencilla factura los dos primeros, concentrándose la decoración en el último, obra ya de finales del XVIII. Este campanario posee pilastras toscanas enmarcando vanos de medio punto retranqueados para albergar las campanas, uno en cada lado. Las esquinas están achaflanadas. Sobre la cornisa, un original remate con cupulilla semiesférica de anillos concéntricos.
La portada lateral, lado de la Epístola, llamada "del Sol" por su orientación Sur, es obra de López de Rojas y es de ejecución más sencilla que la principal. Sobre el arco de medio punto de acceso se abre un gran ventanal enmarcado por moldura y escudos laterales de nuevo de la familia Sanvítores. Sobre la cornisilla del ventanal, se alza el escudo del Obispo Andrade de Castro.  
La Iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en 1982.

Portada principal, obra de Juan de Aranda Salazar
(foto: archivo propio)

Portada lateral o "del Sol", en el lado Sur, obra de López de Rojas
(foto: archivo propio)

Panorámica parcial de Cabra del Santo Criso en la que sobresale la mole de su templo parroquial
(foto: archivo propio)


Bibliografía:

- Gila Medina, Lázaro. Cabra del Santo Cristo: Arte, Historia y el Cristo de Burgos. Granada, 2002.
- VVAA. Guía Artística de Jaén y su Provincia. Sevilla, 2005. 
- VVAA. Jaén. Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997. 




1 comentario:

  1. Muy interesante el articulo. He visitado el pueblo pero no conocia su historia.
    Gracias por la labor de divulgacion de la provincia q estas realizando

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